Turismo

El turismo levanta cabeza dos años después

El sector llega a Semana Santa con altas ocupaciones a pesar de la guerra de Ucrania

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Dos turistas en un hotel, en una imagen de archivo.

BarcelonaEl sector turístico catalán vuelve a levantar el vuelo, después de dos años de pandemia, con la llegada de la Semana Santa. Las empresas del sector encaran el primer gran pico de trabajo del año con buenas perspectivas, sobre todo a los destinos del interior del país.

En las comarcas de "la Catalunya interior, el Campo de Tarragona y las Tierras del Ebro", las reservas actuales apuntan a ocupaciones de entre el 70% y el 80% desde esta semana hasta el jueves, indica Daniel Brasé, gerente de la Federación Intercomarcal de Hostelería, Restauración y Turismo (FIHRT) y vicepresidente de la sectorial turística de la patronal Pimec. A partir del viernes, cuando empieza el puente de cuatro días, los hosteleros auguran ocupaciones del 95% en el peor de los casos, o "plenos totales" en el mejor.

Tradicionalmente, el turismo interior "siempre es más fuerte para Semana Santa", recuerda Brasé. Con el covid esta tendencia se acentuó todavía más y este 2022 no será una excepción: el grueso de la ocupación proviene de turismo catalán y español, que es especialmente intenso en destinos de naturaleza y más alejadas de Barcelona, con una alta proporción de casas rurales y establecimientos especializados en turismo familiar. Las limitaciones y dificultades para viajar al extranjero debido a la pandemia han comportado que muchos catalanes hayan descubierto estos dos últimos años comarcas hasta entonces poco visitadas, como las de las Tierras del Ebro, que tenían una temporada turística muy corta concentrada en verano.

En esta línea se ha expresado también la diputada de Turismo de la Diputación de Barcelona, Abigail Garrido, que ha pronosticado una "muy buena" campaña. En la demarcación de Barcelona –sin contar la capital–, de media la ocupación será del 80,4%, mientras que en Barcelona ciudad será del 86%, según datos del organismo provincial recogidas por Efe. Sin embargo, Garrido descarta llegar a las "cifras récord" de 2019, el último año antes de la pandemia.

En cambio, como es habitual desde la llegada del coronavirus, el turismo internacional va más atrasado. "Hay, pero poco", explica Brasé. En general, los visitantes extranjeros se concentran sobre todo en destinos costeros típicos, como por ejemplo Salou, Sitges y Castelldefels.

Además, casi todo el turismo extranjero que llega estos días es europeo. El turismo asiático está muy parado –China ha reactivado confinamientos muy duros– y el turismo norteamericano ha reducido los viajes a Europa desde el estallido del conflicto en Ucrania, algo habitual cuando hay alguna guerra en el Viejo Continente, explica Brasé.

A pesar de esto, la recuperación del número de visitantes internacionales mantiene una tendencia positiva después de una Navidad mala. En la provincia de Barcelona, por ejemplo, el 54,5% de las reservas son de ciudadanos extranjeros.

Un buen ejemplo de esta recuperación es el tráfico en el aeropuerto del Prat. Entre este viernes y el Lunes de Pascua hay programadas 8.882 operaciones –entre despegues y aterrizajes–, una cifra todavía un 18% inferior a la de hace tres años, pero mejor que la de los últimos dos años, según datos de Aena, el operador aeroportuario estatal. El Viernes Santo será el día con más tráfico.

Ucrania impacta poco

La guerra en Ucrania ha sido una de las grandes preocupaciones de estas semanas para los empresarios turísticos. Sin embargo, Exceltur –la patronal que agrupa a los grandes operadores turísticos de España– cifra el impacto en una cancelación del 7% de las reservas de Semana Santa. Un dato, además, que todavía podría ser inferior, porque se podría compensar parcialmente con reservas de última hora.

La organización espera que el incremento de precios derivado del conflicto armado sí que impactará más severamente a las empresas. Exceltur espera un incremento de los costes empresariales derivados del encarecimiento de la energía, todo ello después de dos años en los que el sector en España ha perdido un 54% de ingresos. De media, las compañías solo podrán repercutir un 24% de las subidas en el precio final que cobran al cliente, según los cálculos de la entidad.

Hay que tener en cuenta que el turismo es una de las industrias más sensibles a las subidas del precio del petróleo, porque es muy intensivo en combustibles. El aumento del precio del petróleo afecta sobre todo a los viajes por carretera, pero también a los de larga distancia en avión y barco (como por ejemplo cruceros y ferris). Además, sectores como la hostelería y la restauración tienen elevados costes energéticos por el gran consumo de electricidad y gas, dos productos que también están registrando precios récord este año.

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