Telecomunicaciones

Vodafone España, la última sacudida en el sector de las 'telecos'

La filial inicia una nueva vida bajo control del fondo británico Zegona y con una reestructuración que preocupa a los sindicatos

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Imagen de archivo del logo de Vodafone.

MADRIDSi existe un sector que está viviendo un momento de sacudida es el de las telecomunicaciones. Tras la fusión entre Orange y Más Movil (hoy MásOrange) o el aterrizaje de Arabia Saudita en el capital de Telefónica, Vodafone España también se suma a los cambios iniciando una nueva etapa. Aunque su nombre no desaparecerá de un día a otro, la compra por parte del fondo de inversión británico Zegona sí trastoca su estructura y, claro, sus planes de futuro en el Estado.

De entrada, este sábado aterriza el nuevo consejero delegado, José Miguel García, que sustituye a Mario Vaz. García ya tiene experiencia como primera espada de una teleco porque había sido consejero delegado en Euskaltel justo antes de que fuera absorbida por Más Movil en el 2021. De hecho, tras esa venta estaba Zegona, que entonces controlaba a la operadora vasca. Antes había pasado por Jazztel, de donde también se marchó después de la compra por parte de Orange en 2015. El currículo de García, por tanto, está marcado por dos ventas millonarias.

Pero éste no es el único cambio destacado del organigrama. En la unidad de consumo se incorpora a Ángel Álvarez como director. El movimiento es relevante si se tiene en cuenta que Álvarez era el responsable comercial de la teleco rumana de bajo coste Digi, que en los últimos años ha visto crecer de forma fulgurante su negocio en el Estado. "Es toda una declaración de intenciones", apuntan desde el sector. Ambos tendrán que desplegar una estrategia que ayude a sanear el negocio de Vodafone en España, así como hacerlo "atractivo".

Sin embargo, esta estrategia estará marcada por las condiciones que ha establecido el gobierno español en Zegona a cambio de aprobar su adquisición. Asimismo, estará bajo la lupa de los sindicatos: el fondo británico expresó abiertamente que pretende llevar a cabo un tijeretazo en cuanto a los costes y se da por sentado, al menos entre los sindicatos, que esto supondrá una reducción de plantilla.

Condiciones de la compra

La compra de Vodafone España por Zegona se ha saldado con un desembolso de 5.000 millones de euros. Zegona podrá seguir utilizando la marca Vodafone durante 10 años, y la compañía británica mantendrá una parte del negocio, como el centro de innovación en Málaga.

La última palabra la ha tenido el gobierno español, que ha aprobado la compra después de establecer una serie de condiciones. Antes la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le dio su visto bueno en primera fase tras "no apreciar riesgos para la competencia". "La empresa se ha comprometido a un plan de inversiones de medio plazo muy importante tanto en el ámbito fijo como móvil y en mantener en todo momento una solvencia elevada", explicó el ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá . Debe tenerse en cuenta que Vodafone España es la tercera operadora de telecomunicaciones en España por cuota de mercado (16% de clientes de banda ancha y 22% de telefonía móvil).

Pese a que la letra pequeña de las condiciones no ha trascendido, el ejecutivo ha explicado que Zegona tiene la obligación de mantener la inversión para que las infraestructuras tecnológicas no queden obsoletas ni desactualizadas. También mantener ciertos contratos con la administración, dar estabilidad en torno a los "activos estratégicos" y mantener los centros de trabajo especializados en gestionar tanto las infraestructuras como estos activos.

El mantenimiento de los activos estratégicos (como son las torres) toma relevancia si se tiene en cuenta que en anteriores ocasiones Zegona ha optado por invertir, reestructurar, crecer y acabar desinvirtiendo. Ahora, sin embargo, el fondo busca alejarse de la imagen de inversor agresivo y ha asegurado que en el caso de Vodafone la visión es de "largo plazo". Sus planes también implican reavivar la pata comercial con las empresas e impulsar a Lowi, la marca de telefonía móvil de bajo coste.

Primero cara a cara con los sindicatos

A quienes no acaban de tranquilizar estas condiciones es a los más de 3.700 trabajadores del grupo europeo en España, que viven el proceso con "incertidumbre", aseguran fuentes sindicales al ARA. "Estamos a la espera de que alguien nos cuente la letra pequeña ya partir de ahí podremos tranquilizar a la plantilla", añaden. Zegona aún no ha puesto negro sobre blanco cuáles son los planes en cuanto a un posible recorte de plantilla. En todo caso, fuentes del grupo apuntan a que las estimaciones de cifras publicadas son "especulaciones".

La mayoría de la plantilla, que desde 2013 ha vivido cuatro grandes ajustes, se concentra en Madrid, Valencia y Barcelona. En el caso catalán son unos 303 empleados, según cálculos de los sindicatos. "Como en cualquier reestructuración, esperamos que se haga con ninguna, que se siga dando servicio a la población y que no se pierdan puestos de trabajo, sobre todo porque son técnicos y específicos", dicen los representantes de los trabajadores.

Peso en Cataluña

En Catalunya, más allá de la actividad comercial (tiene 1,6 millones de clientes móviles y fijos), Vodafone ha ganado protagonismo después de conseguir un importante contrato de la Generalitat. Vodafone desplegará la red 5G en un total de 370 municipios catalanes a lo largo de este 2024, lo que tendrá un impacto sobre 6,5 millones de personas, entre particulares y empresas, según explica la compañía.

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