Diez países europeos se preparan para enviar tropas a Ucrania en un futuro escenario de paz

Rusia sólo aceptará garantías de seguridad para Ucrania si tiene la "capacidad de vetarlas", dice el ministro de Exteriores

Imagen del incendio de una refinería en Odessa, esta pasada noche, a raíz del ataque ruso.
20/08/2025
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LondresHasta diez países europeos, incluidos Reino Unido, Francia y posiblemente Finlandia, han mostrado su disposición a enviar tropas a Ucrania en el marco de un plan de garantías de seguridad condicionado a la firma de un acuerdo de paz con Rusia. Según avanzó Bloomberg este miércoles, la propuesta incluye el despliegue inicial de una fuerza multinacional de "estabilización" que operaría lejos de las líneas de frente para apoyar logístico, entrenamiento y refuerzo a las tropas ucranianas. Una segunda fase prevé un papel más activo de Estados Unidos, con cooperación en inteligencia, vigilancia de fronteras, suministro de armas y posiblemente defensa aérea. La agencia no concreta qué otros países, además de los citados, podrían comprometerse a enviar tropas.

Donald Trump, que ya ha descartado la presencia de soldados estadounidenses sobre el terreno, ha insinuado que Washington podría ofrecer cobertura aérea y contribuir a "guardar los cielos ucranianos". El presidente estadounidense remarcó este martes, en una entrevista en Fox News, que Estados Unidos dispone de "capacidades únicas" que pueden ponerse al servicio de una paz duradera. Fuentes diplomáticas europeas citadas por The Guardian señalan que el apoyo estadounidense, aunque indirecto, sería clave para disuadir a nuevas agresiones rusas.

Las discusiones sobre las garantías de seguridad llegan en un momento delicado. Este miércoles, los jefes militares de la OTAN se reúnen virtualmente para examinar cómo articular estas garantías de seguridad, consideradas esenciales para cualquier acuerdo de fin de la guerra. Londres ya ha hecho saber que podría desplegar fuerzas para proteger a aeropuertos, puertos y corredores logísticos, aunque rechaza enviar soldados a zonas de combate directo. El jefe del ejército británico, Tony Radakin, se ha desplazado a Washington este miércoles para informar a los responsables del Pentágono. Otros países como Alemania o España prefieren mantener la prudencia, aunque aceptan reforzar la presencia en Ucrania si existe un cese efectivo de las hostilidades.

En este sentido, también este miércoles, el ministro de Exteriores del Kremlin, Sergei Lavrov, aseguró durante una conferencia de prensa con su homólogo de Jordania que Rusia sólo aceptará garantías de seguridad para Ucrania si tiene la capacidad de vetarlas. Cualquier intento de reforzar la seguridad ucraniana que no implique a Moscú será un "camino hacia ninguna parte" y "no funcionará", ha dicho. Lavrov ha sugerido que un "muy buen ejemplo" de un posible plan podría encontrarse en el marco de Estambul de 2022. Según un borrador discutido en ese momento, Ucrania habría recibido garantías de un grupo de países, incluidos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Rusia, Estados Unidos, Gran Breta. Pero Kiiv no quiere ni oír hablar de que sea Moscú quien también vele por su seguridad.

Castigo sobre Odessa y Sumi

Mientras, Moscú advirtió de que la presencia de tropas de la OTAN en Ucrania sería "inaceptable" y reiteró sus exigencias territoriales. En la reciente cumbre de Alaska con Trump, según algunas fuentes diplomáticas citadas por la prensa estadounidense, Vladímir Putin ofreció retirarse de las regiones de Sumi y Járkov a cambio del control total del Donbás, que actualmente ocupa sólo parcialmente. Una propuesta que Kiiv considera inasumible.

La fragilidad de las negociaciones queda patente con los nuevos ataques aéreos rusos de las últimas horas. Según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, Rusia lanzó un "ataque masivo con drones" sobre la región de Odessa, que provocó un gran incendio en una instalación energética e hirió al menos a una persona. El puerto de la ciudad también ha sufrido considerables daños. En las últimas veinticuatro horas al menos tres civiles murieron y hubo 34 heridos.

En la región de Sumi, en el noreste del país, una ofensiva con casi un centenar de drones contra la ciudad de Okhtirka ha dejado al menos doce heridos, incluidos dos niños, causando destrozos en viviendas y bloques de pisos. La primera ministra ucraniana, Yulia Sviridenko, confirmó que entre los heridos hay una familia con tres criaturas de cinco meses, cuatro y seis años. El presidente, Volodímir Zelenski, denunció que se trata de "actos de terror puro", y reclamó nuevas sanciones contra Moscú si Putin rechaza sentarse en una cumbre trilateral con él y Trump.

El ejército ucraniano ha informado del lanzamiento de 93 drones y dos misiles durante esta pasada noche, de los que se han interceptado 62 drones y un misil. Sin embargo, se registraron impactos en una veintena de localizaciones, incluyendo la citada instalación energética de Odessa. El presidente Zelenski ha señalado también un ataque con bomba planeadora en Kostantínivka, en la región de Donetsk, que ha dejado varios edificios derrumbados y personas atrapadas bajo los escombros.

En paralelo, la Unión Europea y el Reino Unido preparan un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que se activaría si el Kremlin se niega a participar en conversaciones de paz. Un alto funcionario europeo ha declarado que "cada demora o dilación de Putin será un motivo para incrementar la presión económica".

Todo ello confirma el clima de máxima tensión en el que se desarrolla la reunión de la OTAN. El futuro de la seguridad en Ucrania se debate en un momento en el que los misiles y los drones siguen devastando infraestructuras básicas y civiles, mientras las capitales occidentales buscan una fórmula que combine disuasión militar, compromiso político y viabilidad diplomática.

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