Condenan a 17 años de cárcel al primer acusado por el asalto bolsonarista en Brasilia
El Tribunal Supremo de Brasil le considera culpable de cinco delitos, incluido el de golpe de estado y el de abolición violenta del estado democrático
BarcelonaOcho meses después del asalto violento en las sedes de los tres poderes de Brasil, en Brasilia, este jueves ha llegado la primera condena. El Tribunal Supremo brasileño ha condenado a 17 años de cárcel a Aécio Lúcio Costa Pereira, la primera persona que se ha sentado en el banquillo de los acusados por los hechos del pasado 8 de enero, justo una semana después de la investidura presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva. Ese domingo, miles de seguidores radicalizados del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron en la sede de los tres poderes de la república: el Congreso; el Palacio de Planalto, donde despacha al presidente, y al Tribunal Supremo Federal.
Aquel día hacía dos años casi exactos del asalto al Capitolio de Estados Unidos, cuando seguidores de Donald Trump intentaron evitar la investidura de Joe Biden. Los bolsonaristas violentos que vandalizaron y destrozaron una gran cantidad de patrimonio de estos tres edificios siguieron su ejemplo, mientras reclamaban un golpe de estado contra el nuevo gobierno de Lula. Uno de ellos era Costa Pereira, de 51 años, que fue detenido durante el asalto al hemiciclo del Senado, desde donde había grabado vídeos que había publicado en las redes sociales, vestido con una camiseta con el lema "Intervención militar federal" mientras instaba a los brasileños a "no desistir" y salir a la calle y cortar avenidas.
Los once magistrados del Tribunal Supremo le han declarado culpable por unanimidad, aunque el juicio ha puesto en evidencia las discrepancias internas en cuanto a cargos y penas, con un tenedor entre los 2,5 y los 17 años de reclusión. Finalmente, ha prevalecido la voz del juez instructor del caso, Alejandro de Moraes, que había propuesto la pena más alta. Costa Pereira ha sido declarado culpable de los cinco cargos que la Fiscalía le imputó: asociación ilícita, abolición violenta del estado democrático y de derecho, golpe de estado, daños agravados y destrucción de patrimonio público. El abogado defensor, Sebastião Coelho da Silva, ha tildado el proceso de "juicio político". Este veredicto, el primero, marcará el camino para el resto de imputados, 1.390 en total, que serán juzgados de forma individual.
Polarización entre los magistrados
El juicio ha dejado clara la polarización política en el país sudamericano, también trasladada al Supremo, sobre todo en el momento de describir los actos del 8 de enero. En el primer día de audiencia, este miércoles, De Moraes utilizó un tono duro contra los asaltantes y también contra quienes pretenden quitar importancia a los hechos: "A veces, el terraplanismo y el negacionismo oscuro de algunas personas hacen que parezca que el 8 de enero fue como un domingo en el parque". Según el juez, ese día, una "turba movida por el odio irracional" intentó que las fuerzas armadas "intervinieran" para derribar al gobierno de Lula da Silva "legítimamente constituido".
Pero la discrepancia ha quedado patente con la intervención del magistrado Kassio Nunes Marques, que había propuesto rebajar la condena a dos años y medio y absolver al acusado de los delitos más graves, como el de golpe de estado, argumentando que el derribo del ejecutivo de Lula no se consumó. En la misma línea se ha posicionado a André Mendoça. Ambos jueces, de perfil conservador, son los únicos que llegaron al Supremo propuestos por Jair Bolsonaro mientras era presidente.
Pero en su voto final, la presidenta del tribunal, Rosa Weber, ha seguido la línea de Moraes y le ha tomado la expresión: "No fue una aventura, un paseo en el parque", sino que fue "un domingo de devastación, el día de la infamia".