Trump ordena publicar los papeles de Epstein e intenta girar el escándalo contra los demócratas
El departamento de Justicia tiene ahora 30 días para divulgar los documentos, pero puede reservarse quienes pongan en peligro una investigación federal
WashingtonDonald Trump ha firmado este miércoles por la noche (jueves en Cataluña) la ley para publicar los papeles del pederasta Jeffrey Epstein. A partir de ahora, el departamento de Justícia tiene 30 días para divulgar todos los documentos. Pero hay que tener en cuenta que el presidente estadounidense ha purgado al organismo hasta convertirlo en su ministerio personal para rendir cuentas con quien considera a sus enemigos políticos. Por tanto, la discreción sobre lo que se publique muy probablemente quedará subyugada a las presiones de Trump, ya que la ley, aprobada previamente en el Congreso, permite al departamento reservarse todos aquellos documentos que, entre otros criterios, considere que pueden poner en peligro una investigación federal.
Tras días de hermetismo, el magnate ha mostrado que está listo para volver al ataque y en un anuncio en Truth Social ha señalado a los demócratas, con la intención de girar el escándalo en su contra. "Jeffrey Epstein, que fue imputado por el departamento de Justicia de Trump en 2019 (¡no por los demócratas!), fue demócrata toda la vida, dio miles de dólares a políticos demócratas y estaba profundamente vinculado a muchas figuras demócratas conocidas, como Bill Clinton (que ha viajado en su avión), vinculaciones del pederasta con el secretario del Tesoro de Clinton, Larry Summers –que a raíz de la revelación ha dimitido de las juntas de Harvard y OpenAI–, y el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman. "Quizá pronto se desvele la verdad sobre estos demócratas y sus asociaciones con Jeffrey Epstein, porque acabo de firmar la ley para publicar los archivos de Epstein", advertía Trump.
La conexión de Summers y Hoffman con Epstein se conoció la semana pasada a raíz de la publicación de más de 20.000 documentos por parte de los republicanos de la comisión parlamentaria del caso, como respuesta a otros correos de Epstein publicados por los demócratas que inculpaban a Trump. Según las comunicaciones, el presidente estadounidense pasó "horas" con una de las víctimas de Epstein y tenía conocimiento de la trama de tráfico de menores. Para desviar la atención del escándalo, Trump ordenó al departamento de Justicia y al FBI abrir una investigación sobre "la implicación y la relación de Jeffrey Epstein con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, JP Morgan, Chase y otras muchas personas e instituciones, para determinar qué pasaba entre unos y otro".
La instrucción era una primera tentativa de desviar el foco de su relación con Epstein, después de que en octubre se publicara una felicitación que Trump envió al pederasta por su 50 aniversario, y ahora amenaza con servir de amparo a un departamento de Justicia lealista para decidir qué se da a conocer y qué.
Control de la narrativa
Trump está moviendo todos los hilos a su alcance para recuperar el control de la narrativa sobre el caso de Epstein. El presidente no solo quiere poner el foco en los demócratas, sino hacer creer que, ahora sí, siempre ha estado a favor de publicar los documentos. Tras fracasar en el intento por presionar a los congresistas republicanos para que votaran "no" al texto, el lunes, en un giro inesperado, Trump cedía ante la inminente insurgencia de sus legisladores y llamaba a votar a favor de la ley. Este miércoles directamente escribía esto: "Como es sabido, pedí al presidente de la Cámara, Mike Johnson, y al líder de la mayoría en el Senado, John Thune, que aprobaran este proyecto de ley en la Cámara y en el Senado, respectivamente. Gracias a esta petición, los votos fueron casi unánimes a favor de la aprobación".
Que los legisladores estuvieran dispuestos a desafiarle denota la magnitud del seísmo que han provocado los documentos de Epstein dentro del trumpismo. Ni los aranceles, ni los recortes en los subsidios sanitarios han provocado el descrédito entre las bases MAGA que sí han provocado las revelaciones de los vínculos entre Trump y Epstein.
En la publicación de Truth Social, Trump ha hecho un repaso de sus supuestos hitos y ha resucitado la idea de la cacería de brujas que utilizó durante sus cuatro imputaciones penales. La única que finalmente llegó a juicio, la del caso Stormy Daniels, concluyó con el jurado condenando a Trump por 34 delitos. El victimismo del magnate y la fe de sus seguidores eran tales, que el resultado prácticamente sólo se reflejó en las serigrafías de las camisetas trumpistas. "Sí, he votado un convicto" era el lema que podía leerse en algunos puntos de merchandising republicano.
Aun así, el caso Epstein ha creado un cisma dentro de las filas republicanas que no parece que Trump pueda barrer tan rápidamente. La metamorfosis de la congresista Marjorie Taylor Greene, de devota de Trump a díscola, es un reflejo de la escisión interna. El martes, antes de la votación en el Congreso, reprochaba al presidente los ataques que profirió contra ella durante el fin de semana. "Fui tachada de traidora por un hombre por el que luché seis años ya quien di mi lealtad gratuitamente", decía, y añadía: "No le debo nada".
Mamdani en la Casa Blanca
En otra publicación, Trump ha anunciado que este viernes se reunirá en la Casa Blanca con el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani. "El alcalde comunista de Nueva York, Zohran Kwame Mamdani, ha pedido una reunión. Hemos acordado que esta reunión tendrá lugar en el Despacho Oval el viernes 21 de noviembre", ha escrito poco después de anunciar la firma de los papeles de Epstein. Trump ha reconocido a un rival en el socialista, que ha protagonizado un ascenso meteórico hasta obtener una abrumadora victoria en los comicios del 4 de noviembre. El encuentro promete ser un test tanto para el joven alcalde como para el anciano presidente, que ha sabido reconocer el carisma del socialista.