Las emisiones de CO₂ solo bajarán un 40% en 2050, muy lejos del objetivo cero

Putin asegura que no está usando el gas como arma política

Una planta energética de carbón en la China.
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BarcelonaMás de 50 países, incluida la Unión Europea y los Estados Unidos, se han comprometido a llegar a las emisiones cero en 2050, el objetivo que impone la ciencia para evitar los peores impactos de la crisis climática. Pero si todos los estados cumplen sus planes de reducción, en 2050 las emisiones globales de CO₂ habrán bajado solo un 40%, menos de la mitad de lo que hace falta. Es el cálculo que ha hecho la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ha presentado este miércoles su informe anual World Energy Outlook. La edición de este 2021, además, quiere servir de "guía" para los líderes políticos mundiales que se reúnen en Glasgow en noviembre, en la cumbre climática de la ONU COP26. En este encuentro, que llega con un año de retraso, los gobiernos tienen que presentar nuevos planes de reducción de emisiones más ambiciosos, una gran "oportunidad para lanzar una señal inequívoca que acelere la transición hacia la energía limpia en todo el mundo", dice el informe.

Según la agencia, para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 ºC, hace falta que en 2030 la inversión anual en energías limpias haya subido a 4 billones de dólares, más del triple de la actual. La AIE manda un toque de atención claro a todos los gobiernos y remarca que no solo sus acciones actuales, sino sus promesas de reducción en esta década "crucial" hasta el 2030 "se quedan muy cortas respecto a lo que haría falta" para avanzar hacia las emisiones cero netas en 2050. El organismo recomienda duplicar al menos el "despliegue" de energías solar y eólica, respecto a los niveles prometidos, y apunta también la opción de utilizar "energía nuclear donde sea aceptable".

El informe, sin embargo, también admite que la cumbre llega en un momento especialmente complicado en cuanto a la coyuntura económica y energética mundial, en la que "la rápida pero desigual recuperación económica de la recesión por el covid-19" está generando "fuertes subidas de precios en los mercados de gas natural, carbón y electricidad". Una situación que ha generado "un fuerte repunte en el uso del carbón y del petróleo" para este año 2021. "En gran parte por este motivo, también se está experimentando el segundo aumento anual de emisiones de CO₂ más alto de la historia", dice el informe.

Putin, dispuesto a enviar más gas a Europa

En este sentido, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha tomado la palabra para asegurar que no está usando el gas como arma política y que está dispuesto a incrementar su suministro a Europa "si hay solicitudes". Putin presidía una conferencia energética internacional en Moscú y aprovechó el escenario para dejar clara su posición en la polémica. "Estamos incrementando, no reduciendo, nuestro suministro a Europa. Otros suministradores han reducido sus envíos en 14.000 millones de metros cúbicos, y la mitad se debe a suministradores estadounidense. ¿Quién es entonces quien lo utiliza como arma?", ha dicho.

La crisis de precios eléctricos en Europa por la falta de gas ha hecho que muchos miren hacia Moscú, que suministra un tercio del gas consumido en Europa. La polémica por el nuevo gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania hizo pensar que Moscú usaba la crisis como forma de presión. Pero Putin dice que Rusia ha aumentado un 15% su suministro a Europa y un 13% las entregas de gas licuado. El líder ruso reclama una "negociación" para encontrar "mecanismos globales para equilibrar el mercado energético".

Mientras tanto, en China el precio del carbón ha llegado este miércoles a un nuevo récord. La crisis energética también golpea fuerte al gigante asiático, el mayor emisor mundial de CO₂, y le ha obligado a poner freno a su proceso de abandono del carbón. A escala global, en 2020 las plantas de carbón mundiales produjeron todavía un tercio de la electricidad del mundo, según el informe de la AIE. De cara al 2030, los compromisos estatales que hay sobre la mesa solo harán reducir el carbón un 10%, cuando haría falta que bajara al menos un 55%. El informe también pronostica un pico en la demanda de petróleo que podría llegar al poco del 2025, si se cumplen los compromisos climáticos estatales, o a mediados de la década del 2030 si seguimos la tendencia actual.

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