Carmen Lomana y Sita Abellán se exhiben en la 080
Dominnico cierra la tercera jornada de la semana de la moda catalana con un repertorio de caras conocidas
BarcelonaSi por algo brilla Dominnico, es por su capacidad de cerrar filas. Y en estos tiempos que corren, nada despreciable al ser el líder de una comunidad que transmite una visión de la moda y consigue que este mensaje llegue a muchas orejas. Y más cuando aquellos que le rodean, más allá de mostrar una auténtica devoción por el trabajo del creador, tienen un gran poder de influencia.
En cada desfile, Domingo Rodríguez Lázaro, el alma de Dominnico, logra reunir la flor y nata de la sociedad a través de su movimiento genderless. "Somos ahora más conscientes de que nunca que la moda no entiende de cuerpos, géneros ni identidades", explicaba al backstage. Este movimiento se palpa en la pasarela, tanto en los modelos que desfilan con naturalidad en la fluidez como en el público asistente, que ya de por sí forma parte de un show que varía desde el eclecticismo hasta la extravagancia. Sin embargo, ayer, entre todos los pavos presentes en el desfile que cerraba la tercera jornada del 080, el foco de atención recayó en dos figuras del papel couché completamente diferentes que abrazan la moda a su manera.
Por un lado, la socialidad Carmen Lomana, que pisó la pasarela con un minivestido asimétrico adaptado a su cuerpo: "Es un icono y una revolucionaria que ha sacudido a una generación", decía el diseñador. Por otro lado, la polifacética Sita Abellán, amiga de Rihanna, musa de marcas como Loewe, fue también una de las estrellas de la noche. Entre la muchedumbre de followers que le siguen destaca Katy Perry o las Kardashian. “Ha sido un referente desde mis inicios y es amiga de la marca. ¿Quién mejor que ella para defender mi imaginario?”, añadía.
La empresaria y modelo murciana abrió y cerró el desfile de Dominnico con una colección ambientada en un futuro distópico, que se inspira en la cultura japonesa y algunas tribus urbanas representativas que se desviven por la apariencia. En cuanto a diseños, no hubo ninguna sorpresa significativa: Dominnico destacó las piezas emblemáticas que le identifican como marca, y que otros copian: los conjuntos provocadores de piel, los materiales vinílicos, la estética BSBM o las hebillas en forma de corazón. La firma también experimentó con elupcycling, creando prendas únicas que provienen de la reutilización de tejidos sobrantes.
Otra cara conocida de la industria de la moda es Gala González. La empresaria gallega, que ha mamado desde pequeña el negocio textil de la mano de su tío, Adolfo Domínguez, volvió a participar en el 080 con Amlul, el proyecto personal que refuerza su compromiso con la moda slow fashion y que la mantiene al margen como celebridad internacional: “Una cosa es Amlul y la otra es Gala González. Aquí no soy la protagonista, lo es la clienta”, dejó claro.
La firma nacida en el 2019 nada tiene que ver con el ritmo frenético de las multinacionales textiles para las que ha trabajado. Esto es otra cosa: sólo diseña una colección al año con prendas que combinan sensualidad y comodidad, y perduran en el armario porque no están sujetas a las temporadas ni a las tendencias. La ropa se produce localmente y una vez presentada al público, podrá adquirirse inmediatamente. “Vivimos en la era de la inmediatez, y diseñar ropa que no se va a producir o que se va a comercializar en seis meses genera más frustración que deseo. No tiene sentido”, afirmó González.
Vestirse para ir a la playa a la gran ciudad
Desde la Costa Brava, también diseña ropa a fuego lento All That She Loves, que se nutre de una red de proveedores de la zona para elaborar cada prenda bajo criterios sostenibles. “Nosotros ya venimos así de serie”, bromeaba Clara Esteve antes del desfile. La firma especializada en baño ha evolucionado hacia un tipo de ropa más relajada que destaca por su versatilidad: “Nuestros bikinis y bañadores se pueden combinar fácilmente con vestidos, pantalones o sudaderas”, añadía. El trabajo minucioso con las sedas y las felpas, las piezas de punto o el estampado tie-dye, completa una colección veraniega para practicar el dulce faro niente en cualquier lugar del litoral catalán. Eso sí, con estilo.
Si durante las vacaciones nos relajamos en cuestiones de indumentaria, Natalie Chandler nos recordaba ayer que existe otro tipo de moda femenina para pisar el asfalto de forma sofisticada, pero sin estridencias. La diseñadora belga mostró las piezas clave que forman parte del armario de la mujer urbana: camisas deconstruidas, pantalones baggy o prendas de piel que elevan cualquiera outfit diario.
Quien también hizo un interesante ejercicio de elegancia fue Lemāchet. En su debut en la pasarela catalana, la diseñadora Lucía Sánchez hizo una libre interpretación de la sastrería clásica, haciendo hincapié en el patronaje de cada pieza: “Entiendo el diseño como lo creativo que hace que una pieza sea portable ”, reafirmó tras el desfile.
Muñecos de peluche y guantes de langosta
En una tesitura totalmente diferente en cuanto a forma y contenido se sitúan las propuestas más arriesgadas de la tercera jornada del 080 que defienden creadores emergentes que nos recuerdan que no es necesario tomarse tan en serio la moda. Por un lado, el experimental Outsiders Division volvió a hacer del color, patchwork, las geometrías y muñecos de peluche su manifiesto creativo en una colección naif que remite a la infancia. Por otro, Como la Trucha al Trucho se estrenó en el 080 con una propuesta fresca llena de combinaciones vibrantes y estampados que enamorarían a los hipsters catalanes. Un detalle: a nadie le pasaron por alto unos guantes de langosta de lo más dalinianos.