El lugar donde conocen el secreto para vivir un verano inolvidable

BarcelonaTermina agosto y mentalmente, termina el verano. Y terminan estos artículos, gracias a todos los que han hecho compañía al autor. Por último, una manía personal. Estoy dispuesto a batirme de forma dramática en duelo para defender esta teoría: nadie sabe gozar de los veranos como lo hacen los italianos. En ninguna parte encontrará tantas referencias culturales en verano como en Italia. Todos los grandes cantantes y artistas le han dedicado su atención, haciendo protagonista el verano de canciones o películas. Aunque en realidad los italianos también tienen el sector turístico en cierta crisis, con un fuerte debate sobre la manía de tener privatizadas las playas y el aumento de los precios, el verano ocupa un lugar central en el imaginario colectivo de todo el país. Por eso todavía escucho la canción que sonaba por casa porque gustaba a mi abuela: Sapore di sale, de Gino Paoli.

Me encanta Gino Paoli. Un artista nada presumido, que no llamaba la atención con ropa estrafalaria. Paoli, que todavía lo tenemos vivo con 90 años, parecía de joven un estudiante o empleado de banca corriente. Pero cantó algunos de los himnos de amor más bellos. Pese a nacer en Monfalcone, se crió en Génova. Un hecho clave para entender su carrera. En los años 50 y 60, Génova fue el escenario de una revolución musical, cuando un puñado de brillantes cantantes aparecieron. Fabrizio de André, Luigi Tenco y Paoli escribieron la banda sonora de distintas generaciones. Tenco exploró la parte oscura de nuestra alma y se suicidó de forma teatral. De André se interesó por todo lo que ocurría en el mundo. Y Paoli era feliz con poco: viviendo frente al mar en Génova.

Una ciudad imperfecta, como todas, pero abierta al mar, llena de gente mayor que nada cada día, donde nunca faltan las cosas importantes: buena comida, buen vino, un rato tostándose al sol, calas y playas tranquilas. No se trata de recomendar sitios concretos de Génova. La supuesta casa natal de Cristóbal Colón, el acuario o museos. Génova es un lugar para dejarse llevar en un dulce faro niente, caminando sin rumbo y deteniéndose en los cafés. Visitando lugares como Boccadasse, el refugio de Gino Paoli, en el que han creado un paisaje que parece creado por inteligencia artificial de tan bonito que es. Casas de pescadores de colores, restaurantes baratos con buen pescado, jóvenes jugando a waterpolo en el agua y pieles morenas. Al cantar Sapore di sale, Paoli nos hablaba de eso. Cuando nos hacemos mayores, recordamos más el gusto de la sal en la piel de la persona querida en muchos hoteles en los que hemos hecho noche. Recordemos más la imagen de la persona que deseamos saliendo del mar que la cola hecha en un museo. Un verano hermoso es aquél donde, como canta Paoli, "el tiempo pertenece a los días que pasan perezosamente". A Paoli le preguntaron por las razones por las que había escrito la canción y fue sincero: "Me vino a la cabeza como un flash. Y vi que quería cantar sobre cómo debe ser un verano, un alejamiento temporal de los hábitos consolidados". Tenía más razón que un santo.

Al ser diferentes, todo el mundo puede buscar romper los hábitos consolidados como quiera. A mí me gusta ir a un pueblo italiano de mar y cantar en voz baja a Gino Paoli. Y también tomarme un vino con mi amada mientras veo a los jóvenes enamorados saliendo del mar. Gino Paoli es un sabio. Ya sabía todo, como tantos italianos de piel morena.

Recomendación para viajar a Génova

Canción: Sapore di sale

Director: Gino Paoli

Año: 1963