El mundo tiene diez veces más muros en las fronteras que hace 30 años

Cuando cayó el Muro de Berlín había seis barreras y ahora hay 63

Frontera Ceuta Melilla
Cristina Mas
18/11/2020
4 min

BarcelonaTreinta años después de la caída del Muro de Berlín, el mundo tiene más muros que nunca: en 1989 había seis en todo el planeta y ahora son al menos 63 las barreras físicas erigidas en fronteras o en territorios bajo ocupación. Barreras que hacen más peligroso y mortal el desplazamiento de las personas que huyen de la violencia, la persecución o la pobreza, también por una creciente militarización de las fronteras con el despliegue de barcos, soldados, aviones (tripulados o no) y los sistemas de vigilancia digital. Según un informe publicado este miércoles por el Centre Delàs d'Estudis per la Pau, empresas estadounidenses, europeas e israelíes son las que más se han lucrado del negocio de la construcción de muros: Airbus, Thales, Leonardo, Lockheed Martin, General Dynamics, Northrop Grumman, L3 Technologies, Elbit, Indra, Dat-Cono, CSRA, Leidos y Raytheon.

Muros contra la inmigración

La gestión de fronteras se ha convertido en todo el planeta en un tema de seguridad y el 60% de muros construidos en los últimos 50 años se han erigido para frenar la fuga de desplazados forzados. "En este mundo amurallado, las mercancías y el capital encuentran restricciones, mientras que las personas se ven cada vez más excluidas por razones de clase y origen", apunta Ainhoa Ruiz Benedicto, coautora del informe. Esto ha llevado a lo que califican de sistema de "apartheid global". Se ha impuesto una "narrativa poderosa y manipuladora" que sostiene que los migrantes son una amenaza a nuestra forma de vida, en lugar de víctimas de conflictos y políticas económicas perpetuadas desde los países ricos. "Esta narrativa utiliza el lenguaje del miedo para persuadir a las personas para que apoyen las soluciones basadas en la seguridad, en particular la militarización de las fronteras, y hacer la vista gorda ante sus consecuencias mortales", denuncia el informe.

Mapa dels murs en les fronteres del món recollit a l'informe.

En 2015 los gobiernos europeos reaccionaron a la llegada de refugiados procedentes de la guerra de Siria y otros conflictos del Próximo Oriente con una oleada de construcción de barreras: se levantaron muros en los Balcanes y en las repúblicas bálticas. Francia levantó en 2016 la barrera en el puerto de Calais y España no ha dejado de reforzar las vallas de Ceuta y Melilla que se habían construido a principios de los años noventa después de la incorporación al espacio Schengen.

Israel es el país con más barreras, seis, que sirven para la ocupación de los territorios palestinos (el muro de Cisjordania y la valla de Gaza) y para blindarse de sus vecinos: Egipto, Siria, Jordania y el Líbano. Todos los países vecinos de Siria también han levantado barreras para contener la oleada de refugiados. India ha construido tres muros fronterizos, de 6.540 kilómetros de largo, en las fronteras con el Pakistán, Bangladesh y Birmania. El muro más grande del mundo es el que erigió Marruecos para la ocupación del Sáhara Occidental, y que ahora está en el centro del conflicto entre el Frente Polisario y Rabat: una barrera de 2.720 kilómetros rodeada de nueve millones de minas terrestres, uno de los muros más minados del planeta.

Australia y México son los ejemplos más claros de cómo el control de fronteras se puede hacer también sin muros físicos: en el primer caso desde el mar con un polémico sistema de detección fuera de sus fronteras y un gran despliegue de patrulleras y aviones; y en el caso de la frontera con Guatemala, son tropas mexicanas con financiación de los Estados Unidos.

Un negocio en manos de la industria militar

Esta fiebre constructora de muros ha generado un negocio inmenso para la industria militar y de seguridad, que provee a los sistemas tecnológicos que acompañan las barreras: equipos de monitorización, detección e identificación, vehículos, aviones, armas o drones. Grandes empresas armamentistas como Airbus, Thales, Leonardo, Lockheed Martin, General Dynamics, Northrop Grumman y L3 Technologies ya se habían beneficiado de contratos de blindaje fronterizo en Europa y los Estados Unidos. Otras empresas, como las israelíes Elbit y Magal Security, Indra, Dat-Cono, CSRA, Leidos y Raytheon, también son actores importantes en el mercado global de muros y vallas.

En el caso español, las constructoras Indra y Ferrovial han sido contratadas para la construcción de los muros de Ceuta y Melilla y destaca también European Security Fencing (ESF) como fabricante de alambradas espinosas y concertinas, que también se han usado en Calais, en la fronteras entre Bulgaria y Turquía y entre Austria y Eslovenia. Ferrovial también ha estado implicada en el sistema de detección de inmigrantes fuera de las aguas de Australia, después de que comprara la firma Broadspectrum.

A principios de 2019, el gobierno español contrató a la empresa armamentística ISDEFE para estudiar la modernización de las vallas de Ceuta y Melilla. La presión de los grupos de defensa de los derechos humanos y los migrantes llevó a la retirada de las alambradas fabricadas por ESF de las vallas españolas, para solo ser repuestas al lado marroquí de la valla. Eulen, Mora Salazar, Proyectos y Tecnología Sallén, Intec infraestructuras y Acciona son otras empresas que han obtenido contratos públicos en Ceuta y Melilla. El gigante armamentístico francés Thales suministra el sistema de reconocimiento facial formado por cámaras, micrófonos y una plataforma de software a Ceuta y Melilla, y Gunnebo puertas automáticas y de acceso con tecnología biométrica a Ceuta y Melilla y a un centenar de aeropuertos de todo el mundo.

Después de trabajar en las vallas de Ceuta y Melilla, Indra ha proporcionado a España la tecnología del sistema SIVE formada por radares, sensores y sistemas de visión nocturna que funciona en la mayoría de fronteras marítimas españolas. También ha vendido su tecnología de control fronterizo a Hong Kong, Letonia, Marruecos, Polonia y Reino Unido. Participa, además, en el grupo de presión europeo sobre seguridad fronteriza y es uno de los principales beneficiarios de la financiación europea en I+D en este ámbito.

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