Dos peluqueros tiñen el pelo a una clienta, en una foto de archivo.
03/01/2025
2 min

BarcelonaImagínate que tienes un pequeño negocio: una peluquería. Bien ubicada, en el centro de la villa. Hace ya unos años que funciona y ha sido un éxito. Tienes una buena clientela, que repite porque lo haces bien ya buen precio. Ha ido tan bien que incluso tienes a dos personas empleadas. Una también corta el pelo y la otra ayuda en lo que sea necesario. Estás contento, pero tener equipo es una responsabilidad añadida. El negocio debe rendir para pagar estos dos sueldos y generar un excedente que cubra tu dedicación, alquiler del local y devolución del crédito. Lo pediste por los equipamientos que necesitabas para poner en marcha tu proyecto.

Ahora, algunos políticos hablan de reducir la jornada laboral. Como propuesta ya entiendes que es deslumbrante. Sin embargo, te preguntas, cómo lo harás. Una posibilidad es sin duda abrir menos horas. Pero, piensas, esto significa atender a menos clientes e ingresar menos. ¡Ya te gustaría mantener a todos los clientes! Cortando el pelo más rápido! Pero cuesta imaginar que los peinados quedaran igual de bien y los clientes igual de contentos. Otra alternativa, quizás, sería compensar la reducción de clientes cobrando más por cada servicio. Pero seguramente tampoco les gustaría mucho, y perderías clientela.

Después de reflexionar un poco se te ocurre lo que es evidente. Si los horarios se reducen, una solución consiste en ajustar los sueldos proporcionalmente. Al fin y al cabo, te dices, está muy bien que la gente quiera trabajar menos, pero si los sueldos no se reducen en la misma proporción, esto es equivalente a un aumento del sueldo por hora. ¡Claro que los números no salen! Pero te dicen que no, que la idea es trabajar menos y cobrar lo mismo. Y te preguntas cuántos de los políticos que hacen estas propuestas han tenido o gestionado nunca un negocio. Por pequeño que sea.

Con todo, ¿acaso podrías contratar a alguien por las horas que ahora dejarán de trabajar tus ayudantes? ¡Algunos políticos dicen que esta es la manera de generar puestos de trabajo! Tú no lo ves claro. No es fácil encontrar personal por pocas horas y, aunque esto te permitiera mantener a los clientes, también aumentarían los costes. El margen mermaría y tendrías dificultades, o con el alquiler o para devolver el préstamo. ¡O con tu sueldo! No crees que sea una buena alternativa.

Capficat, te preguntas que harás si la propuesta se convierte en ley. Te planteas si tendrás que volver a tus inicios: un local más pequeño, de autónomo, sin personal y con los horarios que te convengan.

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