Escándalo político en Finlandia por los desayunos de la primera ministra
Sanna Marin es criticada por haber asignado al presupuesto público 300 euros mensuales de comidas en la residencia oficial
Malmö (Suecia)Los desayunos de la primera ministra finlandesa, la socialdemócrata Sanna Marin, se han convertido en los últimos días en un asunto de escrutinio público, después de que un medio local publicara el gasto mensual y cuestionara la legalidad de subvencionarlo con dinero de los contribuyentes.
Todo empezó hace una semana, cuando el diario Iltalehti informó de que los desayunos de Marin, su marido y su hijo, que viven en la residencia oficial, cuestan unos 300 euros al mes y son financiados con fondos públicos. La controversia rae en el hecho de que la ley establece que el jefe del gobierno tiene derecho a un alojamiento oficial del que puede cubrir con dinero público los gastos de “mantenimiento, la calefacción y la iluminación, así como la decoración interior y el personal necesario”, a pesar de que no especifica nada sobre la comida. Además, se le reprochó que estos beneficios no se hayan declarado a Hacienda, a pesar de que las dietas generalmente están sujetas a impuestos.
La policía finlandesa anunció el viernes que examinará si se ha cometido algún delito, a pesar de que resaltó que la investigación se centrará en las decisiones de los funcionarios y “en ningún caso se relaciona con la primera ministra ni con sus actividades oficiales”.
850 euros mensuales
El lunes, la oficina de la primera ministra admitió que la cuestión iba más allá de los desayunos y que las cantidades pagadas suben a unos 850 euros mensuales, puesto que incluyen también otras “comidas frías”. Detalló que, desde enero de 2020, cuando Marin tomó posesión del cargo, el coste de los servicios de catering de la residencia oficial han sumado unos 14.000 euros.
Marin respondió asegurando que siguió las directrices para reclamar las asignaciones tal como le explicaron cuando tomó posesión. “No tenía ni idea de que había una falta de claridad sobre la asignación del desayuno”, dijo a la emisora nacional YLE, y afirmó que muchos predecesores suyos también lo habían hecho. Aún así, ha asegurado que tiene intención de pagar todos los costes relacionados con estas comidas.
La polémica escaló hasta el punto de que la primera ministra ha tenido que reaccionar a los rumores que se habían esparcido por las redes sociales sobre los costes de su boda el verano pasado, y aseguró que no se pagó nada con dinero público. “Pagamos nosotros todos los gastos de la boda, incluidos la comida, las bebidas, el personal, las flores, la decoración, los fotógrafos y la música. Me peiné y maquillé yo misma, como hago cada día”, detalló Marin en su cuenta de Twitter.
Políticos bajo la lupa
Finlandia destaca como uno de los países con menos tolerancia a la corrupción, donde los políticos son escrutados con lupa. Hace un año, la entonces ministra de Finanzas, Katri Kulmuni, dimitió por una polémica alrededor de una supuesta malversación de 50.000 euros de fondos públicos. En ese momento, se le reprochó haber pagado las facturas de una consultoría de comunicación para mejorar su retórica y apariciones en los medios con dinero público y no con fondos de su partido, el Partido de Centro, una de las cinco formaciones de la coalición de gobierno.
Las dimisiones por este tipo de controversias no son extrañas en el país nórdico. A finales de 2019, pocos meses después de ser nombrado primer ministro, Antti Rinne renunció al cargo por un asunto que algunos socios de gobierno consideraron una mala gestión en un conflicto laboral en la empresa pública de servicio postal. El nombramiento de Sanna Marin en enero de 2020 para sustituirlo dio la vuelta al mundo, tanto por su edad (34 años) como por el hecho de liderar un gabinete encabezado por cinco mujeres.
El caso de los desayunos ha estallado pocos días antes de las elecciones municipales en Finlandia, que se celebrarán el 13 de junio después de haberse pospuesto dos meses por la pandemia. El gobierno de centroizquierda de Marin ha disfrutado de un nivel alto de apoyo durante la gestión de la emergencia sanitaria por haber conseguido mantener a Finlandia entre los países con unas tasas de infección más bajas de Europa. Aún así, las encuestas de opinión más recientes muestran una aceleración de los partidos de derechas, tanto el conservador Partido de Coalición Nacional como la formación de extrema derecha Partido de los Finlandeses (antes, Auténticos Finlandeses), que podría obtener resultados récord, según los sondeos.