WashingtonCuando el retorno de Donald Trump era aún sólo una posibilidad, el republicano prometió "venganza" desde el escenario de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y calentaba motores para las primarias republicanas diciendo que los migrantes "están contaminando la sangre de nuestro país". Un año después, la "venganza" se sienta en el Despacho Oval, y en el escenario de la CPAC se ha pasado de las palabras a los hechos: el saludo nazi de Steve Bannon y la tipografía similar a la fraktur utilizada por los nazis en la gorra MAGA de Elon Musk.
En el siglo XX, la banalización del mal y la deshumanización eran el alemán Adolf Eichmann respondiendo que sólo cumplía órdenes ante el tribunal que luego le condenó por crímenes contra la humanidad. Ahora es un photocall en la CPAC de un centro de deportación en el que los asistentes se hacen fotos para colgar en Instagram mientras que, por orden de Trump, miles de menores migrantes no acompañados deben enfrentarse solos a los jueces que ordenan sus deportaciones. Los llantos y el miedo de las personas deportadas a Nogales convertidas en un mem. El otro es una intuición digital, no un cuerpo concreto de carne y hueso.
Dos días después de que hiciera el saludo nazi, la gente ha seguido haciendo cola este sábado en el stand de Bannon para hacerse fotos con él. El expresidente nacional del grupo de extrema derecha Proud Boys, Enrique Tarrio, también estaba en los pasillos de la CPAC gracias al indulto de Trump. De las más de mil personas condenadas por el asalto al Capitolio, Tarrio tenía la pena más alta: 22 años. La gente le paraba por el pasillo para felicitarle y pedirle fotos.
Cincuenta años después de su creación, la CPAC se ha convertido en la brújula que marca el norte en el avance de una internacional reaccionaria que ha coronado a Trump como su mesías. El magnate primero tomó el control del Partido Republicano para convertirlo en su partido, y ahora se erige en estandarte global del avance de la extrema derecha. "Nuestro movimiento está prosperando, luchando, ganando y dominando a Washington como nunca antes", ha celebrado el presidente estadounidense.
El presidente ha repetido el repertorio de siempre, criminalizando a las personas migrantes y atacando a los medios de comunicación tradicionales. "La MSNBC [una cadena de televisión] es una amenaza para la democracia", ha dicho Trump, después de celebrar que también ha revocado el estatus de protección temporal para los migrantes haitianos, una medida que aplicó con los venezolanos que tenían el TPS, un beneficio migratorio que les otorgaba estatus legal.
Trump ha contado con el rescoldo de su mano derecha, Elon Musk; su fan latinoamericano, Javier Milei; y algunos representantes de la extrema derecha europea, como el británico Nigel Farage o la presidenta italiana Giorgia Meloni, quien ha demostrado que la moderación es solo una fachada. También ha ido el líder de Vox, Santiago Abascal, que quiere hacer su versión europea y española del "Make America Great Again", pero que a la mínima no duda en arrodillarse ante Trump y justificar sus aranceles, que perjudicarán a Europa y España.
"El mundo ya es más parecido a cómo lo soñaban hace un año", celebraba el jueves Abascal. Un mundo en el que ya se ha logrado romper el consenso social de que existía en torno al rechazo a la simbología de un régimen totalitario que culminó con el Holocausto. Imitando el gesto exacto del saludo nazi que Musk realizó durante la investidura de Trump, el actor mexicano Eduardo Verástegui seguía su estela y repetía el salve desde el escenario de la CPAC. La simbología nazi se ha abierto paso entre los ponentes de la conferencia en la víspera de las elecciones al Bundestag, en las que las encuestas proyectan al partido neonazi Alternativa para Alemania como segunda fuerza.
Antes de intervenir, el presidente argentino Javier Milei, detenía a Trump en la alfombra roja: "Estamos en un punto de inflexión de la historia en la que el espíritu y la idea se materializan en una persona". El argentino alaba Trump por ser el faro de un movimiento que promete "hacer el camino inverso para dar el poder al ciudadano y sacarlo al Estado", mientras que el jueves la cuenta oficial de la Casa Blanca en Instagram publicaba una imagen de un Trump coronado con el pie de foto: "Larga vida al rey". El viernes, durante el encuentro con los gobernadores de todo el país, el presidente afirmaba: "Nosotros somos la ley federal". Del mismo modo, durante la entrevista conjunta en la Fox, Musk atacaba la separación de poderes y defendía: "Si la voluntad del presidente no se implementa [...], significa que no vivimos en una democracia".
En reiteradas ocasiones, Trump ha insinuado la idea de un tercer mandato, pese a que la Constitución lo prohíba. "Y me dicen que no se me permite presentarme [a la reelección]. No estoy seguro. ¿Es esto cierto? No estoy seguro", decía el jueves el presidente estadounidense durante la cena con los gobernadores republicanos. En los pasillos de la CPAC también había un tenderete con un cartel negro y una imagen de Trump imitando a un emperador romano. El cartel decía: "Proyecto del Tercer Mandato. ¡Por Trump en el 2028 y más allá!".
En la Convención Nacional Republicana de este año, un gran cartel de la Fundación Heritage en el aeropuerto de Milwaukee daba la bienvenida a los asistentes. think tank ultraconservador es el que está detrás de Project 2025, un programa que durante la campaña Trump negó conocer. Ahora, algunos de los contribuyentes a la redacción del documento, como el zar de la frontera Thomas Homan o Russell Vought, ocupan cargos dentro de su nuevo gobierno mientras el presidente está aplicando muchos de los capítulos del manual.
El saludo nazi se abre paso a la CPAC
Hace un mes, durante la investidura del presidente Donald Trump, Elon Musk hacía lo impensable: un saludo nazi en prime time . El gesto era la última acometida contra uno de los pocos consensos sociales que la extrema derecha todavía no había roto del todo: el rechazo a la simbología nazi.
Musk marcó el camino y durante los cuatro días que duró la CPAC la simbología nazi se abrió camino sin disimular. El jueves, el ex asesor de Trump terminaba su discurso haciendo un saludo nazi al grito de " Fight, fight, fight ". Más discreto, Musk había aparecido con la gorra de " Make America Greta Again" , pero utilizando una tipografía muy parecida a la fraktur, la que utilizaban los nazis. Al día siguiente, el viernes, el actor mexicano subía al carro y también hacía un saludo nazi durante su intervención en la conferencia.