Francia

La mujer violada por 51 hombres en Francia da su relato: «La palabra no es 'violación', es 'barbarie'»

Gisèle Pélicot ha declarado a puerta abierta ante los acusados ​​de haber abusado de ella mientras estaba drogada

ARA
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Gisèle Pélicot durante el juicio contra su marido y 50 hombres, por violarla durante más de 10 años.

Barcelona"Para mí el daño ya está hecho. Por eso he querido declarar a puerta abierta. Lo hago en nombre de todas las mujeres que quizás nunca serán reconocidas como víctimas". Así arrancaba la declaración de Gisèle Pélicot, en el Tribunal Criminal de Vaucluse, en el sureste de Francia, por las violaciones que sufrió durante casi diez años por al menos 51 hombres, mientras estaba drogada por su marido. Pélicot, de 71 años, ha declarado con la cara destapada ya puerta abierta, frente a su marido y los otros 50 hombres acusados ​​de violarla. "Violación no es la palabra, es barbarie", afirmó de forma serena y determinada. Aseguró que nunca fue consciente de que, desde 2011, el hombre con el que llevaba 50 años casada la había drogado con somníferos para que desconocidos, que encontraba por internet, la violaran en su casa. "Los policías me han salvado la vida investigando al señor P.", ha dicho refiriéndose a lo que hasta ahora era su hombre: Dominique Pélicot.

con la que les ha vivido: "Los hechos para mí comienzan el 19 de septiembre [del 2020]". supermercado. El hombre le confesó que había hecho "una tontería", pero ella le defendió ante un policía: "Es un hombre fantástico" La mujer ha asegurado que "en 50 años de vida en común" nunca le había visto hacer "gestos obscenos", por lo que decidió perdonarle si se disculpaba ante las desconocidas que había grabado.

"En ningún momento me imaginaba el alcance de lo que descubriría después", ha explicado. Cuando los agentes registraron el domicilio de la pareja y examinaron su material informático, descubrieron los vídeos que destaparían el caso. El archivo, titulado "Abuso", contenía más de 20.000 fotos y vídeos en los que aparecía Gisèle Pélicot inconsciente, mientras hombres desconocidos la violaban. Su mundo "se hundió", aseguró, cuando la citaron con su marido en la comisaría de Carpentras, en Vaucluse, y le enseñaron una fotografía. "No llevaba las gafas, no reconocía a la mujer que había sobre la cama", explica, hasta que se dio cuenta de que era ella misma "inerta, dormida" mientras la estaban "violando". "Violación no es la palabra, es barbarie", ha rectificado. Aquel día sintió que "todo lo que había construido con el señor P. se hundía: 3 hijos, 7 nietos, una pareja fusionada". "Incluso nuestros amigos nos decían que hacíamos una pareja ideal ", lamentó. Y añadió que tuvo ganas de "acabar con todo".

Gisèle Pélicot se negó a ver los vídeos de las violaciones hasta mayo del 2024, para prepararse para el juicio. Vivió "por primera vez, en diferido, las violaciones que ha sufrido durante diez años", según ha destacado a la vista de este jueves uno de los abogados de la acusación. Un argumento que expuso el miércoles la defensa de los presuntos violadores es que la mujer se hacía la dormida y que, en realidad, era cómplice de su exmarido. "No son escenas de sexo, son escenas de violación –ha rebatido la mujer–. Son dos o tres encima de mí, y yo estoy inerte". "Nunca he sido cómplice, ni he hecho ver que dormía", ha insistido. Sentada junto a su hija y de sus dos hijos, Pélicot ha añadido que, para los violadores, ella era "una muñeca de trapo". "Me sacrificaron sobre el altar del vicio –aseguró–. El cuerpo está caliente [...], pero yo estoy muerta sobre la cama".

Hombres convencionales

Los investigadores han contabilizado 92 violaciones entre julio de 2011 y octubre de 2020, perpetradas por más de 80 hombres. Pero sólo 51 se sientan en el banquillo de los acusados ​​por un delito de violación agravada, penado con hasta 20 años de cárcel. Pélicot sólo ha reconocido a uno de los agresores porque, según ha detallado, había ido a su casa, a la localidad de Mazán, en el sureste de Francia, para hablar sobre bicicletas con su marido: "Me lo encontraba de vez en cuando . No me imaginaba que había venido a violarme", ha explicado. Los presuntos violadores son hombres aparentemente convencionales: un bombero, un periodista, un comerciante, un repartidor, un funcionario de prisiones... Todos habían sido contactados por el marido a través de una web.

Treinta y cinco de los acusados ​​niegan cualquier intención de violación. "Responsabiliceos por una vez en la vida de sus actos", espetó Pélicot dirigiéndose a sus presuntos agresores. "No me han violado porque les estaban apuntando con una pistola en la cabeza. Me han violado con total conciencia", ha insistido.

Pélicot ha querido que su testimonio fuera público para que "ninguna mujer sufra esta sumisión química". "Hablo por todas las mujeres que están drogadas y no lo saben, por todas las mujeres que quizás nunca lo sabrán". Fue ella misma quien pidió que las vistas fueran públicas, lo que implica que los periodistas pueden entrar en la sala durante el juicio para transcribir lo que ven y sienten. Además, permitió que los medios puedan grabarla entrando y saliendo del juzgado. El motivo, según declaró el miércoles, es que cree que "no tiene nada que esconderse". "Es necesario que la vergüenza cambie de bando", dijo.

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