Incendios: más prevención y menos negacionismo

Un guarda forestal participa en las labores de extinción en Carballeda de Avia. La ola de incendios sigue devastando el noroeste de España con víctimas, evacuados y miles de hectáreas quemadas.
18/08/2025
3 min

Cada vez habrá más incendios que no podrán controlarse. Así lo advierten los expertos, tanto científicos como técnicos y profesionales que se juegan la vida combatiendo los fuegos, porque la crisis climática está agravando el contexto en el que se producen y hace más difícil su extinción. Siempre ha habido, es cierto, y en nuestro clima mediterráneo son una constante, pero ahora, cuando se producen, pueden ser más letales debido a la intensificación de los fenómenos extremos que provoca el calentamiento del planeta. Ocurre con el fuego y también con el agua. Las grandes torrentadas, las DANAS, también son cada vez más intensas y frecuentes, por lo que es fundamental estar preparados.

Se está viendo lo que ocurre cuando no es así con los grandes incendios que arden ahora mismo en el noroeste peninsular. En poco más de cuatro días se han quemado más de 200.000 hectáreas, con especial violencia en las provincias de Ourense, León, Zamora y Cáceres. Y la situación está lejos de estar controlada, con una cuarentena de fuegos activos, parte de los cuales siguen creciendo y provocando destrucción, muertes –ya son cuatro– y el desplazamiento forzoso de miles de vecinos. Aun así, ya hace días que se ha intensificado el rifirrafe político, ya que las comunidades afectadas, en manos del PP, intentan repetir eloperación Mazón y pasar ahora la responsabilidad al gobierno central acusándole de falta de reacción y medios, aunque las competencias de prevención y gestión en el primer momento son de los gobiernos autonómicos.

Puede haber mejoras y habrá que ver si se ha hecho todo lo que se podía desde el gobierno central, pero las comunidades autónomas no pueden eludir responsabilidades y son las primeras que deben poner la lupa en lo que no se ha hecho y debería haberse hecho para evitar lo que ahora está pasando. Por lo que se sabe hasta ahora, se había recortado en prevención, no había suficiente dotación de efectivos, ha fallado la coordinación y la reacción en el primer momento. Y, lo más grave, se ha practicado una política negacionista de la crisis climática, algo común de la derecha global que lo considera no un hecho científico, sino una posición ideológica, lo que está impidiendo actuar con contundencia para hacerle frente. Se sabe que los incendios se apagan en invierno con mayor prevención, con una gestión inteligente del territorio que incluye no sólo limpieza sino también, por ejemplo, el fomento de un paisaje mosaico que incluya zonas boscosas y sembrados que actúen como cortafuegos y una amplia serie de medidas de control y apoyo en el campo. Y, seguramente, aún así, seguirá habiendo incendios, parte de los cuales son provocados por criminales pirómanos. Y será cada vez más difícil controlarlos.

Destinar más recursos y medios a la prevención, sin embargo, no es políticamente rentable. Son medidas a largo plazo, no son visibles y, cuando no existe un peligro inminente, parece que sea un gasto innecesario que resta votos o no en suma. Después, cuando ocurre, todos los medios son pocos y el gasto se multiplica. Los mismos que negaban el calentamiento, los mismos que consideran "chiringuitos" los centros de planificación y prevención o que regatean los sueldos, los efectivos y los gastos de formación de los profesionales, son los primeros que exigen que estén todos, desde todas partes, ahora mismo.

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