Geopolítica

Wang Huiyao: "China puede ser el garante que Putin reclama para sentarse con Ucrania"

Presidente y fundador del 'think tank' Centro por China y la Globalización

Pau Lizana Manuel
4 min
El experto en relaciones internacionales Wang Huiyao retratado en Barcelona

BarcelonaWang Huiyao es el presidente y fundador del think tankCentro por China y la Globalización (CCG). Es doctor en gestión internacional por las universidades de Windsor, Western Ontario y Manchester y ha ocupado cargos tanto en el gobierno chino como en organismos internacionales. Huiyao se encuentra en Barcelona para participar en el foro War&Peace in the 21st Century que organiza anualmente el Cidob y que este año trata sobre el papel de la Unión Europea en una nueva era geopolítica.

¿Cómo están ahora mismo las relaciones entre China y la Unión Europea?

— Están bastante bien. Hace años que Pekín es el primer socio comercial de la Unión y ahora mismo tienen una relación estratégica fuerte, pero es cierto que la relación con Estados Unidos y la guerra en Ucrania han acabado creando una cierta tensión geopolítica. China defiende la soberanía de Ucrania, pero los países europeos creen que podría hacer algo más. La solución a la tensión pasa por que los dos actores se sienten y estudien cómo impulsar la paz en Ucrania.

Macron ha insistido esta semana en no descartar el envío de tropas europeas a Ucrania. ¿Cómo vive China esta escalada discursiva?

— Pekín no quiere ver una escalada en el conflicto, y menos oír hablar de utilizar armas nucleares, como Putin ha insinuado. Quizá sea el momento de llegar a compromisos desde ambas partes. China ya propuso una reunión de alto nivel y creo que Pekín puede ser el garante que Putin reclama para sentarse con Zelenski.

¿Cómo puede mantener Pekín este discurso mediador mientras intensifica las relaciones con Irán, Corea del Norte o la propia Rusia?

— Es la forma que tiene China de mostrar el enfado con Estados Unidos. Si Washington hace ejercicios militares en el estrecho de Taiwán y se alía con Japón, Corea del Sur o la India, China debe responder.

La situación con Taiwán es una de las más delicadas para Pekín. ¿Cree que la situación podría aumentar hasta un conflicto armado?

— Es el punto más comprometido hoy en China, pero las cosas están bajo control. Cada vez hay más taiwaneses en el continente y viceversa. Nada se moverá si no hay injerencias de fuera. Mientras no se envíen representantes extranjeros como [la expresidenta de la Cámara de Representantes estadounidense] Nancy Pelosi y se respete el reconocimiento "de una sola China", todo irá bien.

Más allá del gobierno, ¿cómo ve la sociedad china estos conflictos?

— Los chinos tienen visiones contrapuestas. China nunca ha colonizado ningún territorio y ha estado muchos años aislada, por eso los chinos son un pueblo que ama la paz. Ahora bien, la presión estadounidense ha hecho que algunos chinos se posicionen del lado de Rusia en la guerra de Ucrania, porque piensan que esto desvía la atención de Washington de otras cuestiones. Pero, por lo general, lo que China quiere es tener más peso en la solución del conflicto.

La UE y Washington mantienen una histórica relación de complicidad. ¿Cómo afecta esto a la relación entre Bruselas y Pekín?

— La relación entre estas tres potencias es probablemente la más importante del mundo en estos momentos. Entre la UE y China, más allá de la tensión por Ucrania, no hay un combate de ambiciones como el que sí existe con Washington. Por eso, la UE debe adoptar un papel mediador entre Pekín y Estados Unidos y, al mismo tiempo, China puede jugar un papel decisivo en el restablecimiento de la paz entre Kiiv y Moscú.

La posible prohibición de TikTok, presiones constantes y ejercicios militares... ¿Cómo han llegado las relaciones con Washington a este punto tan bajo?

— Es muy fácil para los republicanos y los demócratas señalar a China como el enemigo. Las multinacionales estadounidenses se instalan en China, pero el capital que ganan no llega a las familias de clase media estadounidenses y así el discurso de "China nos roba" cala en la gente. Es el caso típico de una potencia mundial, que sufre cuando emerge una potencia que puede rivalizar con ella. Pero China ha dicho siempre que no tiene ningún tipo de ambición por superar a Estados Unidos, sólo quiere que se respete su derecho a desarrollarse.

¿Cómo se posiciona Pekín en relación al conflicto entre Israel y Palestina?

— De forma muy parecida a la UE, China quiere una solución de dos estados y un alto el fuego lo antes posible. Además, Pekín mantiene lazos comerciales tanto con los países árabes como con Israel y por eso se ha ofrecido también a interceder en este conflicto.

¿Cuáles son los problemas de China del futuro?

— Los principales retos de China a nivel interno son el estancamiento de la economía y el envejecimiento de la población, pero ninguno de los dos preocupa demasiado a Pekín ahora mismo. En materia internacional, si su estabilidad interna perdura, China quiere ser una "fuerza que estabiliza fuerzas". Su experiencia como país en desarrollo y también como país desarrollado le permite ser intermediaria entre el Sur y el Norte Global. China puede aportar mayor estabilidad a la situación mundial.

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