Naufragio

Recuperados los cuerpos de cinco de los seis desaparecidos en el naufragio del superyot en Sicilia

Las autoridades italianas creen que los dos primeros cuerpos identificados son los del empresario británico Mike Lynch y su hija Hanna

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Uno de los dos cuerpos extraídos de los restos del naufragio del lunes en Sicilia, en el momento que le trasladan al anatónimo forense de Porticelli, este miércoles.

LondresDesde primera hora de la tarde de este miércoles se han recuperado los cuerpos de cinco de los seis desaparecidos en el hundimiento del superyot Bayesian, que naufragó la madrugada del lunes, cuando fue tragado por un tornado mientras estaba anclado a 700 metros de la costa de la localidad de Porticello, en aguas de la provincia de Palermo, la capital de la isla de Sicilia. A falta de confirmación oficial, las autoridades italianas creen que los dos primeros cuerpos identificados son los del empresario británico Mike Lynch, de 59 años, y el de su hija Hanna, de 18. Las labores de recuperación del otro cadáver aún por localizar continúan.

De las 22 personas a bordo en el momento de la tormenta, había desaparecidas seis personas. De confirmarse que los dos primeros restos recuperados pertenecen al propietario de la embarcación, el magnate británico de la tecnología Mike Lynch, de 59 años, y su hija Hanna, de 18, quedaría por aclarar a quién pertenecen los otros tres cuerpos también rescatados este miércoles: pueden ser el del presidente de Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer; el de su mujer Judy; el de la diseñadora de joyas Neda Morvillo, o el de su marido, Chris Morvillo, que era también uno de los abogados de Lynch.

En total, otras quince personas fueron rescatadas con vida en los minutos posteriores a la tragedia, y el lunes ya se pudo recuperar el cuerpo de otra persona, Recaldo Thomas, el chef del barco. La nave está a 49 metros de profundidad, intacta, y el acceso al interior es muy difícil debido a la gran cantidad de mobiliario que flota entre los distintos compartimentos.

En paralelo a las labores de recuperación de los cadáveres, la investigación de la tragedia ha avanzado en las últimas 48 horas. De acuerdo con informaciones de la prensa local, este martes el capitán del Bayesian, James Catfield, de 51 años, "fue interrogado durante más de dos horas" por la Fiscalía de Termini Imerese. Una de las preguntas clave que la investigación deberá responder es si la actuación de la tripulación fue la correcta frente a los reiterados avisos de tormenta que el servicio meteorológico italiano emitió horas antes de la tragedia. En este sentido, uno de los aspectos relevantes es saber si las escotillas que presuntamente se habrían dejado abiertas favorecieron que el superyote de Mike Lynch se hundiese. De acuerdo con otras informaciones de la prensa italiana, el capitán del barco "no vio venir" a los problemas, pese a los avisos de mal tiempo en la zona.

El empresario Mike Lynch.

Supuestamente, cuando la manguera de agua del tornado impactó el palo del yate, de 72 metros de altura, lo rompió y provocó que la embarcación volcase de inmediato. De acuerdo con algunas críticas recogidas por medios italianos, la tripulación del Bayesian debería haber despertado a los huéspedes y haberlos provisto de chalecos salvavidas durante la tormenta. Luca Mercalli, uno de los principales expertos en clima del país y presidente de la Sociedad Meteorológica Italiana, ha asegurado que el capitán debería haber prestado mayor atención a los avisos meteorológicos y debería haber preparado el pasaje para cualquier eventualidad. Mercalli dice que, aunque la manga de agua que impactó contra el barco no era previsible, la tripulación debería haber estado más vigilante. "No sé si había alguien a bordo consultando el radar. Si hubiera estado a bordo, en la primera señal de una tormenta habría despertado a todos los ocupantes y habría sido preparado y alerta con chalecos salvavidas hasta que se hubiera terminado el temporal".

Por otra parte, la operación de rescate de los desaparecidos, que presumiblemente continúan en las cabinas de los restos del naufragio, se ve entorpecida por la falta de luz en el interior del yate y por la gran cantidad de objetos que impiden el paso entre los pasillos. De momento, hasta este martes por la tarde, los buceadores sólo han podido inspeccionar la cubierta del puente del Bayesian, aunque el portavoz de los bomberos, Luca Cari, aseguró que los especialistas ya entraron en el salón con una escalera y están intentando encontrar la mejor manera de avanzar con seguridad. "Hemos localizado una ventana de cristal por la que podríamos entrar, pero está cerrada por dentro y tiene tres centímetros de espesor, así que debemos conseguir retirarla para poder avanzar más", ha dicho. Los trabajadores del equipo de rescate están utilizando también un vehículo submarino operado a distancia para ayudarse en la operación.

Una de las paradojas de la situación es que la búsqueda es "muy complicada" porque el yate está intacto. Marco Tilotta, un bombero buceador de Palermo, ha declarado a Il Messaggero que "parecía un escenario como el del Costa Concordia [el crucero que naufragó en la isla de Giglio en diciembre del 2011], a escala más pequeña". "Desgraciadamente, son búsquedas muy complicadas", ha añadido. Entre otras razones, también, porque a la profundidad a la que hay en el yate naufragado los buceadores sólo pueden aguantar 10 minutos, aparte de los 2 minutos que necesitan para bajar y volver a subir a la superficie. de Autonomy Corporation. El emprendedor fue distinguido con la Orden del Imperio Británico por los servicios prestados a las empresas en 2006, y en 2011 fue nombrado miembro del consejo de ciencia y tecnología por el entonces primer ministro británico, David Cameron . Pero Lynch no sólo acumula reconocimientos. En marzo se enfrentó a un juicio por fraude en San Francisco, tras ser acusado por primera vez en 2018 por presuntamente haber inflado las ventas de su compañía y haber engañado a reguladores y un eventual comprador, la multinacional Hewlett-Packard. Este junio quedó libre de cargos y la excursión por el Mediterráneo era una especie de celebración de lo que él mismo había comentado como "una nueva vida", demostrada su inocencia.

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