Patrimoni

Ascensores históricos: un patrimonio sorprendente y muy bien escondido

Le proponemos una ruta por las casas de Barcelona que tienen los aparatos antiguos más destacados, que forman todo un legado único de la ciudad

7 min
Un detalle del ascensor de la Casa Segarra

BarcelonaLos vestíbulos de un millar largo de inmuebles de la ciudad de Barcelona esconden joyas desconocidas. Ascensores construidos con anterioridad a 1940 que son un patrimonio único de la ciudad. Para realizar inventario de estas piezas, desde el Instituto Municipal del Paisaje Urbano (IMPU), en colaboración con la dirección de servicios de Arquitectura Urbana y Patrimonio, se hizo a finales de 2022 un primer muestreo que detectó inicialmente unos 400 aparatos, un censo que en meses posteriores fue ampliándose. El muestreo realizado hasta diciembre del 2023 permitió detectar 1.220 ascensores históricos.

Montse Prado, directora técnica del IMPU, explica que el primer inventario sirvió para captar un poco la magnitud del censo, "por lo que nos fijamos principalmente en la parte más central del Eixample, que es donde era más probable que hubiera ese tipo de ascensor por la época y por la tipología de las construcciones". Este primer estudio se limitó a las islas entre Balmes y Pau Claris, entre la ronda de Sant Pere y la Diagonal. También se tuvieron en cuenta los dos grandes ejes viarios de la Gran Vía de les Corts Catalanes –entre la calle Urgell y la plaza Tetuan– y la avenida Diagonal –entre la plaza Francesc Macià y la plaza de Mossèn Cinto Verdaguer–. Se hizo una segunda aproximación, "que terminamos a finales del 2023, y que ya cogía todo el Eixample y parte de Sarrià y Gràcia, distritos donde también era probable que encontráramos ese patrimonio" y se encontraron mucho material. "Para hacer el censo –explica Prado– tipificamos que fueran ascensores anteriores a 1940, y que tuvieran ciertas condiciones, como la cabina de madera o elementos de malla trenzada. Para realizar la búsqueda hicimos un vaciado de archivo y un trabajo de campo, y también el Gremio de Ascensoristas nos aportó información importante. Sin embargo, debemos decir que no hemos hecho un análisis histórico, sino un listado de fincas". Forman parte del muestreo todos los ascensores históricos localizados con independencia de su estado o valía patrimonial. No se ha discriminado ningún elemento a pesar de que, en algunos casos, sean ascensores con escaso o nulo valor histórico-artístico. Ésta es una tarea que habrá que llevar a cabo a posteriori, explican desde el IMPU.

El detalle de los botones del ascensor de la Pedrera.

Pardo reconoce que eran conscientes de que existía este patrimonio, pero que no había sido cuantificado, "y eso era importante para poder implementar políticas de conservación. A partir de aquí ya nos podemos plantear cómo ayudar a las comunidades de vecinos a mantenerlo y conservarlo". De hecho, muchos de estos ascensores ya están situados en edificios catalogados específicamente o bien que forman parte del sector de conservación del Eixample (que incluye la protección de todos los elementos comunes) u otros conjuntos protegidos, por lo que ya cuentan con un grado de protección patrimonial, pero para otros muchos, que no están catalogados y forman parte de este muestreo, les permite optar a las ayudas y facilitar la restauración de los elementos patrimonial de interés.

Jordi Sarrats, vicepresidente del Gremio de Ascensores de Cataluña, explica que es muy importante poder preservar estos aparatos y explica que "mantenerlos es todo un reto, ya que debemos hacer ligar cosas que están pensadas y hechas con mentalidades muy diversas e influidas por valores distintos del presente", que pasa por priorizar siempre la seguridad. "Debemos implementar todas las medidas de seguridad que pide la normativa intentando mantener el valor arquitectónico y artístico". Sarrats apunta que en estos casos hay que realizar "una ingeniería a medida con un estudio previo para saber qué se quiere conseguir y cómo resolver los conflictos que puedan surgir".

Montse Prado explica que algunos de estos ascensores son piezas únicas, un patrimonio que hay que preservar también por lo que cuentan de un momento histórico. Debemos pensar, recuerda, "que en el momento en que se implanta, este elemento le da la vuelta a la realidad de los edificios. Hasta entonces, el principal era el piso más importante, donde vivían las familias más acomodadas, mientras que los áticos eran para los porteros. Cuando llega el ascensor la cosa cambia y los pisos más valiosos pasan a ser los más altos. En la misma línea, el vicepresidente del Gremio de Ascensores de Cataluña destaca la personalidad de los aparatos y que, a menudo, son piezas únicas con una lógica constructiva también única. Sólo visitando fincas del Eixample, explica, podemos ver cómo "cada ascensor tiene particularidades únicas y eso hace que trabajar sea más complejo. Tenemos que pensar que cuando se construyeron, los ingenieros no disponían de las normativas de hoy, de forma que cada uno desarrollaba el aparato según su criterio técnico, inventando soluciones para responder a lo que pedía el arquitecto". Todo ello hace que las actuaciones con estos ascensores sean complejas y, a menudo, costosas. Por eso reclama que haya líneas de ayuda por parte de las administraciones para financiar el mantenimiento y adaptación de estos ascensores.

