Movilidad y sostenibilidad hacen buen equipo

El futuro de la movilidad sostenible

Cataluña se mueve hacia un modelo más verde, pero todavía quedan retos por resolver

Los vehículos eléctricos contribuyen a la transición ecológica, pero son necesarias otras muchas iniciativas para hacerla efectiva.
Carlota Muntada
01/11/2025
4 min

El transporte es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, en 2022 este sector generó el 30,7% del total de las emisiones y el transporte por carretera, el 28,4%. Esta presión ambiental sitúa la movilidad en el centro del debate sobre el futuro de las ciudades y obliga a repensar cómo nos movemos en el día a día.

En Cataluña, la transición hacia un modelo de movilidad más limpio y eficiente avanza con pasos firmes, aunque todavía arrastra desigualdades territoriales, déficits de conexión y una fuerte dependencia del vehículo privado.

La nueva ley

La aprobación este octubre de la nueva ley de movilidad sostenible supone un paso adelante decisivo para dotar a España de un marco legal estable que oriente las políticas de transporte hacia un modelo más limpio, seguro e inclusivo.

Por primera vez, la norma reconoce la movilidad como un derecho de ciudadanía, y se articula en torno a cuatro ejes fundamentales: accesibilidad universal, descarbonización, digitalización y gobernanza participativa. Este enfoque quiere garantizar que todas las personas, independientemente de su lugar de residencia o situación económica, puedan desplazarse de forma segura, asequible y sostenible.

La ley también tendrá un impacto directo en las empresas. Aquellas que tengan más de 200 trabajadores por centro (o 100 por turno) estarán obligadas a elaborar planes de movilidad sostenible en el trabajo, con medidas que favorezcan la movilidad activa –como ir a pie o en bicicleta–, el transporte compartido, el transporte colectivo o el teletrabajo.

La aprobación definitiva de la norma, que aún debe superar el trámite en el Senado, es clave para acceder a cerca de 10.000 millones de euros de los fondos europeos Next Generation.

De la ciudad de los coches a la ciudad de las personas

Según David Balbàs, experto en urbanismo y coordinador de la Escuela de Movilidad Sostenible, "el gran salto no es tecnológico, sino cultural y político: hay que poner a las personas en el centro, no a los vehículos". Recuerda que Catalunya ya fue pionera con su propia ley de movilidad en el 2003, pero advierte que "las inercias siguen siendo muy fuertes y muchos políticos evitan decisiones valientes por miedo al coste electoral".

Sin embargo, Balbàs considera que la aprobación de la nueva ley es un paso positivo y necesario: "El marco normativo es fundamental para transformar nuestros sistemas de movilidad, y esta ley es un primer paso en esta dirección". Sin embargo, el propio experto reconoce que el texto llega tarde y puede resultar insuficiente en algunos aspectos. "Han sido necesarios veintidós años desde la primera ley catalana para poder contar con una ley estatal. Ahora todo dependerá de cómo y cuándo se apliquen las acciones que prevé", señala.

El progreso es visible

En las ciudades el vehículo privado cada vez pierde mayor peso. En la capital catalana, dos de cada tres desplazamientos (67,5%) se realizan con modos sostenibles –a pie, en transporte público, en patinete o en bicicleta–, según la Autoritat del Transport Metropolità (ATM).

Además, el 61% de los residentes en el área de Barcelona se declara usuario habitual del transporte público –un millón más que hace dos años–. Según el informe de la ATM de 2024, estos datos son propiciados por la comodidad, la dificultad de aparcar con un vehículo privado y el menor coste del transporte público. También las políticas de precio del transporte público marcadas por los descuentos que se aplican desde septiembre de 2022 son un gran incentivo.

El Bicing, el servicio público de bicicletas compartidas de Barcelona, ​​ha alcanzado el récord de 8.000 bicicletas en circulación, de las cuales 5.000 son eléctricas, y se está ampliando la red con nuevas estaciones para llegar a más puntos de la ciudad. Además, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) sigue renovando su flota: el objetivo es que la mitad de sus autobuses sean de cero emisiones en el 2030. Hoy, uno de cada cuatro vehículos ya es eléctrico o de hidrógeno verde.

