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Pavel Dúrov choca con los límites de la libertad: detienen al fundador de Telegram en París

El multimillonario francorus se enfrenta a cargos como terrorismo o tráfico de drogas por la falta de moderación de contenidos en su plataforma

Pau Lizana Manuel
3 min
Pavel Durov, fundador de Telegram

BarcelonaLa detención del fundador y director general de Telegram, Pavel Dúrov, este sábado en el aeropuerto de Le Bourget, en París, es el último episodio del enfrentamiento entre los estados y las plataformas de comunicación que se declaran "neutrales" en internet. Sin ir más lejos, Elon Musk, que como Dúrov clama que su plataforma, en este caso X, es un oasis de libertad de expresión, tampoco es del agrado de muchos estados –X cerró la semana pasada la oficina en Brasil por discrepancias con un juez. Pero el hecho es que Dúrov, con Telegram ha acumulado más enemigos que Musk, y puede inscribirse en la corta lista de personas que no gustan ni al Kremlin ni a las democracias occidentales.

La justicia francesa apunta a que la falta de moderación de Telegram y la falta de cooperación de Pavel Dúrov con las autoridades, además de las diversas herramientas que la plataforma ofrece, como números de un solo uso o criptografía, podrían convertirlo en cómplice de delitos como narcotráfico, pedofilia y fraude. El cofundador de Telegram, pues, podría enfrentarse a una larga lista de cargos como terrorismo, tráfico de drogas, fraude o blanqueo de dinero, entre otros. Sin embargo, ni la policía ni el ministerio del Interior francés confirmaron la detención. Solo dos fuentes, una francesa y una rusa, que han hablado de forma anónima, han corroborado los hechos.

Precisamente el anonimato y la privacidad son los valores que defendía Dúrov cuando creó Telegram. "La humanidad necesita una plataforma neutral que respete la vida privada y la libertad de las personas", aseguró el ruso –que también tiene la nacionalidad francesa y la de los Emiratos Árabes Unidos– en una entrevista con el polémico periodista estadounidense Tucker Carlson. La plataforma es un servicio de mensajería online especialmente popular en países del espacio postsoviético y que ya acumula más de 950 millones de usuarios. A diferencia de otros servicios similares, como WhatsApp, la plataforma ofrece la implementación de chats cifrados, deja que hasta 200.000 personas estén en un mismo grupo y permite compartir archivos de cualquier tamaño o tipo. Estas características hacen de Telegram una herramienta muy útil para la distribución masiva de contenidos, así como de material pirateado. Por eso el juez Santiago Pedraz ordenó el bloqueo de la plataforma en España en marzo, aunque rectificó pocos días después.

Dúrov se enorgullece de que su plataforma la utilice la oposición política en países tan diversos como Bielorrusia o Hong Kong, pero eso le ha hecho tener en contra a estados de todo el mundo. De hecho, el propio origen de la aplicación está ligado al veto político de la primera red social que desarrolló Dúrov, Vkontakte. A través de esta herramienta fundada en el 2006, muy parecida a Facebook, la oposición rusa organizó manifestaciones masivas en el 2011, que según el propio Dúrov concentraron a más de 500.000 personas. El empresario rechazó bloquear a los grupos que habían organizado las concentraciones y se vio obligado a vender la aplicación a una empresa afín al Kremlin.

Entonces Dúrov se marchó de Rusia y cofundó Telegram con su hermano Nikolai, poniendo el acento de la aplicación en el encriptamiento de las conversaciones. Los Dúrov situaron la base de la empresa en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. La relación del Kremlin con Telegram ha sido complicada y, aunque la cerró en el 2018 por miedo a que se repitieran los hechos del 2011, ahora la utilizan incluso los órganos gubernamentales rusos. De hecho, el país que un día le echó, ahora parece que es quien más cuidado. La portavoz del ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, ha pedido a las autoridades francesas poder hablar con el detenido y la defensora del pueblo de Rusia, Tatiana Moskalkova, ha acusado a Francia de detener a Dúrov para cerrar Telegram y "lograr el control total de la libertad de expresión". Por su parte, el expresidente ruso Dmitri Medvedev dijo que la salida de Rusia de Durov fue "un error de cálculo". "Para todos nuestros enemigos comunes, él es ruso y, por tanto, imprevisible y peligroso", sentenció.

Más allá de las autoridades rusas, también han salido a defender a Dúrov personalidades como Elon Musk o Edward Snowden, que ha acusado a Macron de "tomar rehenes como medio de acceso a mensajes privados". La detención del empresario "socaba la dignidad no sólo de Francia, sino de todo el mundo", ha sentenciado Snowden.

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