¿Por qué el control migratorio no funciona?
El acuerdo entre Londres y París para contener la llegada de migrantes a través del canal de la Mancha ignora las causas reales de los éxodos
Londres"Muchos de los migrantes que atraviesan el canal de la Mancha huyen de países en guerra. Si no abordamos las causas de fondo, las rutas peligrosas continuarán". Con estas palabras, Christa Rottensteiner, jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Reino Unido resumía la semana pasada lo que también sostienen la mayoría de especialistas: las políticas migratorias disuasivas, como las que impulsan ahora Londres y París, no servirán de mucho si no se combaten las causas profundas de la migración no regulada. Es la misma conclusión a la que llega Matilde Rosina, investigadora sobre migraciones de la Universidad Brunel de Londres, que dice en el ARA: "Las políticas disuasivas suelen ser poco efectivas. Además, no abordan las causas profundas de la migración, como la pobreza, los conflictos y la corrupción".
Los datos lo dejan claro. El mismo día –jueves, 10 de julio– que Keir Starmer y Emmanuel Macron anunciaron un programa piloto para limitar la llegada de pateras por el Canal, 573 personas lograron atravesarlo. Al día siguiente fueron 353 más, en cinco pateras, y el pasado sábado, 317 en seis, según datos oficiales del ministerio del Interior británico. En total, entre el 1 de enero y el 12 de julio llegaron al Reino Unido por esta arriesgada vía 22.360 personas, un aumento del 57% respecto al mismo periodo de 2024, cuando fueron 14.164.
Este incremento viene acompañado de otra cifra trágica: en el 2024 fallecieron 73 personas durante la travesía, cinco veces más que en el 2023. Desde el 2018, cuando comienza al por mayor el actual tráfico de migrantes a través del canal de la Manga, se han confirmado6 a 4 se incluyen otras muertes relacionadas con la migración en la zona, como los accidentes intentando subir a camiones con destino a Reino Unido. El Migration Observatory de la Universidad de Oxford advierte que estos datos pueden no reflejar el alcance real de la tragedia, porque no todos los incidentes se hacen públicos.
¿Quiénes son estas personas que se arriesgan a morir en el mar? Entre 2018 y 2024, el 70% de los migrantes que han atravesado Canal pertenecen a seis países: Irán (17%), Afganistán (15%), Irak (12%), Albania (10%), Siria (9%) y Eritrea (8%). Salvo Albania, todos estos países sufren guerras o desastres humanitarios. Sudán, séptimo país según el origen de los migrantes, tiene ahora mismo cuatro millones de desplazados. Afganistán fue el principal país de origen en los años 2023 y 2024. Iraníes, iraquíes, sirios y eritreos también han sido constantes desde 2021. En 2024, las llegadas de nacionales de Vietnam se triplicaron respecto al año anterior.
Pese a la complejidad, la decisión de atravesar el Canal a menudo se explica "por motivos muy humanos", dice Matilde Rosina: "Muchos migrantes tienen familiares o conocidos en Reino Unido", donde sus comunidades son más numerosas que en Francia. Estas redes de acogida son un factor clave. También influyen las percepciones culturales, lingüísticas y de seguridad. Para muchos, "Reino Unido es visto como un país más acogedor y con mejores oportunidades, aunque estas percepciones a menudo no se ajustan a la realidad".
Además, el conocimiento de los afectados sobre las políticas migratorias es parcial y fragmentario. A menudo desconocen los riesgos reales de la ruta y sobrevaloran las posibilidades de conseguir protección legal a su llegada. Los traficantes se aprovechan. Por eso, los estudios indican que las diferencias legislativas entre países tienen un impacto limitado, en comparación con factores globales como los ya mencionados de guerra, pobreza y redes de pasadores.
El Brexit, causa de los quebraderos de cabeza británicos
Otro elemento que podría haber favorecido el aumento de las llegadas es el Brexit. Antes de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el país podía devolver a solicitantes de asilo al primer estado miembro al que hubieran llegado, según el protocolo de Dublín. Pero ahora ya no puede. Algunos migrantes en Calais han explicado que este cambio les ha empujado a intentar pasar a Reino Unido, especialmente si ya han sido rechazados en otros países europeos.
Hay que decir, sin embargo, que las devoluciones con el sistema de Dublín no superaron las 560 al año de media entre 2008 y 2020. En todo caso, la semana pasada el presidente francés, Emmanuel Macron, no perdió la oportunidad de recordar, justamente, la responsabilidad del Brexit y el engaño que algunos políticos controlar las fronteras, "cuando ocurrió todo lo contrario".
Macron también levantó polvareda cuando sugirió que la falta de controles laborales en Reino Unido permitía el abuso de empresarios de una mano de obra ilegal en régimen de casi explotación. Una afirmación que tampoco explica el 100% del fracaso de los controles migratorios en el Canal.
En todo caso, en este contexto el nuevo pacto entre Starmer y Macron prevé que el Reino Unido pueda devolver hasta 50 migrantes a la semana a Francia. A cambio, Londres aceptará la misma cantidad de solicitantes de asilo que tengan vínculos con el país (por ejemplo, familiares) y que no hayan intentado entrar en ella ilegalmente antes. Es el primer acuerdo de este tipo que firma Reino Unido con un país de la Unión Europea después del divorcio, pero deberá ser validado por Bruselas, y será especialmente analizado por los países mediterráneos más afectados por la llegada de migrantes, como España, Italia, Grecia, Malta y Chipre.
Con una media de 843 llegadas semanales por el Canal durante el año de gobierno laborista -julio 2024 - julio 2025-, se han previsto un mínimo de retornos. Por eso, la oposición conservadora, y especialmente la ultraderecha del Partido Reformista de Nigel Farage –que ha hecho de la llegada de extranjeros, con o sin papeles, un tema central para tambalear a Starmer y ganar terreno electoral–, ha menospreciado las virtudes del programa, acusando al premier ineficacia e insistiendo en su retórica sobre una inexistente "invasión" de migrantes. Levantar muros no funciona.