Pepita Bernat, de 105 años, vuelve a hacer bailar a La Paloma: "Los jóvenes se han perdido lo mejor de la vida"
La vecina de la Rambla ha celebrado sus 105 años en la sala La Paloma entre amigos, familiares y admiradores
BarcelonaEl 15 de julio Pepita Bernat cumplió 105 años y La Paloma, la sala de baile por excelencia de Barcelona y el espacio testigo de la vida de la señora Bernat, se ha vestido de largo para celebrar su cumpleaños. "La Paloma es mi segunda casa", dice con contundencia ante el portero del local de la calle del Tigre, que la mira y asiente reafirmando sus palabras. Desde que tenía 14 años que Bernat ha movido cielo y suelo para estar entre las paredes abarrocadas de la sala, pero hoy, 91 años después, es la sala quien le prepara su fiesta de cumpleaños entre amigos, familiares y mucha música.
"Hoy me rematarán", dice sonriendo Bernat después de haber estado un largo rato bailando al ritmo de la orquesta con diferentes bailadores. Pero el agotamiento físico no es el que más pesa en la centenaria, porque los pies, las piernas y las caderas ya los tiene acostumbrados a moverse sin cesar. La excepción del día es la gente que se ha reunido en La Paloma para felicitarle el cumpleaños. "¡Pepita, Pepita!", se siente por todos los rincones de la sala. Son diferentes las personas del público que quieren felicitarla por los 105 años, entre ellas su hermana, que llevaba años sin ver. "Es más joven, pero ya tiene noventa y tantos años, y me he emocionado mucho cuando he vuelto a verle", asegura con ilusión.
Pero no siempre ha sido tan sencillo entrar en La Paloma. Bernat recuerda que con 16 años tenía que hacerse pasar por alguien de 24, la edad mínima que se requería para entrar en las salas de baile en los años 40. Entonces hacía el trabajo rápido para tener un rato para ir a bailar canciones cómo Begin the Beguine, que afirma que es su preferida, "aunque ahora ya no la tocan". Durante el tiempo que estuvo casada, la sala fue también un espacio de escapatoria. Excusas o "trampas", como las llama ella, estaban a la orden del día para intentar justificar el rato que no estaba en casa.
Pese a que los años pasan, Bernat sigue haciendo como siempre: "Me pongo lo más extremado que encuentro, cuanto más brille mejor. Es importantísimo que los pendientes hagan juego con lo que llevo y el pelo siempre los intento llevar recién peinado". Ella no es la única que se pone sus mejores galas para asistir a "la sala más bonita de Barcelona". Los asistentes saben que en La Paloma se viene a bailar, y las americanas, los lacitos y los zapatos de salón son casi obligatorios. Pero Bernat sabe que ya no quedan espacios como La Paloma: "Ahora los jóvenes no bailan, a lo sumo mueven el cuerpo con el reggaetón, pero eso es hacer el tonto. Los jóvenes se han perdido lo mejor de la vida".
La influencer de La Paloma
La sala, inaugurada en 1903 y decorada por Salvador Alarma –que fue también el escenógrafo del Liceu–, tuvo que cerrar en el 2007 por las quejas de ruido del vecindario. No fue hasta el 31 de diciembre del 2022 que La Paloma volvió a abrir después de una dura batalla legal para lograr un acuerdo con el consistorio. La señora Bernat jugó un papel clave. "Fui una de las personas que más ayudó a que volvieran a abrir La Paloma, no paré de hablar de la mejor sala de baile de Barcelona hasta que la volvieron a abrir. Era necesario que la gente se acordara, de lo que representaba La Paloma para el barrio, de lo que había estado en el pasado y de lo que era para mucha gente de ahora", afirma con la contundencia de alguien a quien no le pesan los años.
Al terminar la conversación, Bernat sigue atareada atendiendo a todas las personas que quieren hacerse una foto con "la influencer de La Paloma" y una de las responsables de que la sala siga siendo el refugio de otras muchas personas. Mientras tanto, en el interior preparan las velas del pastel sorpresa para celebrar los 105 años de la señora Bernat.