De hecho, el IMPU ha vuelto a sacar este año ayudas para la protección y mejora del paisaje urbano que incluyen, entre otras actuaciones, las obras de restauración de ascensores históricos, ya sean catalogados o incluidos en el muestreo, y que incorporen los valores compositivos del elemento original. Esto significa, por ejemplo, que ante la necesidad de actualizar maquinaria o guías de soporte, se mantenga o restaure la cabina y cierres del ascensor manteniendo la composición original. Unas ayudas que cubren el 30% del coste de la actuación con un tope de 30.000€.

Son muchas las casas con nombre propio de la ciudad de Barcelona que cuentan con alguno de estos ascensores históricos, como Casa Martí Llorens, Casa Sayrach, Casa Calvet o Casa Consol Grassot. El mapa de ascensores inventariados está disponible online, pero si desea conocer algunas de estas joyas arquitectónicas, aquí tiene una pequeña cata.

Casa Batlló

Uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura de Antoni Gaudí, que fue el encargado de realizar una reforma integral del inmueble, tarea que se realizó entre 1904 y 1906. El espacio vertical y los cerramientos del ' ascensor, así como la escalera de vecinos que atraviesa el conocido como patio azul son originales, diseñados ya por Gaudí con el objetivo de dejar paso a un ascensor como el actual.

El ascensor de la Casa Batlló.

Ateneo Barcelonés

El Ateneo se sitúa en la edificación que fue el antiguo Palau Savassona, del siglo XVIII. En octubre de 1905, una vez adquirido el Palau por la entidad cultural y con la voluntad de incorporar un símbolo de modernidad, la junta directiva del Ateneo propuso la instalación de un ascensor aprovechando la reforma del edificio que habían encargado al arquitecto Josep Font i Gomà ya su ayudante Josep Maria Jujol, que fue el encargado de diseñar el ascensor. El presupuesto previsto inicialmente se incrementó sobre todo debido a la construcción, montaje y finura de los materiales elegidos, como la madera de caoba, el barnizado y la cúpula con vidrieras.

El ascensor del Ateneu Barcelonès.

Casa Milà – la Pedrera

En la innovadora distribución propuesta por Gaudí en la Pedrera, los ascensores tienen un gran protagonismo. Gaudí sitúa un ascensor en cada patio, dos en total, que se corresponden con los dos accesos principales al edificio. Las cabinas están trabajadas íntegramente en madera, con pomos de latón, un banco de descanso con brazos, un salpicadero y un teléfono de comunicación con cada una de las viviendas.

El ascensor de la Pedrera.

Casa Segarra

En el Eixample barcelonés encontramos numerosos ejemplos de ascensores históricos de gran belleza, con elementos originales de madera y hierro que dotan a los vestíbulos de los edificios de gran personalidad. Uno de ellos es el de la conocida como Casa Segarra, una edificación de los años 1904-1907, considerada una de las obras más notables del maestro de obras Josep Masdeu. La fachada muestra detalles plenamente modernistas, como la ondulación de los balcones, sus barandillas de hierro forjado o los elementos de ornamentación, mientras que su impresionante vestíbulo esconde detalles y elementos de gran valor, como el ascensor.

La entrada de la casa Segarra con el ascensor en el fondo.

Tres de cada cuatro ascensores de Cataluña tendrán que ser reformados

El próximo 1 de julio entrará en vigor una nueva normativa del ministerio de Industria que obliga a aplicar mejoras de seguridad, una norma que, según apunta el Gremio de Ascensores de Catalunya, afectará a entre un 75% y un 80% de los ascensores. En principio, quedarían excluidos los ascensores instalados o adecuados en los últimos 10 años, mientras que el resto tendrán que adaptarse. Esta nueva normativa, por ejemplo, prevé que todos los ascensores tengan que contar con una línea telefónica que permita llamar al servicio técnico si alguien queda atrapado. Además, tendrán que incorporar otros dispositivos para garantizar la seguridad, así como la sustitución de las guías que mantienen el ascensor encarrilado. El plazo para ello será de hasta 10 años y el coste dependerá de las actuaciones. Jordi Sarrats, vicepresidente del Gremio de Ascensores de Catalunya, ya adelanta que "ligar el valor histórico de algunos aparatos y las nuevas medidas no será fácil".

El primer ascensor de Barcelona

El primer ascensor instalado en la ciudad de Barcelona fue el antiguo ascensor del conjunto escultórico del Monumento a Colón, obra del arquitecto Gaietà Buïgas con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, aunque el ascensor fue instalado un año más tarde. Hablamos de un aparato de funcionamiento hidráulico que recorría el trayecto que hoy realiza en 30 segundos en 4 minutos. En cuanto a los ascensores eléctricos, se apunta que lo primero que se instaló en un edificio de viviendas fue en 1897 en un inmueble del paseo de Sant Joan. Posteriormente se instalaron otros como el de la Casa Burés (1905) o el del Ateneo Barcelonés (1906).

stats