Italia

Fascistas, racistas y antisemitas: así son los 'cachorros' de Meloni

Una investigación periodística destapa las polémicas conversaciones entre militantes del partido de la primera ministra italiana

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La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, después de saberse ganadora de las elecciones italianas. Imagen del 26 de septiembre de 2022

Roma“Sois maravillosos, sois increíbles. Mucha gente nos envidia por eso. Hay jóvenes que todavía creen en la política y luchan por sus ideas. Estoy orgullosa de vosotros”. Era el pasado mes de diciembre cuando Giorgia Meloni, que gozaba de su máxima popularidad un año después de haber ganado en las urnas, agradecía a los militantes de la Juventud Nacional, la sección juvenil de Hermanos de Italia, su colaboración en la organización del Atreju, la fiesta que cada año celebra su partido en Roma.

Aquellos días la primera ministra italiana dedicó un espacio especial a los cachorros de su partido, y no fue casualidad. Ella misma empezó su carrera política como presidenta de las juventudes del Movimiento Social Italiano, fundado por excolaboradores de Benito Mussolini, de cuyas cenizas surgieron los Hermanos de Italia. Los militantes más jóvenes de su partido son la cantera de la que nacerá la futura clase dirigente meloniana.

Pese a los esfuerzos de Meloni por presentarse como una líder moderada y alejarse de las raíces fascistas de su partido –sin llegar nunca a renegar explícitamente–, una investigación periodística ha revelado las pulsiones nazi-fascistas, antisemitas y racistas de la juventud de Hermanos de Italia.

En la investigación, publicada por el diario digital Fanpage, se muestran vídeos y conversaciones de un chat de miembros de las juventudes del partido de Meloni. Algunos no son simples militantes, sino que trabajan como ayudantes para diputados de Hermanos de Italia. Es el caso de Elisa Segnini, jefa de la secretaría de la diputada Ylenia Licaselli, que se define como una orgullosa "racista y fascista" sin saber que le están grabando con una cámara oculta.

El reportaje también revela un aspecto inquietante sobre la financiación del movimiento juvenil. Pero el caso que ha despertado mayor indignación es el de la presidenta de una de las secciones locales de la formación en Roma, Flaminia Pace, que se mofa abiertamente de una senadora de Hermanos de Italia, Ester Mieli, judía e hija de un superviviente del Holocausto. “Las palabras y los comportamientos que se pronuncian son para mí motivo de condena y desaprobación”, lamentó Mieli, quien pidió a los líderes de Hermanos de Italia “confirmar la vocación de un partido conservador completamente libre de ideologías y comportamientos peligrosamente nostálgicos”.

Tras la publicación de la investigación, Flaminia Pace y Elisa Segnini presentaron su dimisión.

Periodista infiltrada

Durante meses, la periodista infiltrada siguió la actividad de Pace y su estrecha relación con miembros destacados del partido, incluida la hermana de la primera ministra, Arianna Meloni. Pero al margen de los acontecimientos oficiales, la periodista tuvo acceso al chat, en el que los militantes comparten imágenes de Hitler y Mussolini, aclaman a las organizaciones terroristas neofascistas que sembraron el terror en Italia y se muestran contraria a los homosexuales, extranjeros y hebreos .

“Los judíos son una casta. Hay demasiado, los desprecio como raza”, se desahoga una chica. Otro militante escribe: "Mi profesor de latín es gay y convive con un hombre". Y otro usuario responde: “¡Qué asco! Cambia de clase”.

La investigación periodística ha tenido hasta ahora dos partes. La primera, emitida en un programa de televisión de máxima audiencia durante la cumbre del G-7 en Apulia, no obtuvo ninguna respuesta por parte de los dirigentes, que acusaron de “barro” a los autores y amenazaron con acciones legales. Sin embargo, el partido no se ha podido hacer el desentendido tras la publicación de la segunda parte, difundida durante las complicadas negociaciones para elegir a los altos cargos de la Unión Europea. Unas negociaciones de las que Meloni fue excluida después de que socialistas y liberales impulsaran un cordón sanitario para aislar a la ultraderecha.

“En Hermanos de Italia no hay espacio para racistas, extremistas y antisemitas”, dijo Giovanni Donzelli, jefe de organización y mano derecha de la primera ministra. También se pronunció otro de los pesos pesados ​​del partido, Ignazio La Russa. El presidente del Senado, que hasta hace poco mostraba orgulloso el busto de Mussolini que decora el salón de su casa, calificó de intolerables los ataques a la senadora Mieli. Y pocos días después lo hizo Meloni.

La primera ministra condenó el racismo y el antisemitismo que dejó al descubierto la investigación, pero no desaprovechó la oportunidad para cargar contra el “método periodístico” utilizado, “típico de regímenes” no democráticos. Para la oposición, por el contrario, la condena de Meloni es insuficiente. "La investigación abrió la caja de Pandora del fascismo que habita en los bajos fondos de los Hermanos de Italia", denunció el secretario de la formación progresista +Europa, Riccardo Magi.

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