El coche eléctrico: necesario, pero insuficiente

Los vehículos eléctricos se han convertido en el símbolo visible de la transición ecológica, pero Balbàs alerta de que “el coche eléctrico reduce emisiones locales pero no resuelve el problema de fondo: el espacio, la congestión y la dependencia energética. no basta con electrificar: es necesario que la energía provenga de fuentes renovables y que se reduzca el número total de vehículos en circulación. Actualmente, sólo el 19% de la electricidad consumida en Cataluña es de origen renovable, según datos del Observatorio de las Energías Renovables de Cataluña. punto de generación. El objetivo de 2030 es que esta cifra llegue al 50%.

La bicicleta: motor del cambio urbano.

Desde el Bicicleta Club de Catalunya (BACC) remarcan que no se trata tanto de construir más carriles bici como asegurar que los carriles existentes sean seguros y estén bien diseñados. "No es una cuestión de cantidad, sino de calidad", apuntan desde la entidad.

Cada trayecto realizado en bicicleta ahorra emisiones contaminantes y contribuye a reducir la congestión urbana. Sin embargo, desde el BACC insisten en que el beneficio va mucho más allá del medio ambiente, ya que incide directamente en la salud y el bienestar de las personas: "La bicicleta es salud pública preventiva, ya que reduce la contaminación, mejora la calidad de vida y ahorra gastos sanitarios".

Más allá del área metropolitana

Uno de los retos pendientes de la transición es garantizar que la movilidad sostenible llegue a todo el territorio, no sólo a los grandes núcleos urbanos. En muchas comarcas catalanas, la carencia de un transporte público fiable y frecuente obliga a la ciudadanía a depender del coche privado para desplazarse.

A esta situación se añade el mal funcionamiento de la red de Cercanías, que sigue siendo uno de los puntos débiles del sistema de movilidad catalán. Sólo en el primer semestre de 2025, Cercanías sufrió 175 alteraciones severas que afectaron a más de un millón de pasajeros, según el Departamento de Territorio de la Generalitat.

Los retrasos constantes, las cancelaciones y la falta de inversiones alimentan la desconfianza de usuarios que, en muchos casos, acaban volviendo al vehículo privado por necesidad.

Una nueva cultura de la movilidad

"Los datos son claros: el futuro pasa por menos vehículos, más transporte público y más desplazamientos activos. Pero, sobre todo, por un cambio de mentalidad colectiva que ponga a las personas y la salud del planeta en el centro de las políticas públicas", apunta el experto.

Barcelona estrena su primer minibús de hidrógeno reconvirtiendo un motor diésel

Barcelona ha dado un paso más en la transición hacia una movilidad limpia con la puesta en marcha del primer minibús de hidrógeno de la ciudad, un vehículo de cero emisiones que hasta hace poco funcionaba con motor diesel. El proyecto, bautizado como HERO - Hydrogen Retrofit, forma parte de la estrategia municipal de descarbonización del transporte público y quiere demostrar que es posible alargar la vida útil de vehículos existentes transformándolos en modelos sostenibles. Esta alternativa, más circular y económica que la total renovación de flotas, reduce el impacto ambiental no sólo durante el uso del vehículo, sino también en su proceso de fabricación.

El proyecto ha sido posible gracias a la financiación del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT Urban Mobility) y cuenta con una clara impronta catalana. Participan Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la empresa EVARM, con sede en Sant Boi de Llobregat y especializada en la reconversión de motores, y el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC), que aporta su conocimiento en hidrógeno verde.

El vehículo escogido para la prueba piloto es un minibús de proximidad, pensado para circular por barrios con calles estrechas y pendientes pronunciadas, donde el ruido y las emisiones afectan más directamente al vecindario. Con la reconversión, el minibús elimina completamente las emisiones contaminantes y reduce el ruido del motor, contribuyendo a una movilidad más limpia y amable en estos entornos urbanos.

El nuevo modelo incorpora una batería de 35 kWh y un montón de combustible de 120 kW, que genera electricidad combinando hidrógeno y oxígeno del aire, con la ventaja de que el único residuo es vapor de agua. A diferencia de los autobuses eléctricos convencionales, no necesita grandes baterías ni puntos de recarga: su batería se recarga automáticamente durante la marcha, gracias al continuo funcionamiento del montón de hidrógeno.

Desde marzo de 2025, el minibús ha sido sometido a pruebas piloto para validar su eficiencia, maniobrabilidad y consumo energético. Actualmente ya circula sin pasaje por varias rutas de Barcelona. Se ha convertido en el primer vehículo de estas características que rueda por las calles de la ciudad.

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