Gobierno y energéticas unen fuerzas en la transición necesaria
Éxito de la jornada sobre las energías renovables de autoconsumo y la necesaria transición hacia el nuevo modelo, organizado por el Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña y el diario ARA
La Sala Ensayo del Palau de la Música Catalana acogió la jornada del CEEC y el diario ARAPere Virgili
Redacció
17/12/2025
4 min
El acto, presentado por la periodista Laura López, contó con dos mesas redondas moderadas por Antoni Bassas. La primera reunió a la directora general de Energía del Gobierno, Marta Morera; el director de Endesa en Cataluña, Enric Brazis; la delegada regional noreste de Redeia, Trinidad Sala, y el director técnico de energía para Cataluña y Baleares de Veolia, Oriol Morell. Todos ellos coincidieron en la necesidad de acelerar el proceso de transformación del sistema eléctrico, así como en la importancia de una regulación más eficiente y estable, una mejor colaboración público-privada y un entorno que facilite la inversión en renovables.
"El objetivo es claro: 2030-2050, neutralidad climática. Como ambientóloga, tengo claro que si sólo gana la economía y no la transición energética y el medio ambiente, no vamos bien. La Administración debe marcar la hoja de ruta y acompañar este camino con presupuesto."
Para la directora general de Energía del Gobierno, "la regulación también debe servir para agilizar. Con los decretos 16/2019 y posteriores, en la práctica, nos hemos encontrado con situaciones nuevas y hemos aprendido sobre la marcha: plazos, reducción de la conflictividad y apertura a la participación y la control. se entiende que tarde tanto, pero es una cuestión de seguridad para evitar abusos”.
En el camino hacia la descarbonización "todos los planes que se están elaborando están alineados al 100%". También en un tema tan sensible como el cierre de las centrales nucleares. "Su cierre en el 2035 es realista siempre que hacemos lo que hay que hacer. La cruda realidad es que no puedes generar todos los megavatios que quieras si no tienes red. Ahora bien, esa alineación entre actores nunca la había visto antes".
La combinación de redes –fotovoltaica, eólica y eólica marina– y la reducción de costes es el objetivo. "No solo debemos fiscalizar lo que cuesta el nuevo modelo, sino también lo que nos ahorramos con el actual", que Morera cifró en 8.500 millones anuales. Por eso, "disponemos de herramientas nuevas, como los CAES, que deben ayudar a acelerar la financiación de los proyectos".
Morera se felicitó de los ajustes importantes que ha introducido el nuevo decreto —"agilización, simplificación administrativa y una mirada social para reducir la conflictividad"—, además de recordar que "hay actividades que no se pueden electrificar y para las que tenemos soluciones propias como el biogás, para los purines y la ganadería".
Hablan las energéticas
Para Enric Brazis, director de Endesa en Catalunya, "el desarrollo del sistema eléctrico es uno de los grandes retos y nos falta mucho camino por recorrer". Según el mapa actual, "en Catalunya estamos por encima del 80% de descarbonización del sistema gracias, entre otros factores, a las nucleares. En España estamos en torno al 60% y en Catalunya llegamos al 22% de generación renovable".
En este sentido, Brazis hizo hincapié en la penetración de las renovables, pero también en el cuidado con el que hay que hacerlo. "El territorio es denso y es complicado desplegar nueva infraestructura". También remarcó la necesidad de definir un marco regulador incentivador porque "las reglas del juego serán las que marquen la implantación".
El director de Endesa en Catalunya advirtió también que "la red está saturada, pero hay muchos proyectos con potencial para hacer crecer la red y su productividad y dar viabilidad a estos proyectos para que tengan futuro".
Trinidad Sala, delegada regional noreste de Redeia, habló de la importancia de la planificación en el transporte de energía eléctrica. "Esta planificación responde a las necesidades del territorio y eso requiere un engranaje y colaboración plena entre todos los organismos. Las planificaciones actuales buscan reforzar la robustez del sistema y facilitar la integración de las renovables".
Según explicó Sala, el objetivo pasa por "dar respuesta a la demanda y facilitar el abaratamiento de costes. Ya tenemos herramientas para cumplir los objetivos de descarbonización, impulsar la electrificación de la demanda existente, favorecer la generación neta y hacer posible nuevas inversiones", pero, para ello "es clave la calendarización".
Oriol Morell, director técnico de energía para Cataluña y Baleares en Veolia, aseguró que "nuestro papel es acompañar y catalizar todo este proceso, asesorando a las empresas sobre cómo afrontar las inversiones, la financiación de los proyectos y la gestión adecuada para obtener el rendimiento esperado".
