Crisis climática

"La crisis climática nos está matando": más muertes, más hambre y más infecciones por culpa del calentamiento global

Las muertes de gente mayor relacionadas con el calor han crecido un 68% en los últimos 20 años

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La central eléctrica de Belchatow, en Polonia, en una imagen de archivo

BarcelonaEl calentamiento global no tiene efectos devastadores solo sobre el medio ambiente, sino que tiene un impacto directo, y cada vez más acentuado, sobre la salud. Las muertes a causa del calor están creciendo, así como el hambre y las enfermedades infecciosas por culpa de las temperaturas extremas y las sequías. Esta es la principal conclusión, y el enésimo grito de alarma, del informe anual de Lancet Countdown, elaborado por un centenar de expertos internacionales, que este año pone énfasis en el riesgo de seguir potenciando el uso de combustibles fósiles, los principales contribuyentes a la crisis climática.

"La adicción persistente a los combustibles fósiles está intensificando los impactos del cambio climático sobre la salud y agravando las crisis simultáneas de la energía, el coste de la vida, los alimentos y el covid-19 a las que nos enfrentamos", alerta el estudio. Ha sido publicado este miércoles, pocos días antes de que arranque la cumbre climática COP27, que se celebrará a partir del 6 de noviembre en Egipto. "El cambio climático está socavando todas las dimensiones de la salud global analizadas", alerta el informe, que indica que durante el 2021 y lo que llevamos del 2022 los fenómenos meteorológicos extremos "han causado devastación en todos los continentes".

"La crisis climática nos está matando", ha resumido el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, después de la publicación del artículo. Guterres ha reclamado que la COP27 acuerde "medidas equivalentes a la escala del problema".

El rápido ascenso de las temperaturas –el calentamiento global ya es 1,1 grados superior a los niveles preindustriales– afecta especialmente a los grupos de población más vulnerables, es decir, a la gente mayor. Las muertes relacionadas con el calor entre mayores de 65 años han crecido un 68% en las últimas dos décadas, "un número de muertes que se vio agravado significativamente por la confluencia de la pandemia de covid-19", apunta el estudio.

Además, el cambio climático está afectando a la propagación de enfermedades infecciosas. Por ejemplo, la probabilidad de transmisión del dengue ha crecido un 12% en el periodo 2012-2021, en comparación con hace medio siglo (el periodo 1951-1960), y la duración de la temporada propicia para la transmisión de la malaria ha aumentado un 32% en las zonas montañosas de América y un 15% en África.

Inseguridad alimentaria

La asimetría entre países se refleja claramente en el aumento de la inseguridad alimentaria en regiones pobres. Según el informe, la exposición al calor provocó la pérdida de 470.000 millones de horas de trabajo potenciales a escala mundial en 2021, puesto que el ascenso de las temperaturas amenaza directamente el rendimiento de las cosechas, acortando la temporada de crecimiento de los cultivos. También tienen impacto las sequías: en el periodo 2012-2021, de media, prácticamente la mitad de la superficie terrestre mundial se vio afectada por al menos un mes de sequía extrema cada año, cosa que supone un aumento del 29% respecto a medio siglo atrás.

El artículo detalla que los fenómenos meteorológicos extremos causaron daños por valor de 253.000 millones de dólares el año pasado y afectaron especialmente a los habitantes de países pobres. El año 2020 había 98 millones de personas más en situación de inseguridad alimentaria que en el periodo 1981-2010. Esta situación ahora se ve agravada por la invasión rusa de Ucrania, con un impacto en la producción agrícola global y en la cadena de suministro, cosa que el informe alerta de que puede derivar en 13 millones de personas más que sufran hambre a finales de este año.

El estudio de Lancet Countdown señala directamente a los gobiernos y empresas que "siguen priorizando los combustibles fósiles por encima, y en detrimento, de la salud de las personas". "Los gobiernos siguen subvencionando los combustibles fósiles en cantidades comparables a sus presupuestos en salud", añade. Mientras tanto, las compañías de este sector trabajan con planes "que provocarán que las emisiones superen ampliamente los objetivos del Acuerdo de París".

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