BarcelonaNo parar de publicar música y estar en todas partes son dos de los elementos que definen al actual Taylor Swift, seguramente el mayor fenómeno pop de la última década. Pero hay a quien el triunfo de los demás no se le pone muy bien y, cuando de Pensilvania lanzó su último álbum, lo extenso The tortured poets departamento (seamos sinceros, ¿quién tiene tiempo de escuchar 31 canciones en un día?), empezó a correr la berrea que tanta Taylor Swift era demasiado Taylor Swift. Haters gonna hate y hay personas a las que nunca les parecerá que Swift –que acaba de conseguir el récord de ser el artista con el álbum que más rápido ha pasado los 2.000 millones de streamings en Spotify– habrá hecho lo suficiente para recibir toda la atención de la que disfruta actualmente.
Mientras algunos medios, como el New York Times, se preguntan si estamos entrando en la era de la Taylor-fatiga, provocada en parte por un último álbum que no estaría en la lista de sus mejores, los fans de la cantante y las redes seguimos rendidos a sus canciones. Y en sus letras, que se convierten a toda velocidad en frases hechas o memes. El último ejemplo es el verso "You wouldn't last an hour in the asylum where they raised me" [No durarías ni una hora en el manicomio donde me criaron], incluido en Who's afraid of little old me, una de las canciones más celebradas y combativas de TTPD. En este tema, Swift habla de los ataques que ha recibido a lo largo de su vida, tanto en aspectos profesionales como personales, y muchos usuarios de redes se han sentido identificados. Celebrities como Monica Lewinsky o la actriz Gillian Anderson han utilizado este verso para realizar autoparodia de experiencias vitales que las marcaron y han hecho que sean como son. Lewinsky acompañó al verso de una imagen de la Casa Blanca, el lugar donde empezó su infausto camino a la fama. El "manicomio" de Anderson es Expediente X.
Los ataques de los que habla Swift no siempre vienen del exterior, sino también de dentro de la profesión, como se ha visto este fin de semana con la escalada de insultos entre los raperos Drake y Kendrick Lamar (de quien Taylor se hacen). La guerra entre estos dos cantantes lleva tiempo durando y en los últimos días los puñales en forma de canciones no han parado de volar. "Patético maestro manipulador", "narcisista" o "misógino" son algunas de las bonitas palabras que Lamar dedica a Drake, mientras que el canadiense ha aprovechado sus temas para burlarse de la estatura del estadounidense o criticar sus colaboraciones musicales. Obviamente, en toda esta guerra también Swift ha salido recibiendo (Lamar y ella hicieron un remix de Bad blood), a quien Drake llama "la mayor gánster de la música".
Las menciones de Drake son más gasolina para el asylum que es la misma swiftmania. Este jueves Taylor Swift arranca su gira europea en París y desde el ARA seguiremos toda la actualidad que genere durante estos meses a través de esta newsletter quincenal. ¡Bienvenidos y bienvenidas a su asylum, swifties!