También incidió en que "más allá de la inversión, hay que reforzar la competitividad: ahorro, eficiencia y empoderamiento de las empresas", porque "si somos capaces de reducir costes y trasladarlo a la factura, atraeremos a más empresas e industria. El reto de la descarbonización es clave".
Morell destacó el nuevo papel del consumidor como prosumer –"alguien que produce energía, la consume y devuelve el excedente a la red"–, así como la implicación social de las empresas "para ofrecer productos de mayor valor e incrementar beneficios".
En resumen, "hay que trabajar por fases. Primero, reducir el consumo; luego, producir energía. No hay una única solución: biogás, biomasa, combustibles alternativos, electrificación eficiente con bombas de calor y autoconsumo fotovoltaico son todas piezas clave y "empoderar al consumidor genera un círculo virtuoso de '.
Antoni Bassas moderó las dos mesas redondas.Pere Virgili
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El impacto sobre el territorio es uno de los grandes debates pendientes en la transición energética en Cataluña y las energéticas reclaman más pedagogía y una clara planificación del PLATER
La mesa redonda Energía y Territorio puso el foco en la relación entre el despliegue energético y el impacto sobre el territorio, uno de los grandes debates pendientes de la transición energética en Cataluña y el papel clave del PLATER (Plan territorial sectorial de energías renovables de Cataluña). La sesión reunió a la directora del Instituto Catalán de la Energía (ICAEN), Anna Camp; el director de generación de Estabanell Energia, Pere Borràs; el director de energía de Sorigué, Ignasi Clariana, y el director de Marketing, Residencial y Canal Indirecto de Bassols Energia, Xavier Barquero.
"Estamos en un momento de cambio profundo. Hace sólo tres semanas se convalidó el proyecto de ley, y eso marca un antes y un después. Cuando informas a los vecinos desde el principio, el nivel de conflictividad baja. Es importante tener claro que los proyectos tienen impacto, pero también explicar bien cuáles son las medidas correctoras y compensatorias, y realizar una labor constante de concienciación", explicó Anna Camp.
La directora del ICAEN descartó que exista una solución única para todo el territorio. "Hay proyectos como los parques eólicos vinculados a la gestión forestal que aportan valor añadido, por ejemplo, en la prevención de incendios. Cataluña es un territorio denso, pero también muy diverso. En algunas zonas la solución pasa por plantas de biogás; cada territorio tiene necesidades diferentes y esto debe explicarse muy bien". Como los molinos en el Empordà. "Crean muchos debates y, por eso, es clave la regulación y una buena ordenación del territorio, que permita tomar decisiones con criterios claros".
Pere Borràs, director de generación de Estabanell Energia, subrayó que apostar "por la generación distribuida en Catalunya tiene mucho sentido. Somos un país muy denso y hay que acercar las infraestructuras al lugar de consumo. La clave es estar: cuando explicas los proyectos y haces pedagogía, la tensión baja mucho".
"Una de las novedades del decreto es la obligación de explicar los proyectos antes de ejecutarlos. El debate no debe ser "renovables sí, pero así no", sino cómo hacemos posible que todos juntos avancemos". Por eso, "es importante que los ayuntamientos tengan una visión global y que haya un reparto claro de responsabilidades. Hay una demanda generalizada: que la energía se produzca cerca. Hoy el único mecanismo es un radio de 500 metros si la instalación es sobre tierra. Nuestra propuesta es que sea de 5 km. Esto ayudaría mucho, porque si tienes una planta cerca, notar".
Ignasi Clariana, director de energía de Sorigué, habló de la transición energética como una oportunidad, "aunque hay sectores que defienden que el autoconsumo ya es suficiente, pero no es así". El rechazo que a veces provoca no tiene parangón con lo sucedido durante años: "Comparativamente, si antes aceptábamos infraestructuras mucho más invasivas como las nucleares, hoy cualquier instalación renovable genera debate, aunque es reversible. En muchos casos, el problema principal es el impacto visual". Así que "todo comienza con una planificación transparente. Es un proceso complejo y hay que saber sacar de la ecuación ese pequeño porcentaje que siempre dice que no".
