Turismo

El turismo llena Barcelona y frena en la costa en un verano de precios récord

El sector se acerca a las cifras de 2019 pero acusa la reapertura de mercados más baratos

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Una terraza llena de turistas en la Rambla de Barcelona

BarcelonaSi bien en 2023 está llamado a ser el año del gran retorno del turismo, la recuperación de las cifras de antes de la pandemia parece producirse de forma desigual. La ola inflacionaria, la ralentización de la zona euro y la entrada en juego de destinos más económicos han derivado en un verano de máximos en Barcelona, pero también de freno en la costa y en el interior, con un julio fuerte, un agosto sólido y un septiembre holgado en reservas.

Los datos oficiales son inequívocos: Catalunya está recuperando ya algunos de los registros de antes de la pandemia. El Principado recibió 2,31 millones de turistas extranjeros en julio, tan solo un 2,5% por debajo de 2019, y un global de 2,56 millones de viajeros en hoteles, en este caso por encima del mismo mes de hace cuatro años. También acumuló más de 8,12 millones de pernoctaciones, quedándose a 36.500 de julio de 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El récord histórico de estas tres variables en un julio se registró en el 2017. Pero, ¿cómo se han distribuido estos turistas?

Barcelona, rompiendo registros

Después de una primavera impulsada por los grandes eventos, que incluso llegaron a disparar el precio de algunas habitaciones hasta los 1.000 euros la noche, la capital catalana ha continuado surfeando la ola de turistas con unos precios que le acercan a la liga de las grandes capitales europeas, como Londres, París y Roma. , es decir, un 100% técnico. Los hoteles han acogido así a turistas de mayor poder adquisitivo. "Por nuestra parte, ha sido una temporada buenísima, quizás mejor en julio que agosto, que ha sido más reserva de última hora. Ha sido un verano espléndido y septiembre se presenta mucho mejor, ya que casi hemos cumplido presupuesto en los tres hoteles", explica la directora de operaciones de la cadena Yurbban Hotels, Norma Galofré, que cuenta con tres establecimientos en la ciudad. De hecho, según datos de la plataforma de comercio hotelero SiteMinder, el noveno mes del año arranca con las mejores cifras de reservas hoteleras de los últimos cinco años en España, concretamente un 17% por encima de 2019.

El director general del Hotel Avenida Palace, Albert Álvarez, también hace un balance positivo porque han superado la campaña de verano de antes de la pandemia: "Hemos mantenido la misma ocupación, por encima del 90%, a un precio medio un 18% por encima del 2019. El turista que nos ha llegado es de mayor calidad". La cadena Abac Group también ha vivido un julio mejor que en agosto: sus cuatro hoteles de Barcelona han rondado una ocupación media de entre el 93% y el 96%, por encima de 2022 y similar a la de 2019, pero con un precio medio entre un 5% y un 10% superior. "El hotel tres estrellas que tenemos en el Born ha sido al 97% de ocupación en agosto, con un precio medio de 175 euros", añade su director general, Héctor González.

Recuperación casi absoluta en la costa catalana

El sector turístico de sol y playa, así como el del interior y de montaña, hace una valoración más contenida de este verano, ya que, pese a rozar las grandes cifras de antes de la pandemia, las expectativas de un gran verano han deslucido una campaña que no deja de ser buena a los ojos de las federaciones sectoriales.

Una tendencia a un menor gasto con estancias más cortas, la no sustitución del turista ruso, que representaba el 13% de las pernoctaciones en la Costa Daurada y las Terres de l'Ebre y practicaba un turismo de larga estancia, y la reactivación del turismo balcánico y de sur de Europa, con Grecia y Albania como grandes exponentes que han competido con la oferta catalana, han mantenido las cifras en niveles del año pasado.

"Para nosotros ha sido un julio muy irregular, hemos notado algún desvío hacia agosto, y creemos que también se desplazará hacia septiembre y octubre", explica al ARA el portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona, Xavier Guardia, que no habla de normalidad absoluta en el sector, pese a cifrar en un 90-95% la ocupación en el mes de agosto, y apunta al buen tiempo que ha hecho en Europa como un elemento más a tener en cuenta: "Esto ha hecho que no haya habido una recuperación absoluta. Este año hemos encontrado reservas muy tardías".

Para el presidente de la Federación de Hostelería de la provincia de Lleida, Josep Castellarnau, ha habido dos dinámicas: mientras que en el Pirineo el verano ha sido bueno, con ocupaciones de hasta el 85% en los fines de semana de julio, en la llanura de Lleida las cifras han sido más modestas, en un verano caracterizado por las altas temperaturas. "Podemos dar la campaña como buena, no es una campaña de récord, pero sí con mucha ocupación", concluye Castellarnau.

La media de ocupación en la Costa Brava ha sido del 75%, diez puntos menos que el año pasado; en agosto del 89%, pero también por debajo del 2019 y de las previsiones del mismo sector. "Viniendo del año pasado teníamos expectativas más altas; para abril, mayo y junio había mucha reserva. Hoteleros y operadores turísticos ya decían que se estaban frenando las reservas. Se esperaba un poco más", explica la portavoz de la federación de hostelería de las comarcas de Girona, Marina Figueras. En el Ripollès, la Garrotxa y la Selva, la ocupación ha alcanzado entre el 60% y el 70%. Pese al aumento de precios, del entorno del 10%, ha compensado el bajón.

Se va el turista nacional, vuelve el europeo

Una de las causas que pueden contar este verano de casi récord es el comportamiento del turista nacional. Los últimos datos de turistas extranjeros publicados por el INE rozan los máximos de hace cuatro años, gracias al aumento de rutas aéreas, que ha favorecido la presencia de estadounidenses, y la actividad de los operadores turísticos se ha reactivado prácticamente del todo.

"Hay un cambio respecto al año anterior: en el 2022 todavía había un turismo nacional que no se atrevió a hacer vacaciones de larga distancia, que ya no lo hemos tenido este año. Ha acabado marchando y ha sido sustituido por el turismo natural: el europeo", pese a los elevados precios de los billetes de avión este verano, explica el presidente de la patronal de las agencias de viaje Acave, Jordi Martí, en declaraciones al ARA.

Pese a no cumplir expectativas en la costa catalana y no acabar de superar las cifras del 2019, el sector hace un balance positivo de un verano que resiste a la ola inflacionista y puede desembocar en un año récord para esta industria. El último informe de CaixaBank Research prevé que el PIB del sector en España crecerá un 6,5% en 2023 y superará la actividad de 2019. Si los precios suben y la demanda se mantiene, los mejores números también pueden servir para recuperar aquellos que dejaron el sector por las condiciones laborales: "Con estas tarifas, podremos mejorar las condiciones del personal", anticipaba Galofré.

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