América Latina

Bolsonaro asegura que volverá a Brasil para hacer política

Desde Florida, el expresidente se desmarca del intento de golpe de estado del 8 de enero, pero vuelve a poner en entredicho la victoria electoral de Lula

Joaquim Piera
3 min
El expresidente del Brasil, Jair Bolsonaro, en un acto en Florida dónde ha anunciado que quiere volver a Brasil a hacer política.

Sao PaoloJair Bolsonaro está abandonando el estado de letargo en el que entró, voluntariamente, después de perder las elecciones de octubre ante Lula da Silva y que mantuvo, estratégicamente, cuando miles de correligionarios protagonizaron un intento de golpe de estado el 8 de enero invadiendo la sede de los tres poderes en Brasilia. Esta madrugada, el expresidente brasileño ha participado en un homenaje organizado por una entidad ultraconservadora brasileña en Orlando (Florida), donde está autoexiliado desde finales de diciembre. El acto se puede considerar el pistoletazo de salida del regreso a la actividad política, ahora con un rol inédito los últimos treinta años como extraparlamentario, y lo que es más determinante, sin aforamiento.

“Tenemos las elecciones municipales de 2024, que son muy importantes. No podemos abandonar la política. Tengo 67 años y pretendo seguir en activo”, ha explicado cuando le han preguntado sobre las intenciones de concurrir a las presidenciales del 2026.

Bolsonaro ha confirmado que piensa volver a territorio brasileño, pero sin dar ningún detalle de cómo y cuándo lo haría. La declaración de intenciones, no obstante, se contradice con la solicitud de un visado de turista, ahora que ya no tiene validez el pasaporte diplomático, para poder quedarse hasta seis meses más en Estados Unidos. 

Investigado por el Tribunal de Cuentas, la Justicia Electoral y el Supremo, el líder ultraderechista afronta una ofensiva que, según muchos juristas y analistas, como mínimo, le supondrá la inhabilitación política. De momento, las investigaciones sobre el 8 de enero ya han conllevado el encarcelamiento preventivo del exministro de Justicia y fiel colaborador suyo, Anderson Torres.

El abogado de Bolsonaro, Felipe Alexandre, aseguraba este martes que difícilmente su cliente será extraditado : “Es una posibilidad muy remota; ha habido un gran alboroto cuando, en realidad, es muy complicado que sea expulsado de Estados Unidos alguien en situación legal y que respete las leyes de inmigración”.

El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro en un acto en Florida, donde ha dicho que piensa volver a Brasil a hacer política.

La estrategia de defensa ante una posible acusación golpista ya está delimitada. Y Bolsonaro la ha puesto en práctica, distanciándose de la triple invasión de Brasilia. “Lo que sucedió no es de nuestra derecha, de nuestra gente que tiene conciencia de lo que hace. El 99% de la gente de derechas sabe lo que quiere y se sabe comportar”, ha dicho, y ha pedido que se individualicen las conductas para que “cada cual pague por lo que ha hecho”. Al mismo tiempo, sin embargo, ha cargado contra las investigaciones del Supremo: “Hay mucha gente tratada de forma injusta, porque eso no es terrorismo según nuestra legislación”.

El combustible del golpismo

Toda la escalada de protestas después de las presidenciales (con cortes de carreteras y acampadas a las puertas de los cuarteles militares en diciembre, que culminaron con el intento de golpe de estado) se fundamenta en las acusaciones infundadas de fraude en las urnas electrónicas.

Bolsonaro todavía no ha reconocido el triunfo de Lula y, en un principio, se autoexilió en Florida para no tener que estar el 1 de enero en Brasilia y tener que entregar la banda presidencial, lo que representó un hecho sin precedentes desde el retorno de la democracia en el gigante sudamericano en 1985. 

Una vez más, el líder ultra ha mantenido la ambigüedad sobre esta cuestión, consciente de que ayuda a crear un caldo de cultivo social que puede dar lugar a nuevas movilizaciones e, incluso, algún nuevo intento de golpe de estado, un escenario que la Policía Federal no descarta. “Todavía hay mucha gente en shock por el resultado de las elecciones. No he sido nunca tan popular como el año pasado, lo fui mucho más que en las elecciones del 2018 y, al final, te quedas con un punto de interrogación”, ha afirmado.

El expresidente de Brasil fotografiándose con seguidores en un acto en Florida (Estados Unidos).

Las elecciones a la presidencia del Congreso y el Senado

Este miércoles se constituyen las dos cámaras del legislativo y se celebra la elección de los dos presidentes. En el Congreso se mantendrá el todopoderoso Rodrigo Pacheco, que en la última legislatura fue un gran aliado de Bolsonaro (archivó más de 550 solicitudes de impeachment) y que tiene la reelección garantizada. En el Senado, existe la posibilidad de victoria de un exministro de la extrema derecha, Rogério Marinho, lo que complicaría, y mucho, la capacidad de gobierno de Lula. 

Desde Orlando, Bolsonaro ha participado activamente en el proceso para asegurarse los apoyos a sus candidatos: “Estamos ante un día importantísimo para nuestro movimiento y para el país, para poder recuperar una cierta normalidad y que la libertad de expresión gane fuerza”, ha afirmado el expresidente, consciente de que la extrema derecha podría quedar aislada después del triple asalto en Brasilia.

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