Se agrava la 'guerra pesquera' en el Canal entre París y Londres

Francia detiene a un barco de arrastre británico y amenaza con endurecer los controles y cortar la electricidad en la isla de Jersey

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Un barco de pesca francés, ante el puerto de Saint Helier, en Jersey, protestando por el recorte de las cuotas de pesca, este jueves

LondresSube el tono de la confrontación entre Francia y el Reino Unido con las aguas del canal de la Mancha como paisaje de fondo. Un barco de pesca de arrastre británico ha sido detenido a última hora de este miércoles, conducido al puerto de Le Havre y puesto a disposición de las autoridades judiciales por, presuntamente, pescar ilegalmente dentro de los límites territoriales franceses, y otro ha sido advertido verbalmente, y multado, por resistirse a que los guardacostes franceses hicieran controles sobre las capturas que tenía a bordo.

Los dos barcos estaban justo delante de la bahía del Sena. El barco inmovilizado en Le Havre tendrá que pagar una fianza para salir y la pesca que llevaba a bordo puede ser confiscada. Además, el capitán se expone a sanciones penales.

La secretaria de estado de pesca francesa, Annick Girardin, ha asegurado que seguirán "defendiendo" los intereses de la flota del país con todos los recursos de los que disponen, aunque los controles hechos, ha indicado, son "habituales durante la temporada de pesca de vieiras".

Con todo, el incidente ha tenido lugar horas después de que París lanzara una clara amenaza a Londres por lo que denuncian como incumplimiento de los acuerdos post-Brexit. Francia asegura que el Reino Unido no ha concedido todavía el 10% de las licencias comprometidas: solo lo ha hecho con el 90% que corresponden a la Comisión Europea, que se reparten los estados miembros; el 10% restante son para París.

Girardin, de hecho, no ha escondido que la vigilancia de los guardacostes sobre los movimientos de las embarcaciones británicas se ha llevado a cabo "en el contexto de las discusiones sobre licencias con el Reino Unido y la Unión".

Francia ha enumerado una lista de sanciones que puede activar a partir del 2 de noviembre si Londres no cumple lo que ha pactado. La intensificación de los controles fronterizos y sanitarios de las mercancías que exporta el Reino Unido, el veto a los pesqueros en los puertos designados de Francia y el refuerzo de los controles a los camiones que viajan entre los dos países podrían ser algunas de las primeras medidas a tomar.

Desde este punto de vista, el incidente de esta noche se tiene que interpretar como un toque de atención de París a Londres. Además, un segundo paquete de medidas podría afectar al suministro de energía en algunas de las islas del Canal, enclaves británicos en aguas territoriales francesas, la electricidad de las cuales llega desde el continente. Jersey es el caso más paradigmático.

"Hasta ahora hemos dialogado, hoy tenemos la mitad de las licencias de pesca [que nos corresponden], pero no es suficiente y no es aceptable", ha dicho este jueves Clement Beaune, ministro francés para Asuntos Europeos, a CNews TV. "Ahora, pues, tenemos que usar el lenguaje de la fuerza, puesto que este parece ser el único que entiende el gobierno británico".

Desde el mes de mayo pasado se han producido varios incidentes en la zona; varios barcos franceses impidieron que barcos británicos abandonaran el puerto de la isla de Jersey. Londres, incluso, llegó a enviar a la marina para acabar con el bloqueo.

Esta mañana de jueves el Reino Unido ha asegurado que la amenaza de Francia de bloquear el acceso de los barcos británicos a sus puertos de referencia, así como impedir que salgan de sus bases en las islas del Canal, infringiría la legalidad internacional. Downing Street ha prometido represalias si París sigue adelante con la medida. "Las amenazas de Francia son decepcionantes y desproporcionadas, y no es lo que esperamos de un aliado y socio cercano", ha dicho un portavoz del primer ministro.

En los días próximos, la situación puede agravarse por un doble factor: por un lado, la negociación entre la Comisión Europea y Londres sobre el nuevo articulado del Protocolo del Brexit relativo a Irlanda del Norte; por el otro, por la situación de precampaña electoral que vive Francia, con presidenciales el mes de mayo del año próximo. Emmanuel Macron tiene que aparecer como firme defensor de los intereses de la flota francesa, un sector económicamente irrisorio pero simbólicamente muy importante.

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