Start-ups

Nude Project, año 6

La empresa de moda online crece en facturación y empleados pese al repunte de competencia

3 min
El pop-up de Nude Project.

BarcelonaLa marca de ropa Nude Project nació en 2018 en Barcelona de la mano de Bruno Casanovas y Álex Benlloch, un madrileño y un burgalés, y en sólo seis años se ha convertido en todo uno role modelo para emprendedores novatos. Tanto, que su negocio core, principalmente sudaderas y camisetas lisas y un logo minimalista, generalmente con un tono surfero, cuenta ahora con un buen puñado de competidores. Han pasado de facturar 600.000 euros en su primer año de vida a cerrar 2023 con ventas por valor de más de 26 millones de euros y, en el último año, "la compañía ha casi triplicado la plantilla, pasando de 45 a 120 profesionales y con una tasa de retención de empleados en oficina del 92%", aseguran desde la empresa.

El meteórico crecimiento de la compañía ha sido fuerte desde el principio y ha pasado por la apertura de siete tiendas físicas en toda España –y el objetivo de abrir unas cuantas más en los próximos meses–, así como por diversas colaboraciones con otros start-ups como Goodnews y Glovo– ha supuesto también la difícilmente evitable rotación de empleados clave. Es el caso, por ejemplo, del responsable de La Desnuda –la marca de cerveza que lanzó Nude hace unos meses–, que ya no forma parte porque, según la compañía, "el propio proyecto se está replanteando".

Fuentes del sector apuntan que ha habido otras bajas destacadas en los primeros meses de este año, aunque la empresa no lo confirma y apunta que algunos de los que se han marchado siguen colaborando. "Es normal que este crecimiento suponga rotación en algunos empleados porque quizás sus caminos ya no estaban alineados con el rumbo de la marca, o que otros prefieran emprender su camino como freelancers, aunque en este caso siguen colaborando con nosotros en proyectos puntuales", explican desde la marca de ropa.

La presión de la competencia

El fuerte crecimiento de Nude Project ha supuesto un repunte de competencia. Desde el principio, Benlloch y Casanovas, que tenían tan sólo 18 años cuando empezaron el negocio, siguieron una estrategia comunicativa muy transparente: han explicado en multitud de podcasts y conferencias las claves de su éxito y son conocidos como los emprendedores que con un capital inicial de 600 euros –300 por cabeza– han hecho crecer un pequeño imperio. "Es normal que esto haga que salgan propuestas muy similares de chicos jóvenes que repliquen la idea, y eso tensa al mercado", explican fuentes del sector.

Propuestas como la de los madrileños Jaime Cruz y Javier López con Scuffers, una marca de ropa también de estilo urbano, o la de los jóvenes alicantinos de Eme Studios, también una marca de moda que empezó vendiendo cintas para las gafas e hizo estallar cuando lanzó la línea de camisetas de streetwear, son un ejemplo. "No es un problema que la competencia venga con fuerza, en realidad es muy bueno", aseguran desde Nude Project. Sin embargo, esto dificulta la retención del personal y el robo de talento está a la orden del día. No es de extrañar, pues, "que estas nuevas empresas, quizás con más inversores, hagan ofertas potentes a empleados de la competencia", explican fuentes del sector.

Esta presión en el mundo emprendedor se ve en varios sectores. Sin ir más lejos, en los últimos años son decenas las start-ups dedicadas a la cosmética, como Freshly Cosmetics, Cocunat y Lico; el sector del SaaS, como Factorial y Holded, o incluso en el mundo del café de autor, como Syra Coffee y GoodNews.

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