Los sindicatos no claudican ante el 'no' del Congreso a la reducción de jornada: "Se acabará aprobando"
Los líderes de CCOO y UGT dan por hecho que la cámara baja echará atrás la medida para imponer las 37,5 horas semanales
BarcelonaLos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, se han movilizado este miércoles en el último intento por evitar que el Partido Popular (PP), Vox y Junts tumban con sus enmiendas a la totalidad la tramitación en el Congreso del proyecto de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Lo han hecho con una serie de convocatorias en todo el Estado esta mañana y una protesta por la tarde en la plaza de las Corts de Madrid, junto a la cámara baja española. Si no hay cambio de última hora, los votos en contra de estas tres formaciones bloquearán la medida. Aún así, las organizaciones sindicales han dejado claro que esto no les hará claudicar y que la propuesta estrella de la vicepresidenta segunda del gobierno español, Yolanda Díaz, acabará aprobándose esta legislatura.
En Barcelona, la concentración para protestar contra el no de una mayoría del Congreso a rebajar el tiempo de trabajo se ha plantado, precisamente, frente a la sede de la patronal Foment del Treball. Las acusaciones de los principales líderes sindicales –que han hecho una visita exprés de unas pocas horas a la capital catalana para estar en el acto– han ido muy dirigidas hacia Junts para ceder a las presiones de la patronal catalana y aliarse con la extrema derecha y la derecha españolas en ese frente.
"Queda claro que cuando el dinero se pone sobre la mesa, las banderas, las pulseras y los himnos pasan a un segundo plano", ha lamentado el secretario general de CCOO, Unai Sordo, en declaraciones a los medios. El sindicalista ha pedido a los de Carles Puigdemont que escuchen a su electorado y ha recordado que, según las encuestas del CEO, el 72% de los votantes de esta formación están a favor de la reducción de jornada. De hecho, ese mismo sondeo revelaba que el apoyo de la ciudadanía a esta medida es transversal en Cataluña. "¿Cómo es posible que el partido que hizo bandera del derecho a decidir se niegue a dar salida a la voluntad de sus electores?", se preguntó Sordo. En este sentido, ha remarcado que, en caso de que decaiga el proyecto de ley, los sindicatos reclamarán uno nuevo, así como un reglamento para que el tiempo de trabajo se controle de forma efectiva para erradicar las horas extra no pagadas.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, también ha afirmado en la concentración en Barcelona que esta legislatura "la ciudadanía conseguirá que se apruebe" la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. "No es una batalla entre el gobierno y la oposición como algunos hacen ver, sino entre la mayoría de los ciudadanos y el Congreso", criticó. A su juicio, será la opinión pública quien forcará que la norma vuelva a la cámara baja y acabe convertida en una realidad. "Catalunya no entenderá que se intente tapar y esconder un debate que debe hacerse con datos y números. No sirve la mentira política habitual", ha añadido Álvarez. Así pues, ha cargado contra los argumentos de Junts para votar en contra del proyecto: "Las empresas no van a cerrar, este es el discurso más rancio de la patronal de hace 40 años".
En el acto a las puertas de Foment del Treball también han participado los líderes de los dos sindicatos en Catalunya. La de CCOO, Belén López, ha exigido a Junts que se quite "la máscara" y se posicione a favor de una medida que es "buena para la economía" y que estimulará el mercado de trabajo en sectores donde ahora cuesta encontrar personal precisamente por las largas jornadas, como es la hostelería. "Nos robarán 10 horas al mes para vivir mejor", ha reivindicado López. Por su parte, el secretario general de UGT en Catalunya, Camil Ros, sacó peso a que este miércoles "no ganamos una batalla" y recordó que el sindicalismo acabó consiguiendo otras victorias con el tiempo, como las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) o la derogación parcial de las reformas laborales del PP. "Lo conseguiremos. La gente está a favor de trabajar menos y cobrar más", ha insistido.
Tras las convocatorias de este miércoles por la mañana, CCOO y UGT han llevado la reivindicación de la reducción de jornada a 37,5 horas semanales a las puertas del Congreso. Diputados de PSOE y Sumar acudieron a apoyar la convocatoria el día en que la derecha tumba la medida. A escasos metros de la cámara baja se concentraron un millar de personas con banderas de ambos sindicatos, de Palestina y carteles con acusaciones de "traición" contra Junts. También los había de Sumar con los lemas de la formación a favor de su medida estrella, que fracasa en el Congreso por las enmiendas a la totalidad de los de Carles Puigdemont, PP y Vox. "Se ponen de acuerdo para joder a los trabajadores", criticaron los sindicatos, informa Andrea Zamorano.
¿Qué se vota esta tarde?
El pleno del Congreso debatirá y votará este miércoles las enmiendas a la totalidad que PP, Vox y Junts han presentado para tumbar el proyecto del gobierno español de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Estas tres formaciones suman una mayoría absoluta de 177 diputados, más que suficiente para echar atrás la medida estrella de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Aunque se trata de tres textos distintos, sólo habrá una única votación, ya que los tres partidos coinciden en pedir la devolución del texto al ejecutivo.
El PSOE hubiera querido más tiempo para negociar la ley, pero Sumar decidió poner fin al plazo de enmiendas en junio con la idea de debatirlo incluso antes del verano. El ministerio de Trabajo confiaba en llegar a un acuerdo para que el partido de Carles Puigdemont retirara el veto, pero Junts confirmó el lunes que saldrá adelante con su intención de revocarlo. Así pues, el PP, Vox y Junts impondrán su veto a la tramitación parlamentaria de la ley y ésta se retirará del Congreso. Si finalmente la votación termina en una derrota, tanto la vicepresidenta Díaz como el portavoz del PSOE en la cámara baja, Patxi López, ya han adelantado que volverán a llevar el proyecto al Congreso, aunque todo se retrasará porque la tramitación tendrá que empezar de nuevo desde el principio con un nuevo texto.