Cuba empieza la inmunización con su propia vacuna, todavía en fase experimental

Los grupos de riesgo, personas de más de 60 años y personal sanitario serán los primeros, y en mayo podría estar vacunada toda la población de La Habana

Mar Bermúdez i Jiménez
3 min
Una mujer inyecta una jeringuilla en una pequeña botella etiquetada como "Coronavirus. Covid -19 Vaccine"

BarcelonaCuba ha anunciado que administrará su propia vacuna, todavía en fase experimental, a casi toda la población de La Habana antes del mes de mayo. Los primeros a recibir la dosis han sido los 150.000 sanitarios que han formado parte de la fase final del estudio clínico de la vacuna Soberana 2, la candidata más prominente del país que presenta los peores datos de contagio desde el inicio de la pandemia. Cuba se ha esperado a iniciar la campaña de vacunación hasta poder hacerlo con una vacuna de creación propia.

La decisión se ha tomado después de que el fin de semana pasado la autoridad reguladora de medicamentos de Cuba aprobara "la ejecución de un ensayo de intervención con Soberana 2 en 150.000 voluntarios, para evaluar los efectos directos e indirectos de la vacunación en cohortes poblacionales de riesgo de infección, enfermedad y dispersión de la epidemia". Así se explicaba en la cuenta de Twitter del ministerio de salud. Estos voluntarios "pertenecen al grupo de riesgo de los trabajadores de la salud", apuntaba el Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas de Cuba (Biocubfarma).

Las autoridades cubanas se han posicionado a favor de los adelantos en las investigaciones de las vacunas de su país. "150.000 cubanos podrían ser inmediatamente inmunizados contra el covid-19. El ensayo clínico en fase III está demostrando que esta vacuna es muy segura", tuiteaba el ministro de Comercio Exterior e Inversiones, Rodrigo Malmierca.

El país, con una larga historia de creación y exportación de vacunas, tiene en marcha cinco proyectos de desarrollo de vacunas contra el covid-19. Dos de estas, Soberana 2 y Abdala, ya han empezado la fase final de ensayos clínicos. Soberana 2 tiene en curso una prueba clínica, desde el 4 de marzo en La Habana, en que participan 44.000 voluntarios. Abdala, por su parte, apenas ha empezado esta semana con 48.000 voluntarios en las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. Las dos atacan la proteína principal del coronavirus y tienen opciones de convertirse en la primera vacuna de producción propia de América Latina.

Ilena Morales, directora de ciencia e innovación tecnológica del ministerio de Salud, dijo en un debate emitido por televisión que las autoridades llevarían a cabo un estudio de intervención con Soberana 2 a 1,7 millones de personas de La Habana antes de mayo. Esta prueba se suma a la de los 150.000 sanitarios.

La campaña de vacunación

La Habana está viviendo la oleada más grave de casos de coronavirus desde el comienzo de la pandemia. Los últimos datos que dio la viceministra de Salud, Carilda Peña, eran de 292 casos por cada 100.000 habitantes, y la media general del país es de 103,5. Ante esta situación las autoridades han cumplido con lo que Morales declaraba en el mes de junio: que las autoridades podrían solicitar una aprobación para el uso en situación de emergencia de Abdala y Soberana 2. "Con la aprobación del uso en caso de emergencia [...] nos encaminaríamos hacia una vacunación masiva de la población", afirmaba.

Y así será. Según las primeras indicaciones la vacunación masiva empezará por los grupos de riesgo, incluidas las personas de más de 60 años y los trabajadores del ámbito de la salud. En agosto, seis millones de personas ya tendrían que haber recibido la dosis correspondiente, y los 11 millones de habitantes de Cuba podrían estar vacunados a finales de año si todo saliera como está planeado.

Cuba registra entre 600 y 1.000 casos nuevos al día, muy por encima de los datos del año pasado. Desde que empezó la pandemia, el país ha notificado 68.250 casos y 401 muertes, una de las ratios per cápita más bajas del mundo. Según el ministerio de Salud, el país tiene la tasa de recuperación de pacientes de covid-19 más alta de América Latina (94,2%).

Los más críticos con el gobierno consideran que Cuba tendría que haber comprado vacunas aprobadas del extranjero para iniciar su campaña de vacunación mientras completaba los ensayos de las vacunas de producción propia. Así se podría haber evitado llegar a la gravedad de las cifras actuales.

Cuba desarrolló un gran sector biotecnológico, en parte, para ser autosuficiente ante un embargo comercial de los Estados Unidos. Venezuela e Irán, que también se enfrentan a sanciones norteamericanas, afirman que probarán las vacunas cubanas, que han despertado el interés de otros países como México y Jamaica.

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