Estados Unidos

Por qué el caso Epstein está consiguiendo lo que parecía imposible: sublevar a los trumpistas contra Trump

La reticencia del gobierno a hacer públicos los documentos del abusador sexual que fue amigo de Trump reduce el apoyo al presidente entre el movimiento MAGA

BarcelonaSi algo ha demostrado Donald Trump es que ningún escándalo que le implique –aún menos sexual– reduce el apoyo de su base fiel de seguidores. Al menos hasta ahora. Pero hay un caso que, por primera vez, está haciendo tambalear la fidelidad incondicional del movimiento MAGA (Make America Great Again) hacia su líder. Se trata de un caso que ha alimentado durante años la maquinaria de las teorías de la conspiración en las que se ha forjado precisamente el movimiento: el del pedófilo y traficante de menores Jeffrey Epstein. Desde que Elon Musk soltó la bomba que "Trump está en los papeles de Epstein", la llamada desde la esfera trumpista –a la que se han sumado los demócratas– para que se hagan públicos todos los archivos no ha parado de crecer. La publicación de algunos documentos que no eran nuevos, y el informe de la fiscal general, Pam Bondi, quien aseguraba que no hay pruebas de que Epstein mantuviera una lista de clientes y reiteraba que su muerte en prisión en agosto del 2019 fue un suicidio, han desatado la ira de buena parte del sector MAGA. Y todos los intentos del propio Trump por desviar la atención sobre el asunto han sido en vano.

La popularidad del presidente ha descendido hasta los peores datos de este mandato, incluso después de su supuesta victoria militar contra Irán o haber aprobado su macroley Big Beautiful Bill. Más de la mitad de los estadounidenses –y un tercio de los republicanos– desaprueban la gestión que Trump ha hecho del caso de los papeles de Epstein, según YouGov. La última encuesta publicada por Gallup le da una aprobación del 37%, el segundo dato más bajo tras el 34% de finales de su primer mandato (en pleno cóvido). "Este tema es el que peor le está haciendo y ha bajado el apoyo entre sus propios votantes, sobre todo entre los evangélicos, pero también porque se le han vuelto en contra algunos de sus blogueros y podcasters", explica el analista del Instituto Franklin José Antonio Gurpegui.

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Incluso Jacob Chansley, conocido como Q-Shaman, que se hizo famoso durante el asalto al Capitolio (y fue amnistiado por Trump), atacó al presidente y le llegó a tachar de "fraude" y "trozo de mierda" (Fuck this stupid piece of shit), en unos mensajes a X que después han sido eliminados, como la propia cuenta de Chansley. También elexpresentador de la Fox Tucker Carlson, uno de los altavoces del trumpismo que ayudó a su reelección, insistió en pedir que se publiquen los papeles de Epstein y en fomentar en las redes la teoría de la conspiración que dice que el infame financiero era un agente del Mossad y que tenía una lista de personajes públicos que habían participado en sus fiestas con menores de edad y al que chantajeaba.

"Nunca tuve el privilegio de estar en la isla de Epstein", insistía el pasado lunes desde Escocia el propio Trump, respondiendo a las insistentes preguntas de la prensa. Pese a la extraña elección de palabras, Trump quería dejar claro que él nunca acudió a la isla donde Epstein presuntamente traficaba sexualmente con menores de edad y donde, según Trump, "Bill Clinton sí estuvo más de veinte veces". La sórdida historia de Epstein, que fue condenado por tráfico sexual y abuso de menores, ha servido para dar pábulo a las teorías conspirativas de Q-Anon y otros grupos afines a Trump, que hablan de una cábala satánica y pedófila formada sobre todo por políticos del Partido Demócrata.

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Ahora, sin embargo, la negativa del gobierno de Trump a hacer públicos los "archivos de Epstein" no ha gustado a los seguidores de estas teorías ya buena parte de las bases trumpistas. "Todas las llamadas que recibo de mis electores en el despacho son para preguntarme por la lista de Epstein", afirmaba hace pocos días la congresista del ala radical de los republicanos Marjorie Taylor Greene, una ferviente defensora de Trump. Sin embargo, Taylor Greene se sumaba al argumento de Trump para defender su inocencia en el caso: "Si él fuera culpable de algo con Epstein los demócratas lo habrían abombado hace tiempo", decía, pero insistía en pedir que se hicieran públicos todos los archivos del caso "por transparencia y rendi." También representantes de Missouri admitían que la principal petición de sus electores estos días era "que se publiquen los archivos de Epstein".

Le puede hacer daño a las elecciones de medio mandato

Y, mientras tanto, en los últimos días y en las últimas semanas han sido un goteo de nuevas fotografías y documentos que probaban la estrecha relación que mantuvieron durante unos años Epstein y Trump, desde las fotos de Epstein en la segunda boda de Trump hasta un vídeo del criminal durante un interrogatorio en 2010 donde le preguntan "si alguna vez estuvo con él si estuvo de vez con él estuvo negaba a responder acogiéndose a "la quinta, sexta y decimocuarta enmienda". Uno de los documentos filtrados, una supuesta felicitación de cumpleaños obscena de Trump para Epstein, ha traído el presidente a demandar el Wall Street Journal. Este mismo lunes, Trump pidió al juez que ordene la "declaración rápida" del propietario del diario, Rupert Murdoch (también propietario de la cadena afín a Trump Fox News), en el juicio.

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Asimismo, el número dos del departamento de Justicia y exabogado personal de Trump, Todd Blanche, se reunió la semana pasada durante dos días con Ghislaine Maxwell, expareja y cómplice en los crímenes de Epstein, condenada a veinte años de cárcel. Estas reuniones han hecho surgir rumores de un posible perdón del presidente a cambio de algún tipo de información que pudiera tener Maxwell: "Tengo la capacidad de hacerlo [concederle el perdón], pero nadie me ha contactado para pedírmelo", respondió Trump a preguntas de los periodistas. Este mismo martes, Maxwell ha presentado una apelación de su condena en el Tribunal Supremo. "Estamos apelando no sólo al Supremo, sino al presidente", añadía la declaración pública de su abogado, David Markus.

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"La prueba de fuego será en las elecciones de medio mandato del próximo año, donde todo este tema le podría pasar factura a Trump en caso de que Elon Musk cumpla su amenaza y funde un nuevo partido político", que podría capitalizar ese descontento de los MAGA, apunta Gurpegui. El analista también opina que si hubiera pruebas de algún crimen cometido por el presidente cuando era amigo de Epstein, los demócratas le habrían sacado a la luz. "Lo que me pregunto es si hay alguna organización del gobierno implicada o alguna persona poderosa y cercana que sea a quien están intentando proteger con ese rechazo a desclasificar los documentos", apunta el analista.