Turquía

Erdogan gana las elecciones y seguirá en el poder cinco años más

Con el 99% de los votos escrutados, consigue un apoyo del 52%

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Erdogan se declara ganador en un discurso en Estambul ante sus seguidores.

EstambulRecep Tayyip Erdogan ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales; por lo tanto, revalida su mandato por segunda vez consecutiva y seguirá en el poder hasta el 2028. Con el 99,5% de los votos escrutados ha obtenido un apoyo del 52,1%. Por su parte, su rival, Kemal Kılıçdaroğlu, ha conseguido el 47,9% y, en contra de lo que vaticinaban las encuestas, pierde la esperanza de poner fin a la era de un presidente que cada vez se ha vuelto más autoritario.

El resultado pone en evidencia una vez más la división de la sociedad turca en dos mitades iguales, a favor y en contra de Erdogan y su discurso nacionalista e islamista. Su promesa de convertir Turquía, heredera del Imperio Otomano, en una gran potencia islámica internacional, con industria de armamento propio, ha calado sin duda en su electorado. Varios mandatarios extranjeros lo han felicitado por su victoria. Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron; el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al-Thani, o el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Después de que se haya sabido que Erdogan encabezaba el recuento, el revalidado presidente se ha dirigido a sus simpatizantes desde encima de un autobús en la icónica plaza de Taksim, en Estambul, que estaba a reventar de gente. "El único ganador es Turquía", ha declarado, sin poder disimular su alegría y dando por hecho que su partido también será la fuerza más votada en las elecciones locales del próximo año: "¿Estamos preparados para ganar Estambul en las elecciones locales del 2024? ¡No pararemos!", ha gritado mientras sus seguidores lo ovacionaban. También ha dedicado unas palabras a su opositor: "Adiós, adiós, Kemal", ha dicho en tono de mofa. Los seguidores de Erdogan han llenado las calles de Estambul con banderas y pitando el claxon de sus vehículos. La euforia era generalizada en una ciudad de la cual el presidente es originario, de la cual fue alcalde entre el 1994 y el 1998 y donde siempre vota.

Miles de personas celebrando la victoria de Erdogan en Estambul.

La cara de la derrota es una oposición que tardará en rehacerse. Kiliçdaroglu ha reconocido su derrota. "He luchado por vuestros derechos, he luchado porque podáis vivir con prosperidad y seguiré luchando", ha afirmado en una breve comparecencia en la sede central de su partido, el socialdemócrata CHP, en Ankara. "Os pido apoyo para seguir con la lucha por la democracia. Se han celebrado las elecciones más injustas de los últimos años", ha añadido en referencia a las difíciles condiciones de la campaña electoral. Todos los medios de comunicación públicos y la mayoría de los privados se han volcado en difundir el discurso del presidente y han dado muy poco espacio a la oposición.

La participación ha sido inferior a la de la primera vuelta electoral, del 85%, frente al 88% que se registró hace dos semanas, según el Comité Supremo Electoral (YSK). En los barrios donde la oposición tiene más fuerza no había cola de electores para votar en las primeras horas de la mañana, que es cuando la mayoría del electorado acude a las urnas, y los responsables de las mesas ya preveían que la participación sería ligeramente menor. A pesar de esto, ha habido más tensión que en la primera vuelta: se han registrado peleas en varios puntos de votación.

Ni la inflación ni el terremoto

A medida que avanzaba el recuento, cada vez estaba más claro que, le gustara o no a la oposición, la mayoría del electorado se había decantado por apoyar a Erdogan, pese a la malograda economía que hizo pensar a muchos que perdería. Con una inflación del 45%, según el gobierno, o del 100%, según economistas independientes, era una de las piedras angulares de la campaña opositora. Pero, a pesar de la indignación de la gente por unos precios cada vez más elevados, la mayoría de los votantes han preferido mantener al mismo presidente. Ahora Erdogan tendrá que seguir buscando una solución para frenar la devaluación de la divisa turca y la subida de los precios. Mientras tanto, sin embargo, se está produciendo un auténtico éxodo de los sectores de la población con más formación. Con la reelección de Erdogan, esta situación todavía se puede acentuar más.

También llama la atención que el electorado ha revalidado a Erdogan a pesar de su política represiva. El presidente ha silenciado la voz de los opositores, ha puesto restricciones a los medios de comunicación y ha reprimido organizaciones de la sociedad civil gracias a la complicidad de un poder judicial que recae sobre él. Ni siquiera la caótica gestión del desastre causado por los dos terremotos que asolaron parte de Turquía el mes de febrero pasado han hecho que el electorado le haya retirado el apoyo.

La revalidación en las urnas da alas a la formación presidida por Erdogan, Partido de la Justicia y el Desarrollo, y a su ultranacionalismo de extrema derecha e islamismo. Una fuerza política que cada vez está acercándose a posiciones más extremistas. Prueba de esto es que Erdogan llegó a un acuerdo con el candidato presidencial de extrema derecha Sinan Ogan para que le apoyara. También ha formado coalición con un pequeño partido islamista que tendrá voz y voto en el nuevo gobierno. Además, del mismo modo que su rival en la segunda vuelta de las presidenciales, ha prometido que expulsará los millones de refugiados sirios que hay en Turquía.

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