Cumbre de la OTAN

Del "dinero y armas" de Zelenski a la cena con 'Las Meninas': los momentos clave de la cumbre de la OTAN

La Alianza Atlántica pone punto final a la cita "histórica" y "transformadora" celebrada en Madrid

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Imatge general de una de las sesiones de trabajo de la cumbre de la OTAN en Madrid

MadridDespués de tres días frenéticos, la OTAN pone punto final este jueves a la cumbre que se ha celebrado en Madrid y en la que la Alianza Atlántica se ha reformulado para prepararse para una nueva era que estará marcada por las confrontaciones con Rusia y, sobre todo, con China, considerada el gran desafío para el futuro de Occidente. Estos han sido los momentos clave de una cita que ya forma parte de la historia.

La foto con Erdogan

Jens Stoltenberg (OTAN), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Sauli Niinistö (Finlandia) y Magdalena Andersson (Suecia).

El primero gran momento de la cumbre de la OTAN en Madrid llegó antes de hora. Estaba previsto que el bloqueo de Turquía al proceso de adhesión a la Alianza Atlántica de Suecia y Finlandia fuera uno de los temas espinosos del encuentro. Pero el martes por la tarde, y sorprendiendo a muchos, los tres mandatarios –el turco Recep Tayyip Erdogan, el finlandés Saüli Niinisto y la sueca Magdalena Andersson– salían a anunciar, con la presencia clave del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que Ankara levantaba el veto a la entrada de los nórdicos, a quienes acusaba de proteger organizaciones kurdas que el gobierno turco considera terroristas. Evidentemente, Helsinki y Estocolmo han tenido que pagar un peaje –de consecuencias todavía imprevisibles para las comunidades kurdas que viven en sus países–, pero para la OTAN el acuerdo era una gran noticia: aparte del potencial militar que tienen los dos estados, es una muestra más de la unidad y la cohesión que los socios occidentales quieren mostrar ante Vladímir Putin.

Biden, Sánchez y nadie más

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hablando con Pedro Sánchez en La Moncloa.

Otra de las otras imágenes también fue prematura. El mismo martes, el presidente español, Pedro Sánchez, recibía en La Moncloa a su homólogo estadounidense, Joe Biden. Probablemente un escenario soñado para Sánchez, consciente de la cotización geopolítica del inquilino de la Casa Blanca y consciente también de que, hace solo un año, su gobierno quiso vender como un "encuentro" una efímera conversación de 30 segundos que los dos protagonizaron en un pasillo de la sede de la OTAN en Bruselas. En la cumbre de Madrid, y evidentemente a consecuencia de su papel de anfitrión, Sánchez ha curado heridas y se ha situado en una posición privilegiada que le ha permitido tener un trato próximo y constante con Biden y con la mayoría de grandes líderes internacionales. Es cierto que la imagen internacional de España sale reforzada: "Perfecta, impecable, excelente", respondía Stoltenberg cuando le preguntaban por la organización y gestión de la cumbre.

Zelenski por vía telemática

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la pantalla durante una cumbre de la OTAN en Madrid.

Se había especulado casi hasta los últimos días si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, estaría presencialmente en Madrid. Finalmente, su gobierno lo desestimó: la guerra no afloja y las bombas continúan matando a civiles cada día. Finalmente, el mandatario, vestido con su icónica camiseta verde, participó en la cumbre a través de una videoconferencia. Su petición principal fue la misma de los últimos meses: armas y dinero. Y que Occidente no les abandone. "Ucrania tendrá nuestra ayuda tanto tiempo como haga falta", sentenciaba Stoltenberg en la rueda de prensa posterior a la primera sesión de trabajo. Nada de lo que ha pasado estos días en la capital española se entiende sin la ofensiva rusa contra territorio ucraniano.

La nueva hoja de ruta

Foto de familia de la cumbre de la OTAN en Madrid.

Evidentemente, el gran fruto de esta cumbre es la nueva hoja de ruta que la Alianza aprobó el miércoles y que marcará el rumbo de los aliados en los próximos diez años, orientándolo sobre todo a hacer frente a una nueva era de confrontaciones con Rusia y con China. Madrid ha sido escenario de dos días que pasarán a la historia: se comienza un nuevo contexto geopolítico –más impredecible, más peligroso", afirmaba Stoltenberg–, en el cual las amenazas se han multiplicado, según Occidente. Estados Unidos, y, por lo tanto, la OTAN, ven peligrar su hegemonía debido al creciente poder de Pekín. Para prepararse, la Alianza apuesta por el rearme y el refuerzo de la presencia militar en Europa, también por adaptarse a los retos del ciberespacio, por poner en el punto de mira regiones como el Sahel o por encontrar más herramientas para combatir la crisis climática y el terrorismo. Durante décadas se hablará sobre el nuevo Concepto Estratégico de Madrid.

La relevancia de los invitados

Los mandatarios de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur haciéndose una foto con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.

Aparte de los 30 líderes de los países miembros de la Alianza, en Madrid también han participado, como invitados, Finlandia y Suecia –por motivos obvios–, así como Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda, y además Austria, Chipre, Irlanda y Malta. La lista de invitados deja intuir hacia donde quiere avanzar la OTAN. Por un lado, el grupo de los australianos, coreanos, japoneses y neozelandeses responde a la preocupación de Occidente respecto a lo que pasa en Asia, especialmente en el Pacífico y el Índico, donde Pekín exhibe su ambición expansionista. Todo lo que pase en esta región será clave. Por otro, los países europeos responden al objetivo de los aliados de obtener una coordinación y una relación en defensa más grande con la Unión Europea, motivo por el cual también asistieron a la cumbre Charles Michel, presidente del Consejo Europeo; Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y el Alto Representante de la UE, Josep Borrell.

El simbolismo del Prado

Varios de los jefes de estado y de gobierno que participan en la cumbre de la OTAN observando el cuadro 'Las Meninas', en el Museo del Prado, en Madrid.

Será una estampa que pasará a la historia: los miembros de la alianza militar más potente del mundo paseando por la sala principal del Museo del Prado y curioseando con las numerosas obras de arte que lo pueblan, desde Las Meninas de Velázquez hasta Las Tres Gracias de Rubens. Pedro Sánchez, en su papel de anfitrión, organizó la cena del miércoles en el interior del icónico museo madrileño. Antes de la comida se vieron numerosas escenas de unidad y sintonía entre los líderes: abrazos, risas y bromas. Macron y Boris Johnson se separaron un momento del grupo para contemplar de cerca las pinturas. Biden, que iba acompañado también de sus nietas, conversó durante un buen rato con Sánchez y Begoña Gómez. En otro gesto simbólico dirigido a Rusia, la orquesta sinfónica de Kiev amenizó la cena, que había sido diseñada por el chef asturiano José Andrés, muy activo en la acogida a los refugiados ucranianos.

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