Investigador del Cidob

Héctor Sánchez Margalef: “Las elecciones anticipadas en Portugal son un fracaso sin paliativos de la izquierda”

Héctor Sánchez Margalef, investigador del Cidob.
2 min

¿Qué supuso el acuerdo de las izquierdas de 2015?

— Fue un acuerdo histórico, nadie se lo esperaba. No tanto por el acuerdo de los socialistas con el Bloque de Izquierda, sino sobre todo con los comunistas. Y no son unos comunistas cualesquiera, sino de línea dura. Y encima en un momento en el que los socialistas eran la segunda fuerza. A escala de país, la geringonça también fue un éxito. Portugal pasó de ser un estado paria en Europa a ser un país modélico, donde parecía que todo iba bien. 

¿Por qué se ha llegado hasta aquí?

— En 2019 se empezó a romper la buena relación entre los tres partidos de la izquierda. En vez de firmar un pacto de gobierno como hicieron en 2015, entonces los socialistas optaron por mantener las formaciones de izquierda como socios preferentes, pero sin un plan de gobierno acordado y con la puerta abierta a explorar acuerdos puntuales con otros partidos. El golpe definitivo al gobierno han sido las elecciones locales de septiembre. A pesar de perder alcaldías importantes como las de Lisboa y Coimbra, los socialistas se impusieron en zonas donde los comunistas estaban muy implantados, y esto les ha dolido especialmente. Además, juegan al hecho de que la derecha no tiene ni una estrategia ni un candidato claros detrás. Quizás por eso también se han arriesgado, pero la jugada es muy peligrosa para todo el mundo. Y quien pierde es Portugal.

¿Se habría podido evitar el adelanto electoral?

— Se habría podido evitar si hubiera habido una coalición de izquierdas. Lo tenemos que leer como un fracaso no de los socialistas, o de los comunistas o del Bloque de Izquierda en concreto, sino de la izquierda portuguesa en general, sin paliativos. Es un mensaje terrible que envían a la izquierda mundial: no somos capaces de llegar a un acuerdo.

¿Se podría repetir la 'geringonça'?

— Si nos tenemos que fiar de las elecciones municipales, los socialistas ganarían, pero esto no quiere decir que lo tengan fácil para gobernar, y todavía menos después de haberse peleado con las formaciones de izquierda. La posibilidad siempre está, pero también podría pasar que el Partido Socialista mirara hacia la derecha. De hecho, ya ha pasado algunas veces.

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