UE

Nadia Calviño, nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones

La ministra de Economía española asumirá el nuevo cargo a partir del 1 de enero después de recibir los apoyos suficientes de los Estados miembros

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Nadia Calviño, en Bruselas puede ser elegida como presidenta del Banco Europeo de Inversiones.

Bruselas / MadridEl paréntesis de Nadia Calviño en Madrid ha terminado. La vicepresidenta y ministro de Economía fue elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en el encuentro de ministros de Finanzas que tuvo lugar este viernes en Bruselas. Finalmente, después, de numerosos intentos fallidos, el eurócrata ha conseguido sumar los apoyos suficientes -al menos 18 socios europeos a favor y que supongan al menos el 68% del capital- y ha batido a su principal rival para ocupar el cargo, la candidata danesa Margrethe Vestager. "Es la primera vez que España liderará el BEI, el brazo financiero de la UE. Es una muy buena noticia", celebró Calviño en declaraciones a los medios desde Bruselas.

La hasta ahora ministra de Economía española hacía tiempo que contaba con el apoyo de Alemania, que es la mayor economía de la Unión Europea y donde también gobiernan los socialdemócratas. Sin embargo, no conseguía el visto bueno de estados que normalmente se posicionan más a favor de España que del lado de la austeridad germánica o de los países frugales (Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia). En este sentido, Francia ha evitado decantarse por ninguna de las dos candidatas hasta última hora e Italia se ha mantenido firme con su candidato hasta el final, Daniele Franco, quien había sido ministro de Finanzas con Mario Draghi.

De este modo, Calviño, que dio el salto a la primera línea política cuando entró en el gobierno de Pedro Sánchez, seguirá haciendo carrera en las instituciones europeas. Eso sí, su paso por Madrid le ha servido de trampolín a la Unión Europea: volverá a Luxemburgo —donde está la sede del BEI— con un cargo mucho más destacado de lo que dejó atrás.

Los inicios en la Unión Europea de Calviño, que es alta funcionaria de carrera, se remontan a 2006. Fue cuando entró a trabajar en la Comisión Europea, primero en la cartera de Competencia y después en la de Mercado Interior. En ambos casos, en presidencias conservadoras. Más adelante, fue directora general de Presupuestos de la Unión Europea, que es el cargo más elevado del escalafón del funcionariado de la administración comunitaria.

La cartera de Economía, el trampolín de Calviño

En Bruselas, Calviño se ha ganado la fama de gran tecnócrata: políticamente neutral -socialista, pero no mucho- y una buena defensora de los intereses del bloque europeo. De hecho, la dirigente gallega aterrizó en la capital española como el fichaje estrella europeo de Sánchez. Entonces era uno de los nombres españoles más importantes dentro del ejecutivo comunitario y todo el mundo tenía claro que el suyo era un perfil técnico y de gestión y no político. Es más, no formaba parte —ni ha formado nunca— de las listas del PSOE y ni siquiera tenía carné de afiliada. Ahora bien, esto no le ha situado en un segundo plano.

Durante la última legislatura, Calviño protagonizó algunos de los enfrentamientos más duros con el socio minoritario, Unides Podem, y en concreto con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. De hecho, con el inicio de curso estos enfrentamientos han resurgido a raíz de la reforma del subsidio por desempleo. Con el tiempo, Sánchez también le ha visto como una escudera. En la última campaña electoral, la gallega participó en mítines socialistas para presumir de la gestión económica, sobre todo de los datos del mercado laboral, tanto del número de afiliados como de los contratos indefinidos, pese a que en su momento la propia Calviño va llegar a decir que era "absurdo y contraproducente" abrir el debate de una reforma laboral.

La reforma laboral, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTO), algunos incrementos del salario mínimo interprofesional o la ley de vivienda sólo han sido algunas de las normas donde la ministra ha querido poner los puntos sobre las is con el objetivo de proteger el libre mercado, dar tranquilidad al Ibex-35 o controlar el gasto público aunque esto le supusiera discusiones incluso con algunos compañeros socialistas, como el entonces ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Quienes han tenido que negociar codo con codo con ella asumen que es una persona de profundas "convicciones" neoliberales.

Cabe recordar que Calviño ya había intentado otras veces dar el salto a las instituciones europeas y dirigir, por ejemplo, el Eurogrupo. Sin embargo, la socialista, que había ocupado diferentes cargos en Bruselas, salió maltrecha. En 2020, pese a contar con los apoyos de estados miembros tan destacados como Alemania, Francia o Italia, perdió su carrera por la presidencia del Eurogrupo ante el ministro irlandés de Gasto Público, el conservador Paschal Donohoe. Este intento fallido es una demostración más de que el jefe y las aspiraciones de Calviño siempre han estado en la UE, y que Madrid le ha servido de trampolín para dar un salto en su carrera europea.

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