Los escándalos de Boris Johnson

El informe del 'Partygate': vómitos, peleas, karaoke y Johnson "responsable"

El informe final señala al 'premier', que dice que ha "aprendido la lección" e insiste que no mintió al Parlamento

Fiesta de despedida al director de comunicaciones de Downing Street, el 13 de noviembre del 2020
26/05/2022
4 min

Londres"El máximo liderazgo, político y administrativo, es responsable de esta cultura". La frase se refiere al consumo de alcohol y a las fiestas ilegales en Downing Street durante los confinamientos de los años 2020 y 2021, y aparece en la página 36 del informe de la funcionaria Sue Gray sobre el escándalo del Partygate, publicado justo este miércoles en Londres.

Boris Johnson ha respondido al dictamen final –aunque no todavía el último capítulo del caso–, en un debate ad hoc que ha tenido lugar en los Comunes. El primer ministro ha asegurado: "Afronto toda la responsabilidad por todo lo que pasó". También ha recordado que la manera como se dirige Downing Street ha cambiado y ha afirmado: "Hemos aprendido la lección". Incluso ha llegado a decir que él mismo se mostraba "horrorizado" por todo lo que las 37 páginas del texto de Gray, más las nueve imágenes que añade, ponían a cuerpo descubierto. Por ejemplo, en relación con una fiesta que tuvo lugar el 18 de junio del 2020: "Duró unas cuántas horas. Hubo un consumo excesivo de alcohol por parte de algunos individuos. Uno de ellos llegó a ponerse enfermo [vomitar]. Hubo un pequeño alboroto entre dos individuos más". En este encuentro hubo también un karaoke. Johnson no participó, razón por la cual ha podido argumentar en el debate: "Muchas de las infracciones tuvieron lugar cuando yo no estaba".

Con posterioridad al debate, Johnson ha ofrecido una conferencia de prensa en Downing Street para, básicamente, reafirmar todo lo que ha dicho a los Comunes, y ofrecer una actuación con que ha querido mostrarse transparente y cerrar todo el asunto.

En todo caso, lo que el informe también pone de relieve es que entre los máximos funcionarios de la oficina del premier había preocupación por las celebraciones y hacían todo lo posible para que tuvieran un perfil bajo. Incluso cuando algún miembro del personal se emborrachó (15 de diciembre del 2020; una celebración previa a Navidad), "un funcionario del Número 10 informó al equipo de investigación [de Sue Gray] que lo hicieron [aconsejar que saliera por detrás de Downing Street] para evitar que el personal sea fotografiado por la prensa al exterior.

Si bien en ningún momento se dice explícitamente que el premier mintió al Parlamento explicando qué sabía y qué no sabía de las actividades irregulares en Downing Street, de la lectura se desprende que era perfectamente consciente de lo que pasaba en su oficina. Con todo, en la comparecencia en el Parlamento Johnson ha negado ningún "engaño deliberado" a la Cámara: "Cuando dije con toda sinceridad que las normas y las directrices se habían seguido en todo momento, era lo que creía que era verdad". Johnson considera que ha llegado el momento de "hacer un paso adelante" y ocuparse de los problemas que "realmente" preocupan a los británicos, como el aumento del coste de la vida.

Las excusas y justificaciones de Johnson no pueden eclipsar el parecer de la funcionaria Gray, que es rotundo: "Muchas de las actividades que tuvieron lugar [el informe analiza dieciséis eventos] no se habrían tenido que permitir". Y en cuanto a la reacción del público, se dice: "Muchos deben de estar consternados de que un comportamiento de este tipo tuviera lugar en esta escalera en el si del gobierno. El público tiene derecho a esperar los estándares más altos en estos lugares, y es evidente que lo que pasó queda bien lejos de esto".

Boris Johnson celebrando su aniversario, el 19 de junio del 2020, en la sala de reuniones del gobierno.

Uno de los fragmentos más perjudiciales para Johnson –pero quizás no fatal– son las referencias que hay en relación con la fiesta de despedida de su director de comunicaciones, Lee Cain, el 13 de noviembre del 2020. Sobre el encuentro, Johnson aseguró a los Comunes que en todo momento se habían seguido las reglas y que no había habido ninguna fiesta. Pero las conclusiones de la funcionaria Gray indican que "el primer ministro asistió de camino a su piso de Downing Street, habiendo dejado el despacho a las 19.17 h". Después "fue al área de prensa, se incorporó a la tertulia e hizo un discurso de despedida para Lee Cain. Había vino y los asistentes, incluido el primer ministro, bebieron alcohol". Hay que recordar que una comisión parlamentaria, que se podría poner en marcha las próximas dos semanas, investigará si Johnson mintió o no a los Comunes.

Interrogantes abiertos

A pesar de todo, y de acuerdo con una primera valoración generalizada de la prensa británica, no parece que el informe sea fatal para Johnson, entre otras razones porque la celebración que podría ser más perjudicial, la que tuvo lugar en su piso particular, en las plantas superiores del número 11 de Downing Street, no ha sido investigada por Sue Gray.

Otro de los interrogantes que abre la publicación del informe es por qué la policía multó a Johnson por la celebración de su aniversario, el 19 de junio del 2020, y no por la despedida de su jefe de comunicaciones, Lee Cain, el 13 de noviembre. Las imágenes que incluye el análisis de Sue Gray demuestran que el segundo encuentro fue mucho más una fiesta que no el primero.

Sue Gray también destaca que "algunos miembros del personal habían sido testigos o habían sido sometidos a comportamientos en el trabajo que les habían preocupado, pero sobre los cuales a veces se sentían incapaces de denunciar de manera adecuada". Menciona especialmente "múltiples ejemplos de falta de respeto y trato inadecuado al personal de seguridad y limpieza".

Casi seis meses después de las primeras informaciones sobre las fiestas en Downing Street, Johnson parece haber llegado al final del calvario político que, con altibajos, ha tenido que recorrer todo este tiempo, a falta del dictamen final de la comisión parlamentaria. Algunos llamamientos de diputados conservadores para que presente la dimisión han sido firmes, pero cuantitativamente anecdóticas. El Partido Conservador no tiene, de momento, ninguna otra opción –o voluntad– sino continuar confiando en la capacidad de desafiar la ley de la gravedad de un primer ministro que, a pesar de todo, ha quedado con la reputación tocada. Mañana jueves, Downing Street presentará un paquete de nuevas medidas para intentar poner remedio a la precaria situación económica de millones de familias a raíz de la crisis inflacionaria y Johnson, una vez más, habrá sobrevivido a su particular relación con la verdad.

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