Las grandes empresas vuelven a volcarse en la recompra de acciones
La suma de estas operaciones y la distribución de dividendos hace que la remuneración a los accionistas ronde los 50.000 millones
BarcelonaEl BBVA –que ha acelerado la remuneración a sus accionistas después de fracasar la opa en el Banc Sabadell– ha sido de los últimos en engordar los programas de compra de acciones propios, por un importe de cerca de 4.000 millones, el más importante en la historia de la entidad. Con esta última operación, las recompras de acciones por parte de las grandes compañías españolas del Ibex 35 superarán los 14.000 millones este año en los niveles del ejercicio anterior y manteniendo la tendencia al crecimiento de esta fórmula de remuneración a los accionistas.
Que las compañías se vuelquen en estas operaciones tiene que ver, entre otros motivos, con las que hay empresas que han acumulado altos niveles de caja después de obtener beneficios récord en los últimos años. Así pues, no identifican oportunidades atractivas de inversión, y una opción es ésta. Además, es una forma de reavivar la cotización de sus acciones. También es importante el papel de los fondos activistas en el accionariado de varias compañías, que pueden reclamar a la compañía una mayor retribución al accionista si no se identifican otras oportunidades de inversión. Otro motivo que apuntan los expertos es que existen compañías que cotizan por debajo de su valor.
Según los datos de BME, la sociedad gestora de las bolsas españolas, hasta noviembre, el importe de los programas de recompra de acciones por parte de las compañías del Ibex 35 era de 10.507 millones de euros, que supera los 14.000 millones una vez incorporado el anuncio del BB. Si a estas prácticas hasta noviembre se suman los dividendos repartidos, que es la otra vía de remuneración a los accionistas, la cantidad recibida asciende a 50.000 millones de euros.
Las recompras de acciones son una vía de retribución a los accionistas habitual en otros países, especialmente desde mediados de la década de los ochenta en Estados Unidos, y más recientemente, en Europa. En España, ganaron impulso a partir de 2021, cuando el Banco Central Europeo (BCE) levantó la recomendación de no repartir dividendos ni realizar recompras de acciones durante la pandemia. Por eso, la banca es uno de los sectores con más recorrido.
Desde 2021, las entidades financieras han realizado operaciones de este tipo por más de 22.000 millones de euros. Este año, el BBVA ya había puesto en marcha una por un valor de 993 millones, que sumada a la nueva de 3.960 millones, alcanza casi los 5.000 millones. También el Banco Santander tiene prevista una por valor de 1.700 millones a partir de enero, que se sumará a la que lanzó en febrero por un total de 1.587 millones. Por su parte, CaixaBank tiene en marcha una operación por valor máximo de 500 millones de euros.
Pero el bancario no es el único sector que recurre a la adquisición de títulos propios. Una de las grandes operaciones es la de IAG –la matriz de aerolíneas como Iberia, Vueling y British Airways– por valor de 1.000 millones de euros. Este programa tiene una duración de doce meses. Otro ejemplo es el de Cellnex, que tras poner en marcha una recompra de 800 millones durante el primer trimestre de este año, prevé otra de 500 millones, a razón de 250 millones el próximo enero y 250 millones más en julio.
Más beneficio por acción o premio a los directivos
La recompra de acciones –o share buyback, en inglés– consiste en que una empresa compre acciones propias y las amortice o elimine. El efecto es positivo para los accionistas porque al haber menos acciones en circulación, aumenta la participación de cada uno, que pueden recibir una mayor proporción de dividendos. Por ejemplo, una empresa tiene 100.000 acciones. Un accionista tiene 20.000, lo que significa el 20% del capital. La compañía compra en el mercado 20.000 acciones y las amortiza (las saca de la circulación); quedarán 80.000 y la participación del accionista pasará del 20% al 25%. Esto le dará derecho a una mayor proporción de dividendos y supone un aumento del beneficio por acción.
De todos modos, también puede que haya una recompra de acciones y que no se amorticen. En ese caso se trataría de una transacción que podría tener como objetivo repartir estos títulos entre los directivos de la sociedad, con la intención de que sean parte de su remuneración o como programa para incrementar la liquidez de la acción.
En resumen, las recompras pueden tener como objetivo aumentar el beneficio por acción, distribuir entre los accionistas la caja excedente, impulsar la cotización de acciones que se consideran infravaloradas, financiar planes de incentivos a empleados o directivos y ajustar la estructura de capital.