Los cuadernos de actividades de verano también son cosa de mayores

La editorial Blackie Books celebra la primera década del exitoso 'Cuaderno de vacaciones para adultos' mientras proliferan otras propuestas en la misma línea

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Daniel López Valle es autor del cuaderno de verano de Blackie Books

BarcelonaVacaciones Santillana, vacaciones Santillana era un anuncio que no te podías quitar de la cabeza, y un estribillo que se te clavaba en lo más profundo de tu interior. Hacer el cuaderno de deberes y repaso veraniego era la única obligación inexcusable durante los meses de vacaciones escolares: coger lápiz y tratar de descifrar los problemas que proponía el libro se convertía en un ritual para miles de niños catalanes. Lo que no se imaginaban entonces es que de adultos seguirían haciendo, esta vez por puro goce, y que lo convertirían en una deliciosa tradición veraniega. Un pequeño milagro que ha conseguido el Cuaderno de vacaciones para adultos, la libreta de ejercicios pop de la editorial Blackie Books, creada por Daniel López Valle y el ilustrador Cristóbal Fortúnez en 2011. Líder habitual de los rankings de libros más vendidos de no-ficción a partir del mes de junio, celebra su primera década de vida abonado al éxito y en constante crecimiento: se ha expandido a Italia, donde la segunda edición es todo un fenómeno de ventas, y han aumentado todavía más el público potencial gracias al Cuaderno Golden, publicación especialmente pensada para personas que superan la sesentena.

El origen del Cuaderno de vacaciones para adultos, que cuenta con pasatiempos, ejercicios de lógica, anagramas, sopas de letras, test y crucigramas, fue una larga lluvia de ideas entre el futuro editor, Jan Martí, que entonces imaginaba cómo sería Blackie Books, y Daniel López Valle, periodista y conocido por haber ganado el concurso televisivo Saber y ganar. "Nos pasamos un año entero lanzando propuestas al aire que fueron creciendo hasta convertirse en el Cuaderno", recuerda el autor. Cuando tuvieron claro el qué y el cómo, el resultado no podía ser más satisfactorio.

Unos inicios complicados

Diez años después de que apareciera el primer ejemplar, la creación de nuevos contenidos funciona como una máquina engrasada y efectiva. Verano tras verano, se llena de problemas originales, curiosos y divertidos sin sufrir el desgaste del tiempo. No siempre ha sido todo tan fluido. "Ahora ya tenemos una idea formal de cómo tienen que ser los ejercicios, pero al principio nos encontramos con la duda de no saber quién estaría al otro lado. No te puedo decir la cantidad de cosas que se quedaron fuera el año inicial, pero te aseguro que muchas más de las que entraron. La clave fue cuando empezamos a ver el uso que hacía la gente de él", explica Daniel López Valle, que junto con Fortúnez, ha elaborado todos y cada uno de los contenidos de los cuadernos. Es importante el matiz del uso, porque un hecho curioso que han observado sus responsables es de qué maneras el lector se relaciona con la publicación. Se hace solo, en pareja o en grupo. Hay quien lo baja a la terraza del bar, a la playa o al sofá del comedor mientras suena la televisión de fondo. Como quien en verano hacía los pasatiempos de revistas antiguas con un ojo en el papel y el otro en la televisión, mientras aparecían imágenes del Tour de Francia. Los caminos para solucionar los problemas que plantea el Cuaderno de vacaciones para adultos son inescrutables.

"Està muy bien que la gente aprenda, pero por encima de todo queremos que se lo pasen bien", explica el autor, que se encuentra inmerso en la preparación del nuevo cuaderno de invierno, edición que empezó el 2020 y que tendrá continuidad. Sobre la metodología de trabajo del dúo creador hay una parte intuitiva y otra que surge de los comentarios que llegan del exterior: "Se ha de saber escuchar al pueblo –ríe López Valle–. Tomamos nota de lo que nos llega de los lectores. Por ejemplo, gracias a ellos sabemos que los anagramas y los ejercicios de lógica son muy apreciados y cada año los tenemos presentes".

