China autoriza las familias de tres hijos

Pekín permitirá a las parejas tener hasta tres hijos para luchar contra el envejecimiento de la población

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Un grupo de criaturas juega en un parque en Pekín.

PekínDel hijo único a los tres hermanos. Es el paso que ha dado la China en poco más de 5 años para combatir el grave problema del descenso de la natalidad y del envejecimiento de la población, reflejado en el último censo publicado hace solo unas semanas. Este lunes, durante la reunión del politburó del Comité Central del Partido Comunista Chino, presidida por el presidente Xi Jinping, se ha aprobado esta reforma de la política de planificación familiar, en la que se amplía el límite de los dos hijos por familia que se adoptó en 2016 para permitir hasta tres. Pese a esto, no elimina la política de control de natalidad: las parejas chinas seguirán sin tener total libertad para decidir el número de hijos que desean tener. El comunicado, publicado por la agencia Xinhua, afirma que “China apoyará a las parejas que deseen tener un tercer hijo” y habla de implementar “medidas de apoyo relevantes” para “ayudar a mejorar la estructura de la población”.

Pero Pekín es consciente de que si la reforma no va acompañada de ayudas será difícil incentivar la natalidad. El alto coste que representa para las familias criar a un hijo se ha convertido en el mejor aliado de la política del “hijo único”. El desarrollo económico y social que ha vivido el gigante asiático a lo largo de las últimas décadas ha provocado que, igual que en Occidente, las familias valoren el dinero que necesitan dedicar para la educación de un hijo antes de decidir si se lo pueden permitir. Además, las mujeres también apuestan por mantener su carrera profesional.

El año pasado los nacimientos cayeron hasta los 12 millones, el nivel más bajo desde finales de la década de los años 50. La tasa de fertilidad se sitúa solo en 1,3 hijos por mujer, lejos de la deseada ratio de 2,1 hijos necesarios para conseguir estabilizar la población. En las últimas horas una encuesta realizada por Xinhua en la red social de Weibo reflejaba claramente la situación: a la pregunta con el hashtag #estaslisto para la política de los tres hijos, de las 31.000 personas que contestaron, cerca de 29.000 optaron por la respuesta "nunca pensarían en eso". La encuesta fue borrada de la cuenta al cabo de poco tiempo de publicarse.

Población que envejece

China continúa siendo el país más poblado del mundo (1.412 millones de habitantes), pero la población envejece y la natalidad no se eleva. El gobierno es consciente de los problemas que generará la reducción del número de habitantes: desde la disminución de la fuerza laboral hasta un incremento del volumen de personas mayores que necesitarán asistencia. Y Pekín no quiere que la suya sea una sociedad envejecida, como la japonesa, antes de conseguir ser un país totalmente desarrollado con servicios sociales y sanitarios fuertes. Pero la población envejece más rápido de lo que se esperaba y los mayores de 60 años ya suman 264 millones, más del 18% de la población. En 2050 se prevé que sean 490 millones y sumarían más habitantes que toda la Unión Europea. La fuerza que ha de sustentar las pensiones (población entre 15 y 59 años) se ha reducido un 6,79% en la última década y ya solo representa el 63,35% del total de habitantes de China.

Mientras tanto, la decisión de ampliar los límites del número de hijos permitidos pone definitivamente fin a la política del “hijo único” adoptada a finales de la década de los 70 y con excepciones para los habitantes de las zonas rurales, que podían tener más de uno. Entonces la población rozaba los mil millones y se había duplicado en 30 años. El crecimiento demográfico era una bomba de relojería que, contrariamente a ahora, impedía el desarrollo del país.

La decisión de permitir un solo hijo fue muy dura para una población acostumbrada a familias extensas y en la que el culto a los antepasados era muy importante. Los abortos forzados, incluso en meses avanzados del embarazo –cuando el feto ya era viable–, y la persecución de las familias que se saltaban la ley provocaron numerosas crisis en todo el país.

Infanticidio de niñas

Y otro de los efectos fue el desequilibrio de la población. La preferencia tradicional al hombre sobre la mujer desencadenó abortos selectivos y el infanticidio de niñas. En 2020 había 34,9 millones más de hombres que de mujeres, y la brecha de género continúa ampliándose entre la población en edad de tener hijos. Desde el 2011, la tasa de mujeres en edad fértil disminuye y esta realidad provoca un rápido envejecimiento de la población. Se empezó a abordar el problema en 2013 cuando se permitió que las parejas en las que los dos miembros fueran hijos únicos pudieran tener un segundo hijo. Pero la medida ya solo consiguió convencer menos del 15% de los afectados.

En 2016 el gobierno amplió el límite a los dos hijos para todas las parejas, pero la natalidad continuó cayendo. El cambio sociológico ya se había completado: había varias generaciones que habían crecido como pequeños emperadores, con cuatro abuelos pendientes de ellos y acostumbrados a vivir sin hermanos.

Desde que se publicó el censo, en las redes sociales se pueden ver comentarios de mujeres que expresan su miedo a ser presionadas para tener más hijos. Pekín además de prometer ayuda ha anunciado formación para los jóvenes “sobre el matrimonio y el amor”. Tener tres hijos puede ser patriótico.

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