Cabaret Pop

El cisma en la familia Beckham no cierra por vacaciones

La imagen familiar idílica que había construido este matrimonio se ha fundido como un azucarillo de la mano de su primogénito, que no les ha invitado a la renovación de sus votos matrimoniales

La familia Beckham en una imagen de archivo.
18/08/2025
5 min

BarcelonaSi algo ha caracterizado siempre a Victoria Beckham ha sido su perfeccionismo. Es la Leticia pop del Reino Unido. Siempre con una figura trabajada, siempre preparada para cualquier pregunta de los medios, con el modelito perfecto para ser la mejor vestida en cada evento, astuta y oportuna en las redes sociales, autora de unas colecciones de moda a las que es difícil encontrar un "pero" y también siempre el alma mater de una familia que parecía diseñada para agradar al mundo entero. Pero este posicionamiento de marca tan extraordinario se ha resquebrajado y, encima, lo ha hecho por la parte más dolorosa. La imagen pública del ex Spice Girl presenta un escape que ni ella ni su marido –también dueño de un perfil público impoluto– pueden detener de ninguna manera.

Este dolor de cabeza que les ha desterrado del podio de la perfección en el que el gran público siempre los había ubicado es la nula relación con su hijo Brooklyn, de 26 años y el mayor de los cuatro que tienen. Llevan meses escribiendo ríos de tinta sobre el distanciamiento entre la familia Beckham al completo y su primogénito, que se casó en el 2022 con Nicola Peltz, una rica heredera de EEUU cuatro años mayor que él y con la que vive completamente aislado de su familia de sangre. Pese a la presión mediática, ni David ni Victoria han dicho nada para no hacer la bola más grande, sabedores de cómo funcionan las dinámicas de la prensa. Los que sí han hablado han sido Brooklyn y Nicola, que han optado por negar ningún distanciamiento. Cuando se les ha consultado, han dicho que no hay ningún problema y que lo que se escribe es "mentira".

Todos esconden la realidad

No es difícil adivinar que tanto unos como otros mienten, unos por omisión y otros activamente. Y es que los hechos les delatan. Estamos terminando agosto y todavía no han encontrado ningún momento para visitarse entre ellos estas vacaciones. Esto, que nada tiene que ver con una incompatibilidad de agendas porque unos no trabajan y otros están de vacaciones, es algo más que puede incluirse en las ausencias y los desprecios que ha habido. El mayor de todos, cuando Brooklyn y su esposa no acudieron a ninguno de los múltiples actos que la familia Beckham organizó para celebrar el quincuagésimo aniversario del futbolista, que tuvo lugar entre EEUU –donde vive Brooklyn...–, Londres y Escocia. Si no asistir ya era triste, más aún lo fue el hecho de que Brooklyn no felicitara a su padre ni a través de las redes, como sí hicieron sus hermanos y como sí hizo él tiempo después con su suegro, Nelson Peltz, que no tiene ni Instagram. Esto demuestra que no sólo hay ausencia, sino que también existe animadversión.

Por si esa sacudida no hubiera sido lo suficientemente grande, Brooklyn y su esposa se inventaron un acontecimiento nuevo en el que era evidente que debía estar la familia de él y no estuvieron. A principios de agosto, y sólo tres años después de casarse, los dos jóvenes decidieron inventarse una segunda boda en la que ella se puso el vestido de novia de su madre para renovar los votos matrimoniales con Brooklyn. Como era evidente, este acontecimiento propiciaba que el mundo se fijara en sí los padres y hermanos del novio estarían allí, lo que serviría como termómetro de la relación. Pero queda claro que el evento estaba pensado como un ataque contra los padres de él, ya que de todas las fotos compartidas por los jóvenes en las redes jefes aparecían los Beckham. Por si esto no fuera suficiente, el texto con el que ella acompañó las fotos de la velada –"Este día fue muy importante para nosotros"– era especialmente hiriente para los Beckham, que tuvieron que disfrutar a través de las redes sociales.

Crisis en ascenso

Mientras que para la renovación de los votos sí hubo lugar para famosos como Adrien Brody o su novia, la diseñadora de moda Georgina Chapman, no la hubo para la familia de él, que no podían alegar incompatibilidad de agenda porque entonces estaban nada menos que de vacaciones. Sólo ellos, que este verano han estado con todos sus hijos en Portofino, saben dónde empezó este conflicto, que lejos de enfriarse parece que no deja de subir de temperatura ni por vacaciones. Y eso que David Beckham le habría puesto alguno me gusta en Instagram a su hijo mayor como muestra de buena voluntad. Pero para romper el hielo quizás hará falta un transatlántico lleno de paciencia más que algo de cariño cibernético.

Los Beckham en la celebración de los cincuenta años de él, sin su hijo mayor.

Las teorías sobre ese enfrentamiento del hijo con toda su familia son diversas. Según People, el conflicto viene desde antes de la boda de Brooklyn y Nicola, cuando Victoria le habría dicho a su futura joven que estaría encantada de hacerle el vestido por las nupcias. Con una trayectoria como diseñadora muy reconocida a escala global y habiendo vestido a celebridades de todo el mundo, Victoria estaba más que preparada para ser la autora de un vestido de novia condenado a ser uno de los trajes del año para la prensa rosa y para la industria de la moda. Por último, la novia se casó vestida de Valentino frente a su suegra, con el desprecio que esto suponía para ella frente a todo el mundo. Hay quien dice que el taller de Victoria no estaba preparado para hacerle el vestido y que finalmente renunciaron a hacerle porque no tenía medios –no deben conocerla...– y hay quien dice que Peltz nunca quiso casarse vestida por su suegra porque las riquísimas de EE.UU. –y del mundo– se casan todas de Valentino. También hay quien dice que la novia acabó llorando el día del casero porque Marc Anthony –que actuó por amistad con los Beckham– llamó al escenario a la chica "más guapa de la fiesta" en referencia a Victoria Beckham y no a la novia, que salió de la sala y todo, arrastrando a su polé made in Italy. De 130.000 dólares, por cierto.

Nicola y Brooklyn el día de su primera boda, cuando ella se puso una creación de Valentino

Sinceramente, a estas alturas resulta poco imaginable que estas dos mujeres puedan volver a tratarse como si alguna vez hubiera pasado todo esto tan grave que las ha llevado a no hacerse ni un triste me gusta en Instagram y en quemar todos los puentes entre los dos bandos. Ojalá lo arreglen porque por el camino sufren muchas otras personas. Sobre todo los hermanos pequeños de él, a los que también tiene castigados. De hecho, Brooklyn también podría jugar a unir y no fomentar el distanciamiento. Realmente, con tanto bótox como llevan en la cara tanto a Victoria como a Nicola, ya sin prácticamente expresividad alguna, les sería más fácil hacer el teatrillo que se han perdonado y disimular la tensión que habría entre ellas en una hipotética foto de reconciliación. Ojalá hagan el gesto y así podamos empezar a escribir sobre algo que no sea este psicodrama narcipijo interoceánico...

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