Barcelona no puede pensarse sola
La entrada en Barcelona por lo alto de la Diagonal es un reto pendiente desde hace años. Ahora mismo es un escaléxtric viario que expulsa a los ciudadanos y hace de barrera a la zona. Pero esto podría cambiar. La construcción del futuro Campus de Salud Clínico es una oportunidad para remodelar la frontera entre Barcelona, Esplugues y Hospitalet. Para humanizarla y hacerla algo más apta para los ciudadanos. El documento de criterios para la definición de una estrategia urbana para el ámbito Porta Diagonal – Campus Clínic que ha hecho Barcelona Regional señala una serie de cambios que van por este camino. El documento propone convertir la ronda de Dalt y la Diagonal, donde se enlaza con la B-23, en dos vías más urbanas que interurbanas.
En concreto, la avenida Diagonal podría ganar unos 800 metros en la autovía, con un paseo, árboles y aceras anchas, mientras que en la ronda de Dalt, en el mismo punto, se haría una intervención similar. Además, las vías que ahora conectan la B-23 con la ronda podrían simplificarse con túneles, lo que permitiría ganar 60.000 metros cuadrados de suelo urbanizable. Alargar la L3 del metro hasta el centro de Esplugues, tal y como se prevé, también ayudaría a transformar la zona ya conectarla. Y la mejora de la movilidad interurbana también debe servir para mejorar las conexiones de transporte público de la ciudad, uno de los grandes retos pendientes. La intención es estrenar el nuevo campus de salud en el año 2035, por tanto, esta transformación debería empezar a abordarse lo antes posible.
Toda esta remodelación, si se hace y si se hace con suficiente rapidez, es una buena noticia, y no sólo por lo que significará el nuevo Clínic, que debe acoger las instalaciones del nuevo hospital, la Facultad de Medicina y de Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona y varios centros de investigación07. de euros, todo junto al actual Hospital de San Juan de Dios–, sino que también lo es porque permite asear una de las principales vías de entrada a Barcelona, hacerla más humana, conectar la ciudad con su entorno y hacer crecer la trama urbana sin que ocupe más suelo reordenando lo que ya hay.
Ante la crisis de la vivienda que existe hoy en día en la capital, la ciudad necesita encontrar nuevas vías para crecer, ganar espacios verdes y servicios, zonas para los humanos más que para los coches, pero sin complicar más la movilidad. Y esto se puede hacer directamente, recuperando parte del espacio que ocupa un escaléxtrico viario, por ejemplo, o indirectamente, mejorando las conexiones viarias y de transporte público con las ciudades que lo rodean. Conectando la ciudad de una forma más armónica y racional.
Barcelona no puede pensarse sola, no está sola. Es un polo de conexión de todo el país y, sobre todo, el punto neurálgico de un área metropolitana dinámica que debe conectarse más y mejor. La actuación en la Puerta de la Diagonal podría ser un ejemplo de futuras intervenciones en otras zonas de la periferia de la ciudad y del área metropolitana que ayuden a tejer mejor a la gran Barcelona, un núcleo urbano donde vive bastante más de un tercio de la población de Catalunya.