Para Xavier Barquero, director de Marketing, Residencial y Canal Indirecto de Bassols Energía, "la confianza se construye con hechos. El problema es que el debate energético a menudo se queda en un plano ideológico, incluso a nivel familiar. La transición energética, la cohesión territorial y la lucha contra el cambio climático son inseparables". Así que "la cohesión territorial es clave para garantizar el despliegue del sistema y la equidad en derechos y deberes. Es imprescindible que la energía llegue a todas partes y que no renunciamos a espacios de diálogo, para que la política no acabe contaminando un debate que debería ser colectivo".
Como remarcó Anna Camp, "es cierto que en algunos casos hay discursos de rechazo muy ideologizados. Por eso es necesario realizar un ejercicio de empatía con los alcaldes, especialmente de los municipios pequeños".
"No me he encontrado todavía con un efecto Trump o de Vox generalizado, pero cada proyecto es diferente y requiere un trato a medida y los alcaldes necesitan un relato para poder explicar a la ciudadanía por qué se realizan estos proyectos", coincidió Ignasi Clariana.
Oriol Amat: "La inversión es rentable pero falta seguridad jurídica"
Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad por la Universidad Pompeu Fabra, fue el encargado de dar una visión independiente de la jornada y lo hizo con un mensaje claro, aunque los datos económicos no son buenos: "la inversión en energías renovables es rentable para las empresas". La razón no es otra que "ahora a una empresa no sólo se le mira la vertiente económica, sino también la social y la medioambiental".
"La inversión en tecnología en energía y renovables, por lo general, funciona bien. Son inversiones rentables, con retornos hasta tres veces superiores a los de la energía fósil, especialmente en las grandes empresas", aseguró. "Antes el único objetivo era ganar dinero; ahora eso ya no se lo cree nadie. Precisamente por eso estas inversiones son rentables. Tienen impacto económico y social. Además, la mayoría de jóvenes quieren trabajar en empresas con propósito, y muchas de ellas están vinculadas a las renovables".
Según un estudio de la UPF, "antes de la crisis de 2008, sólo un 30% de la población tenía en cuenta la responsabilidad social a la hora de tomar decisiones; hoy esta cifra supera el 80%", explicó. Además, "todos los estudios que recuerdo indican que estas empresas son más rentables, mejor valoradas por los clientes y también por los trabajadores. El 60% de los jóvenes está pensando incluso en cambiar de empresa", si no coincide con sus valores.
Dicho esto, Oriol Amat advirtió también de las dificultades actuales de que el proceso de implantación de las energías renovables. Y es que, según subrayó "no vayamos bien". "Yo soy un economista optimista, pero los datos no son positivos". Y es que "si comparamos Europa con Estados Unidos, hace décadas la renta per cápita era similar y hoy Europa está prácticamente a la mitad. Y cuando ponemos el microscopio en Catalunya, también estamos perdiendo. Por tanto, no vamos bien. Hay muchas causas, pero la mayoría están relacionadas con el sector energético, que representa cerca del 8% del PIB y el problema no es sólo la mala, sino cómo se aplica".
Cuestiones vinculadas al sector privado actúan como barrera. "Hay poca colaboración. En Europa, el 22% de las empresas colaboran; en España, sólo el 7%, a niveles de México o Turquía. También hay problemas de infraestructuras y de financiación: hay proyectos muy interesantes que no logran financiación".
En cuanto a la volatilidad de los precios, "hay un diferencial claro entre las grandes empresas y las medias. Las pymes pagan aproximadamente un 15% más de coste energético. Esta brecha se ha reducido, pero todavía existe". Por tanto, en opinión de Amat, "aún queda mucho por hacer", aunque ahora la situación se ha estabilizado teniendo en cuenta que "el coste de la energía renovable es inferior".
La inseguridad jurídica juega también en su contra. "No afecta sólo al sector energético, es un problema estructural del país. Finlandia era uno de los países más pobres de Europa, con una fuerte dependencia de Rusia, y hoy es uno de los más ricos. Lo hicieron con leyes de país como, por ejemplo, con la educación. Aquí ese papel debería jugarlo el sector energético. Cataluña es un problema rico a pesar de la baja renta; riquezas". Y esto es clave cuando "muchas inversiones necesitan hasta ocho años para ver los resultados".
Afortunadamente, ahora estamos lejos de casos fallidos como Hola Luz o SolarProfit. "Hemos superado la guerra de precios y el sector se encuentra en una situación más sólida, aunque todavía hay empresas que lo están pasando mal". Sin embargo, la obtención de licencias es todavía un problema. "En algunos países tardan dos años, pero aquí, seis, y eso genera costes y problemas financieros" y "a las empresas que mejor les va es porque están más capitalizadas".
Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera de la UPF.Pere Virgili