El visionario que anticipó la crisis del 2008 y ahora apuesta contra la burbuja de la IA
El conocido inversor Michael Burry hace pública su inversión contra la burbuja de la IA y Deutsche Bank busca salir de ella
BarcelonaMichael Burry tuitea poco, habla menos y no se deja ver casi nunca, pero cuando lo hace es por algo. Y esta semana ha decidido hacer pública su apuesta contra la inteligencia artificial.
Burry no es un inversor cualquiera. El fundador y consejero delegado del fondo Scion Capital –con sede en el municipio californiano de Saratoga, en Silicon Valley– saltó a la fama en el 2015, cuando el actor británico Christian Bale le interpretó en la gran pantalla, en la película The big short, en la que se explica cómo él y otros inversores predijeron con acierto la crisis financiera del 2008. A raíz de la película –basada en el libro homónimo de Michael Lewis–, el financiero estadounidense ha pasado a tener un estatus de visionario que le otorga un poder de persuasión sobre los mercados que no tienen la mayoría de gestores.
El estatus de Burry no proviene del hecho de ser retratado en The big short, sino justamente de lo que muestra el filme: en los años previos a la crisis financiera e inmobiliaria, cuando la economía estadounidense estaba en plena fiebre hipotecaria, el inversor estadounidense –que es médico de formación– fue capaz de ver, en medio de la euforia general y tras un exhaustivo estudio del mercado, que los préstamos que los bancos llama subprime eran, en esencia –según la descripción que se hace en la película–, "mierda de perro". Y todos los complicados productos financieros que tenían estos créditos baratos como base, "mierda de perro envuelta en mierda de gato". Burry cogió el dinero que tenía a disposición en Scion y, pese a la fuerte oposición de los socios de la empresa, apostó fuerte contra la burbuja inmobiliaria y financiera.
Pocos años más tarde, el mercado de la vivienda estadounidense había colapsado y el sector bancario tuvo que ser rescatado por el gobierno para evitar el derrumbe de la economía mundial. Naturalmente, Burry se hizo de oro.
La burbuja de la IA
Pese a hacer una fortuna en el 2008, Burry sigue al pie del cañón en Scion mientras disfruta del aura de gurú. Su cuenta en X, que ni siquiera tiene verificada, se llama Cassandra Unchained. Por el momento, no le ha ido mal. En el 2021, por ejemplo, ganó un buen pico haciendo lo contrario que durante la crisis: apostó a favor de la fortaleza de las acciones de la cadena de tiendas de videojuego GameStop, que se dispararon temporalmente en bolsa.
Es por eso que en el mundo de las finanzas han saltado las alarmas cuando esta semana Burry ha dado a conocer que tiene varias posiciones bajistas contra dos empresas del sector de la inteligencia artificial: el fabricante de microchips Nvidia y la empresa de software Palantir Technologies. Las posiciones bajistas son las inversiones que ganan dinero si el precio de un activo –una acción, un bien, un inmueble– disminuye. Cabe decir que añade épica el hecho de que el fundador de Scion ha tenido la fortaleza de hacer pública la apuesta sólo una semana más tarde que Nvidia se convirtiera en la primera empresa de la historia a alcanzar una valoración en bolsa de cinco billones –cinco millones de millones– de dólares.
Concretamente, Scion ha hecho la inversión bajista a través de puts sobre las acciones de ambas empresas, unos productos financieros bastante habituales. El put se basa en un intercambio entre dos partes, una que tiene derecho a vender las acciones a un precio determinado y la otra que tiene la obligación de comprarlas a ese precio. Es decir, con éste put, Burry se cubre los hombros en caso de que el precio de las acciones de estas empresas caiga en picado, puesto que se asegura el derecho a venderlas por un valor mínimo. Según datos enviados por el fondo al regulador, Scion tiene cinco millones de puts sobre acciones de Palantir y un millón sobre acciones de Nvidia, dos posiciones valoradas en 912 millones y 186 millones de dólares, respectivamente.
El anuncio del inversor cayó como una jarra de agua fría a un sector que hace tiempo que siente cómo se habla de "burbuja". Indignado, el consejero delegado de Palantir, Alex Karp, apareció en el canal norteamericano CNBC para desacreditar la posición de Burry: "Ambas empresas contra las que invierte son las que están haciendo todo el dinero, lo que es superextraño. La idea de que los chips y la ontología [los esquemas conceptuales de la IA] son contra la IA" son.
"Creo que es un comportamiento atroz y me pondré a bailar cuando se demuestre que está equivocado", añadió Karp antes de acusar a Burry de "manipular el mercado". Esta semana, las acciones de Palantir cayeron un 16% y las de Nvidia, un 12%.
¿Por qué ahora?
¿Por qué ha decidido Burry hacer pública su inversión contra la IA? "Todos los gestores cuando tienen una posición quieren darla, para que se vea", explica Xavier Brun, codirector académico del máster en finanzas y banca de la UPF Barcelona School of Management y responsable de valores en la gestora de fondos Trea AM. El objetivo, pues, es que el resto de inversores se den cuenta de que su inversión es buena y, por tanto, la sigan y se cree la tendencia bajista que él busca.
De momento, aunque seguramente no tiene relación con la decisión de Scion, Deutsche Bank también está buscando opciones de hedging (alternativas para minimizar pérdidas en caso de que una inversión vaya mal) a su exposición a empresas de IA, según informó el jueves el Financial Times. Según el diario británico, el banco alemán no ha dado a conocer cuánto dinero ha invertido en el sector, pero entre préstamos a compañías e inversiones directas, se estima que se trata de miles de millones de euros.
Pero las posiciones de Scion y Deutsche no convencen a todo el mundo. De hecho, Brun recuerda que el peligro de la burbuja de la IA lleva tiempo flotando en el ambiente: "Se dice que quizás hay una burbuja de hablar de la burbuja", añade. Asimismo, las cifras hablan por sí solas y el propio Burry las recordó en un par de mensajes a X, en los que mostraba cómo dos multinacionales, Nvidia y OpenAI, financian un círculo de préstamos e inversiones en toda la industria. "Creo que Burry tiene razón", indica Brun, que –al igual que el inversor estadounidense en su mensaje a X– ve paralelismos en los patrones de crecimiento de la bolsa a finales de los 90, cuando el sector tecnológico ya sufrió la llamada burbuja de las puntcom provocada por la generalización del uso de otra tecnología rompedora: Internet.