América Latina

Colombia mantiene el pulso en la calle

El presidente Duque, forzado a retirar una ley que aumentaba el IVA en plena pandemia

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Protestes contra la reforma tributaria en Colombia

BarcelonaLa fuerza de las imprevistas protestas que estallaron el miércoles en Colombia ha obligado al presidente del país, Iván Duque, a dar marcha atrás en el polémico proyecto de reforma fiscal, que preveía un incremento del IVA en pleno desastre económico agravado por la pandemia. Duque ha comparecido para anunciar que retira el proyecto, que pretendía incrementar los ingresos públicos, afectados por un déficit estructural a raíz de la bajada de los precios del petróleo. De todas maneras, ha anunciado que presentará otro con más consenso.

Duque se había quedado solo en el Parlamento –gobierna en minoría y ningún partido de la oposición le había apoyado en la reforma– pero sobre todo en la calle, donde sindicatos y movimientos sociales, a pesar de los confinamientos decretados ante el incremento de los contagios, han protagonizado cuatro días de movilizaciones masivas.

El proyecto, la tercera reforma tributaria de la administración Duque, pretendía recaudar más de 6.300 millones de dólares con tributos que afectaban a las clases populares. En el discurso televisado en el que ha anunciado la retirada del proyecto, Duque ha prometido que "no habrá ningún incremento del IVA para bienes y servicios ni se cambiarán las reglas existentes". El presidente, sin embargo, mantiene que la reforma fiscal es necesaria para mantener los programas sociales.

Protestas contra la reforma tributaria en Colombia

Uno de los puntos más polémicos del proyecto era que los colombianos que ganaran más de 550 euros mensuales tendrían que hacer declaración de la renta y a partir del año siguiente el umbral se rebajaría hasta los 310. Esto en un país donde el salario medio es de 248 dólares. También se preveía un incremento del 19% de las tarifas de los servicios públicos y un nuevo impuesto a la cesta básica familiar. Un cóctel de medidas que hicieron estallar el malestar popular, sin que el gobierno lo pudiera contener solo a golpe de restricciones anticovid.

A pesar de la retirada del proyecto, las movilizaciones han continuado y también la represión, que ha provocado al menos una decena de muertos, 14 según la red de derechos humanos Francisco Isaías. La ONG Temblores calcula que hay más de 500 detenidos y más de 200 heridos, y ha registrado una decena de agresiones sexuales contra manifestantes y entradas ilegales en domicilios de activistas por parte del ejército y la policía. La última víctima identificada es Santiago Andrés Murillo, de 19 años, que murió por el impacto de una bala en el pecho cuando se manifestaba. La violencia más dura se ha producido sobre todo en Cali, después de que los alcaldes de Bogotá y de Medellín se negaran a desplegar el ejército como había ordenado Duque el fin de semana.

El estallido del malestar

"No dimensionaban bien toda la rabia acumulada en Colombia. En el mundo rural ya son cinco años de incumplimiento de los acuerdos de paz, en cosas tan importantes como la reforma agraria o los planes de desarrollo", explica Julia Matildelina Ortiz, del colectivo Maloka, que este mediodía se movilizaba ante el consulado de Colombia en Barcelona y que prepara, con otras organizaciones, nuevas convocatorias de cara al miércoles. "Además, la sanidad es privada y todavía quieren imponer un modelo más neoliberal en un país donde hay mucha economía informal y la gente no tiene alternativas de subsistencia durante los confinamientos. Hay un hartazgo entre las clases populares y el estado ha respondido de la peor manera".

A pesar del anuncio de retirada de la polémica reforma, los convocantes de la parada estatal indefinida han dicho que mantendrán la presión en la calle. Las centrales sindicales y el Magisterio, que conforman el Comité Nacional de la Parada, así como las organizaciones independientes han dicho que el proyecto fiscal solo era una de las causas del malestar y tampoco se fían del nuevo proyecto que presentará el gobierno. También reclaman una reforma de los antidisturbios. Se espera que la próxima semana los camioneros se incorporen a la protesta.

"El contexto es de polarización extrema con un presidente que no tiene mayoría parlamentaria y que nunca se ha ganado la calle, con una situación económica que ha empeorado mucho con la pandemia y un sistema sanitario incapaz de hacerle frente", explica Rafael Grasa, profesor de relaciones internacionales de la UAB . "Los incumplimientos del acuerdo de paz, el deterioro de la seguridad y un gobierno disfuncional y con un presidente sin capacidad de liderazgo han llevado a una situación muy complicada", concluye. Recuerda que en toda la América Latina "en 2019 se acabó con importantes movilizaciones, que remitieron por la pandemia". Pero con las elecciones del año que viene en el horizonte, la tregua sanitaria en Colombia parece que se ha acabado.

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