Europa

Asesinato en directo por Instagram

Un homicidio múltiple emitido por las redes sociales en Bosnia reabre el debate sobre la difusión de imágenes violentas

Un control policial en Sarajevo
3 min

Barcelona“Ahora verá cómo es un asesinato de verdad”. Así se dirigía a sus seguidores de Instagram el culturista bosnio Nermin Sulejmanovic minutos antes de matar a tiros a su exmujer. Un crimen que se emitió en directo por la plataforma de Meta y que tuvo 15.000 visitas. Los hechos ocurrieron el viernes en la pequeña localidad de Gradačac, en el noreste de Bosnia y Herzegovina donde Sulejmanovic, que huyó tras el crimen machista, mató a dos personas e hirió a otras tres –entre ellas un agente de policía– mientras los cuerpos de seguridad le perseguían. Después de que se desplegara un gran operativo policial para localizarle, el presunto homicida se suicidó ante los agentes.

El crimen, además de evidenciar el problema endémico de la violencia machista en la exrepública yugoslava, ha hecho saltar las alarmas de las plataformas digitales, que parecen incapaces de controlar el contenido que se publica. El vídeo del homicidio permaneció dos horas en la cuenta del culturista, que, antes del asesinato, tenía ya 11.000 seguidores. Había sido compartido 286 veces y 300 usuarios le habían hecho "Me gusta".

El ministerio del Interior bosnio aseguró el viernes que investigaría a todo el mundo que hubiera apoyado al homicida o que hubiera glorificado el crimen en las redes sociales. El portavoz del ministerio dijo que se personarían contra "todas las personas que hubieran enviado mensajes de odio en apoyo del asesino".

Aunque Meta suprimió el contenido veinte minutos después de que lo solicitara la policía bosnia, la compañía no bloqueó el acceso a la cuenta a Sulejmanovic, por lo que el culturista y entrenador personal pudo hacer una segunda emisión en directo explicando lo que acababa de hacer. “He disparado a un agente de policía, pero se ha ido. Se ha escapado con un Skoda y no he podido atraparlo con mi BMW”, dijo en un segundo directo. En el lapso de tiempo entre el primer y el segundo vídeo, su cuenta había ganado a más de 3.000 seguidores.

La difusión de la violencia

El caso ha reabierto el debate de la difusión de la violencia en las redes sociales. En la era digital, en la que cualquier persona con acceso a internet puede compartir imágenes en algún rincón de la web comiendo, durmiendo, viajando o, incluso, manteniendo relaciones sexuales, ¿debe extrañarnos que también se difundan imágenes así de violentas? ¿Qué hace que haya tantos usuarios interesados ​​en este tipo de contenidos? ¿Y qué pueden hacer las plataformas digitales?

En cualquier caso, no es la primera vez que el autor de un tiroteo emite los hechos en directo por las redes. Un caso similar sirvió la polémica en marzo del 2019 durante un atentado terrorista en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, en la que murieron más de 50 personas, cuando el atacante difundió el asalto en directo por Facebook e Instagram. Pese a que Meta aseguró que había retirado el vídeo a las pocas horas, cuatro años más tarde todavía se pueden encontrar fragmentos de las imágenes en las redes, en las que se ve –desde el punto de vista del tirador– como un hombre dispara contra dos personas con un arma semiautomática en la entrada de un parking. Lo mismo está ocurriendo con la guerra de Ucrania, un conflicto marcado por la presencia digital, en el que los soldados comparten su día a día en el frente por TikTok, Snapchat o Instagram (sólo por citar algunas redes), sin saber quién hay al otro lado del contenido.

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