La guerra entre Bruselas y Elon Musk que viene de lejos
La Comisión Europea tiene abiertas diversas investigaciones contra X y se prepara para acudir a los tribunales contra el magnate
BruselasElon Musk no le basta con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Tras contribuir a la victoria del republicano en Estados Unidos, el propietario de la red social X ha lanzado una nueva ofensiva en la política europea para debilitar a varios gobiernos de Europa y potenciar los partidos de extrema derecha de todo el continente. Ante las intenciones de Musk, sin embargo, Bruselas ha advertido de que no piensa quedarse de brazos cruzados, y el histórico tira y afloja entre la Comisión Europea y el magnate de Tesla se ha reavivado a unos niveles sin precedentes.
El ejecutivo comunitario quiere hacer frente y ha advertido que pretende aplacar cualquier abuso de poder de Musk a través de X. Una de las herramientas que tiene a su alcance es la nueva ley DSA (ley de servicios digitales, en sus siglas en inglés), que se ideó justamente para ligar corto grandes tecnológicas como el antiguo Twitter. En base a esta normativa, fuentes comunitarias creen que se puede evitar que las opiniones de Musk o tuits con unos mensajes determinados prevalezcan sobre el resto, tal y como Bruselas sospecha que ocurre.
En la misma línea, el portavoz de la Comisión Europea Thomas Regnier aseguró el pasado miércoles en rueda de prensa que Bruselas puede luchar con la ayuda de otras legislaciones contra las injerencias extranjeras, los discursos de odio o " la amplificación de discursos que debilitan a las democracias europeas". Ahora bien, también admitió que el margen de maniobra del ejecutivo comunitario es limitado y que no puede censurar las arengas del dueño de X en caso de que no esté cometiendo delito alguno, aunque claramente no mantenga una posición neutral. "El señor Musk puede expresar sus puntos de vida personales y sus opiniones políticas sobre la UE. Es su derecho", recordó el portavoz comunitario.
Por su parte, la Comisión Europea convocó una reunión de los coordinadores responsables de hacer cumplir la normativa DSA para analizar y prepararse para los "riesgos" que puede tener el funcionamiento de X para la UE, especialmente en las próximas elecciones alemanas . De hecho, fuentes comunitarias aseguran que monitorizaron la conversación que Musk mantuvo en directo por X el pasado jueves con la líder de AfD y candidata a cancillera, Alice Weidel. Y, en caso de que se le hubiera dado más difusión de lo que le correspondería, Bruselas no descarta abrir una investigación aparte sólo sobre esta publicación.
En este contexto, los Estados miembros piden a la Comisión Europea que actúe más deprisa y con más mano dura. Uno de los estados más contundentes y que históricamente se ha mostrado más beligerante contra las grandes plataformas estadounidenses es Francia. "El debate público no puede deslocalizarse ni quedar desregulado en grandes plataformas de redes sociales de multimillonarios de Estados Unidos", remachó el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barot, que amenazó con tomar medidas a escala estatal en caso que Bruselas no actúe.
Una guerra que viene de lejos
La tensión entre Musk y la Unión Europea se ha incrementado a raíz de la campaña del propietario de X en favor de la internacional reaccionaria europea. Sin embargo, no se trata de un conflicto nuevo, y hace ya muchos años que Bruselas intenta evitar que las grandes plataformas como X, TikTok o Meta (la matriz de Facebook e Instagram) abusen de su posición dominante en el mercado europeo .
En este sentido, la Comisión Europea ya concluyó el año pasado que X incumple la normativa comunitaria porque "engaña" a los usuarios a la hora de otorgar cuentas verificadas que reciben un tic azul. "Antes el tic azul era garantía de una fuente de información fiable. Ahora se engaña a los usuarios y se infringe la ley de servicios digitales", afirmó el anterior comisario de Mercado Interior, el liberal francés Thierry Breton, quien siempre se ha mostrado muy beligerante con la red social del magnate cercano a Trump.
Además, Bruselas acusa a X de tener "un diseño y unas barreras de acceso" en los algoritmos de publicidad que hacen imposible que las autoridades comunitarias accedan al repositorio de anuncios y supervisen e investiguen los riesgos que puede comportar la distribución de según qué propaganda. De esta forma, en caso de que la empresa de Musk no haga las modificaciones que le pide la Comisión Europea, la compañía estadounidense se enfrenta a una multa de hasta el 6% de su facturación anual. Esto es, unos 190 millones de euros.
Bruselas incluso ha amenazado a Musk con cerrarle la red social previa autorización judicial si no colabora con las autoridades comunitarias. Sin embargo, en vez de ceder, el magnate no se encoge y mantiene el pulso. Cuando le notificaron las conclusiones preliminares de la sanción, el propietario de Tesla aseguró que no firmaría ningún tipo de "pacto secreto e ilegal" con la UE y le acusó de "censurar discursos".
En este contexto, fuentes comunitarias aseguran que la Comisión Europea está dispuesta a acudir a los tribunales y que está preparando un informe de argumentación jurídica de cientos de páginas. Aunque admite que X ha contratado a un "muy buen equipo legal" que dispone de "casi recursos infinitos", Bruselas confía en que tiene la razón y que ganará el caso en los tribunales de Luxemburgo. "Ganaremos", insisten estas mismas fuentes.