Los servicios de inteligencia estadounidenses temen un efecto contagio del atentado de Nueva Orleans
El presidente Biden visitará a las familias de las víctimas el próximo lunes
WashingtonLos servicios de inteligencia de Estados Unidos temen que el atentado de Nueva Orleans genere un efecto contagio. En un boletín emitido este viernes por el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y el Centro Nacional Contra el terrorismo de Estados Unidos, se apunta que este tipo de acciones "probablemente seguirán siendo atractivas para posibles atacantes, dada la facilidad de adquisición de vehículos y el bajo nivel de habilidad necesario para realizar un ataque".
La preocupación de las agencias planea en un mes cargado de actos multitudinarios vinculados al funeral de estado del expresidente Jimmy Carter el 9 de enero y la toma de posesión de Donald Trump, el 20. El magnate, además , también dará un mitin en Washington el día antes la inauguración del mandato. La publicación que realizó el republicano con tono casi apocalíptico, e insinuando que el presunto autor era un inmigrante, evocaba la imagen de "la carnicería americana" que invocó durante su discurso inaugural de hace ocho años.
La reacción del presidente electo alimenta también el sentimiento antiárabe y antimusulmán que ya había crecido en el país desde el estallido de la guerra de Gaza y augura un segundo mandato de mano dura contra el terrorismo. La inspiración del atentado en el Estado Islámico del atentado –el conductor llevaba una bandera del Daeix coche– también hace temer que Trump pueda recuperar políticas xenófobas como la muslim bando. Durante la anterior presidencia, el republicano firmó una serie de órdenes ejecutivas que prohibían los viajes a Estados Unidos durante 90 días desde siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, y suspendían el reasentamiento de todos los refugiados sirios.
Pese a que Trump haya querido vincular el atentado de Nueva Orleans con la inmigración, el autor es un ciudadano estadounidense nacido y criado en Texas. Shamsud-Din Jabbar, de 42 años, había estado en el ejército durante 13 años, y había sido destinado durante un tiempo en Afganistán. El jueves el FBI afirmó que creían que Jabbar había actuado solo y descartaban cualquier tipo de conexión con la explosión de un Cybertruck frente al hotel Trump en Las Vegas, que también tuvo lugar el miércoles.
Su familia, el primer objetivo
Antes de cometer el atentado, Jabbar había publicado cinco vídeos en Facebook en los que explicaba cómo inicialmente se había planteado asesinar a su familia y hablaba de una serie de sueños que le habían inspirado para unirse al Estado Islámico, según informaron los investigadores. En una de las grabaciones, Jabbar explicaba que finalmente decidió cambiar de planes y no matar a su familia, porque quería que el foco mediático estuviera sobre la "guerra entre los creyentes y los infieles". En una rueda de prensa en los medios, el FBI ha explicado cómo los cinco vídeos fueron publicados en Facebook el mismo miércoles y que el último le colgó a las 3:02 de la madrugada. El atentado ocurrió a las 3:15.
El hermano de Jabbar, Abdur Jabbar, y su madre, Rahim Jabbar, explicaron a la CNN que no habían detectado ninguna señal de radicalización. Abdur había mantenido contacto casi diario con su hermano, pero en ningún momento hizo ningún comentario que le hiciera sospechar. Recientemente, Jabbar había tenido problemas económicos, además de que se había divorciado en dos ocasiones.
Tanto Jabbar como el propietario del Cybertruck que explotó en Las Vegas, Matthew Livelsberger, habían estado en el ejército. De hecho, Livelsberger era un soldado de élite que seguía en activo. En Estados Unidos hace tiempo que veteranos o soldados en activo protagonizan actos de terrorismo doméstico, en los que se incluyen el asalto al Capitolio, el 6 de enero, la marcha protagonizada por supremacistas blancos en Charlottesville en 2017 y el tiroteo masivo de 2009 en la antigua base militar For Hoot en Texas, donde murieron 13 personas.
Dudas sobre el mecanismo de seguridad
Mientras, Nueva Orleans vuelve a la normalidad con pena y miedo. Bourbon Street, donde se produjo el atropello, reabrió el jueves con un refuerzo de la seguridad y una fuerte presencia policial. Ahora también se apunta a la falta de medidas de seguridad en esa zona como uno de los elementos facilitadores para el ataque. El pasado mes de diciembre el FBI y el departamento de Seguridad ya habían advertido a las autoridades locales sobre que la amenaza de ataques durante las fiestas y el posible uso de vehículos para perpetrar atropellos. Aún así, las vallas que se pusieron en la calle en Nochevieja no eran resistentes y las barreras de acero portátil estaban bajadas.
El próximo lunes, cuando el Congreso llevará a cabo la certificación de los resultados electorales, el actual presidente Joe Biden y la primera dama, Jill Biden, visitarán Nueva Orleans para encontrarse con las familias de las víctimas, según ha anunciado la Casa Blanca.