El público objetivo es amplio y heterogéneo, pero hay una cuestión compleja que planea sobre el Cuaderno. ¿Qué nivel de dificultad y referencialidad tiene que tener un producto como este? "No se hace con la voluntad de dirigirse a nadie en concreto, sino pensando que todo el mundo lo podrá hacer. De todas maneras, es inevitable que tengamos ciertos referentes", reconoce el autor. Repasando la edición de este verano, aparecen multitud de personajes de ficción y realidad. De los Ramones a Cleopatra, pasando por Sylvia Plath, Lost in translation, Francisco de Goya y Maluma. Una mezcla constante de cultura general y popular. "Tengo la sensación de que faltan nuevos referentes pop que conozca todo el mundo. La generación de Rihanna y Beyoncé son de las últimas que conoce cualquier persona que te cruces por la calle. Porque si preguntas quién es Bad Bunny, por más que sea un artista de masas de hoy, es un completo desconocido para muchísima gente", explica López Valle.

Por si con el formato físico no hubiera basta, la pandemia ha ayudado indirectamente a ampliar las miras del Cuaderno de vacaciones para adultos. Coincidiendo con el confinamiento empezaron las Cuadernoches, citas online especiales en las cuales Daniel López Valle y Cristóbal Fortúnez se ponen en la piel de un presentador de concurso televisivo con nuevas preguntas inéditas pero con el espíritu intacto del cuaderno original. El experimento ha resultado ser un éxito y ya se puede participar trimestralmente, en directo y telemáticamente.

Cuadernos para todo el mundo

Però la publicación de Blackie Books no es la única dedicada a los ejercicios veraniegos para adultos. Hay editoriales históricas que hace años que trabajan con ellos, como Cuadernos Rubio, que hace 65 años que hace cuadernos de repaso y que en los últimos años ha apostado por ampliar el radio de acción. "La demanda de hacer para gente más mayor era alta. Hace diez años en España había una tasa de natalidad baja y cierto envejecimiento, así que pensamos en hacer cuadernos de estimulación cognitiva en los que se trabajara la memoria o el cálculo", explica Enrique Rubio, director general del grupo.

Uno de los libros de caligrafia para mayores de Rubio.

Aquellos primeros cuadernos funcionaron tan bien que la editorial, que dispone de un amplísimo catálogo dedicado a los niños, multiplicó la oferta para adultos con los libros de caligrafía creativa, un género que vive un momento de gran crecimiento, y un cuaderno de pasatiempos, Problemas de adultos, que gira alrededor de los ejercicios de memoria, concentración, cálculo y lógica. "Van dirigidos a un público más informal y que busca un producto más fresco", explica Rubio. Sus álbumes tienen varias funciones y realmente ayudan a personas con problemas de memoria, pero hay una condición sine qua non, y es que tienen que divertir: "Tenemos claro que tiene que ser la base de todo. Aunque sea fundamental ayudar a tener una mente activa, para hacer un cuaderno como los nuestros te lo tienes que pasar bien. Si lo ves como una obligación, mal", dice el director general de Cuadernos Rubio.

El tiempo y el éxito han demostrado que los cuadernos para adultos han llegado para quedarse, y ejemplos como los de Rubio y Blackie Books enseñan que el público pide cada vez más. Aprender divirtiéndose ya no solo es cosa de niños, y el futuro parece que seguirá esta tendencia. Para comprobarlo sólo hay que ver la apuesta de algunos grandes grupos por este formato, como Lonely Planet, que este año ha presentado su primer cuaderno para adultos viajeros, o la editorial Temas de Hoy, que pertenece a Planeta, que en 2019 publicó Juegos reunidos feministas, un cuaderno de actividades y juegos relacionados con el feminismo.

El libreto de actividades de Lonely Planet.
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