Europa

La derecha podrá gobernar en Suecia

La primera ministra socialdemócrata admite la derrota en las elecciones del domingo y anuncia una legislatura "complicada"

ARA
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La primera ministra sueca Magdalena Andersson al reconocer la derrota.

BarcelonaEl margen ha sido tan estrecho que han hecho falta tres días de incertidumbre y contar casi hasta el último segundo para saber el resultado de las elecciones del domingo en Suecia. El bloque de derechas, formado por los conservadores, los cristianodemócratas, los liberales y la ultraderecha, se ha acabado imponiendo y tendrá 176 diputados en el Parlamento de Estocolmo, tres más que el centroizquierda. La primera ministra socialdemócrata Magdalena Andersson, a pesar de ser la fuerza más votada, ha reconocido la derrota este miércoles y ha anunciado que dimitirá para que se forme un nuevo gobierno "cuanto antes mejor".

Con el 99,7% escrutado, incluido el voto por correo, los socialdemócratas siguen siendo la fuerza más votada, con el 30,4% de los votos, dos puntos más que en 2018. Pero la ultraderecha es la gran ganadora de los comicios: los Demócratas Suecos (SD), una formación antiinmigración que entró por primera vez en el Parlamento en 2010, se han convertido en la segunda fuerza del país, con el 20,6% de los votos (tres puntos más que en 2018), por delante de la derecha tradicional de los moderados, que han bajado siete décimas, hasta el 19,1%. Estos ya han anunciado el inicio inmediato de las negociaciones para formar un gobierno que desbanque a los socialdemócratas.

Globalmente, el bloque opositor ha obtenido el 49,6% de los votos, frente al 49% del centroizquierda: el lunes la diferencia era solo de un escaño, y finalmente se ha ampliado a tres. Andersson ha vaticinado que será una legislatura "dura y complicada" por la escasa diferencia, ha mostrado su preocupación por el ascenso de los ultras y ha reivindicado que su partido sigue siendo el más sólido del país.

Los Demócratas Suecos son un partido de raíz neonazi que hasta este año había sido sometido a un cordón sanitario por parte del resto de fuerzas en el Parlamento, cosa que había permitido a los socialdemócratas (que han ganado todas las elecciones en el país en el último siglo) gobernar en minoría las dos últimas legislaturas, con un Parlamento en el que la derecha tenía mayoría. La izquierda tuvo que pactar con centristas y liberales la última legislatura.

El panorama, pues, es complejo, y en la prensa sueca se especula con la posibilidad de que ahora se dé la vuelta a la tortilla y conservadores y democristianos formen un gobierno en minoría con apoyo exterior de otras fuerzas parlamentarias. Pero los xenófobos han reclamado un papel "central" y formar parte del gobierno.

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