Editorial

El PSOE en su momento más difícil

Pedro Sánchez en la sesión de control del miércoles en el Congreso.
21/06/2025
2 min

Habría que remontarse al final del felipismo para encontrar un momento en el que el PSOE haya vivido una situación tan complicada como la actual. Hay motivos para pensar que la crisis actual, provocada por el estallido del caso Cerdán (que antes era caso Ábalos y antes caso Koldo), es incluso más grave, porque el momento histórico es diferente. desgaste evidente. En cambio ahora Pedro Sánchez había llegado a la Moncloa a través de una moción de censura que se sustentaba precisamente en la necesidad de hacer limpio después de que el partido del gobierno, el PP, hubiera sido condenado por corrupción por el caso Gürtel. devastado, especialmente aquellos que conocían y trataban con Cerdán, que era la mano derecha de Sánchez en el partido y en otros muchos asuntos. con varones como el presidente catalán, Salvador Illa, que ahora mismo es su principal puntal en el territorio.

Pese a la proverbial capacidad de Sánchez para superar situaciones complicadas, el PSOE también se encuentra en una situación de debilidad porque no tiene plan B. Sánchez ejerce un liderazgo absoluto y sin contrapesos internos (y de ahí el enorme poder interno que tenía Santos Cerdán), un escenario que ya se vio con el sobre sobre el futuro por el sobre el futuro. Estos días se nota el vértigo que sienten muchos dirigentes socialistas ante la posibilidad de que su líder se vea obligado a echar la toalla.

Aún así, es evidente que Sánchez no tiene ninguna intención de hacerlo, y esta semana ya ha demostrado que su plan consiste en pasar al ataque. Otra cosa es si será capaz. Porque, al fin y al cabo, todo dependerá de las informaciones que se vayan conociendo sobre la red corrupta, ya que en estos momentos todavía desconocemos el perímetro exacto de la mancha. Por eso también es lógico que Sánchez quiera ganar tiempo, frente al nerviosismo de sus socios, que se ven obligados a marcar distancias pero que, a la hora de la verdad, tampoco quieren ir a elecciones en este contexto porque equivaldría a entregar al gobierno en bandeja a la derecha y la extrema derecha.

Las próximas semanas serán clave, pues, para la supervivencia del gobierno español y, también hay que decirlo, para el futuro del PSOE. Si Sánchez es capaz de llegar al comité federal del 5 de julio con los deberes internos hechos y anuncia un plan de acción creíble, el 9 de julio en el Congreso habrá aún partido. Si no, estaremos ante una lenta agonía que puede hundir al PSOE en una crisis mucho más profunda que la actual.

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