El primer ministro de Portugal inaugura el nuevo gobierno de derechas con un llamamiento al "diálogo"
Luís Montenegro afronta una de las legislaturas más complicadas de los últimos años, en las que tendrá que negociar ley por ley
BarcelonaEl nuevo gobierno conservador de Portugal, liderado por Luís Montenegro, ha tomado posesión este martes y ha dado el pistoletazo de salida a un nuevo ciclo en la política portuguesa después de prácticamente una década de gobiernos de izquierdas con el socialista António Costa a la cabeza. Montenegro se ha rodeado de pesos pesados de su formación, el Partido Socialdemócrata (PSD), para afrontar una legislatura que no será fácil y que varios analistas cuestionan que llegue a poder completar los cuatro años de mandato. En su primera intervención pública desde las elecciones, Montenegro ha pedido "madurez" y "capacidad de diálogo" a todos los agentes políticos del país para afrontar esta nueva etapa.
La coalición Alianza Democrática, liderada por el PSD y ganadora de los comicios, tiene sólo 80 de los 230 diputados del Parlament. Y Montenegro ha insistido en que no tiene intención de llegar a ningún pacto con el partido populista de ultraderecha Chega, que se ha consolidado con 50 escaños tras un ascenso meteórico –en las elecciones de hace dos años logró 12 y en las de hace cuatro años, sólo uno.
Por eso el nuevo ejecutivo deberá negociar ley por ley, sobre todo para intentar garantizar el apoyo de la principal formación de la oposición, el Partido Socialista, que tiene 78 escaños. Montenegro ha prometido rebajas fiscales para familias y empresas, aumentando las pensiones y salarios a policías, profesores y médicos. La primera gran prueba de fuego llegará en otoño, cuando habrá que negociar los presupuestos del próximo año.
Montenegro, abogado de formación y con una experiencia de más de 25 años en el PSD, presentó el viernes la composición del nuevo gobierno al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa. El ejecutivo está formado por 17 ministros, de los que siete son mujeres; un "gobierno de combate político", según destacan varios analistas en los medios portugueses. Las primeras decisiones que ha tomado el primer ministro han sido eliminar el ministerio de Vivienda y fusionarlo con Infraestructuras –en un país en el que la falta de vivienda es uno de los principales problemas estructurales– y crear un nuevo ministerio de Juventud y Modernización , que tendrá el reto de crear oportunidades en un país marcado por una gran tasa de inmigración juvenil.
El nombre más destacado del ejecutivo es Paulo Rangel, ministro de Estado y Negocios Extranjeros (equivalente al ministerio de Asuntos Exteriores). Rangel, que fue vicepresidente del grupo del Partido Popular en el Parlamento Europeo, es el actual número dos de Montenegro también en el PSD. La otra gran cartera es la de Estado y Finanzas, que recae en el economista y hasta ahora presidente del grupo parlamentario del PSD Joaquim Miranda Sarmento. El ministerio de Economía lo encabeza Pedro Reis, economista y ex presidente de la Agencia para la Inversión y Comercio Exterior de Portugal y también figura importante dentro del PSD.
Algunos de los nombres más cuestionados han sido los de las titulares de Sanidad, Ana Paula Martins, y de Treball, Maria do Rosário Palma Ramalho. "En sanidad, educación y trabajo tenemos a tres ministros con posiciones a favor de la desregulación, con posiciones en el pasado de apoyo a recortes salariales y de las pensiones, y con posiciones de apoyo a la privatización de servicios públicos esenciales", ha criticado este el martes la coordinadora del Bloque de Izquierda, Mariana Mortágua. El politólogo José Felipe Pinto ha afirmado en la CNN Portugal que Martins y Ramalho pueden suponer los "malos cabezas mayores" al gobierno, porque son las ministras que están "más a la derecha" y, por tanto, más alejadas de las posiciones de los socialistas , con quien tendrán que negociar a toda costa.
¿Reinstaurar la mili?
Aunque no fue un tema presente en la campaña electoral, en las últimas horas ha aparecido en la agenda pública una cuestión vinculada a este ámbito: el debate sobre si habría que recuperar el servicio militar obligatorio. El jefe del estado mayor de la marina, Henrique Gouveia e Melo, argumentó en un artículo en el diario Expreso que puede ser necesario "repensar el servicio militar obligatorio u otra variante", para "generar mayor disponibilidad de la población para la defensa". Y el jefe del estado mayor del ejército, Eduardo Ferrão, se mostró a favor.
De momento, el único partido que se ha posicionado a favor de estudiar esta posibilidad ha sido el ultraderechista Chega, mientras que las dos grandes formaciones, el PSD y el Partido Socialista, no se han pronunciado e Iniciativa Liberal y el Bloc d'Esquerra lo han rechazado.
El futuro de Costa, en el aire
Éstas han sido las segundas elecciones anticipadas que celebra Portugal en los últimos dos años. Los comicios del 2022 se resolvieron con la victoria del candidato socialista António Costa, quien logró una mayoría absoluta sorprendente. Se auguraba una legislatura cómoda, pero en noviembreestalló un caso de supuesta corrupciónque implicaba a personas muy cercanas al primer ministro y Costa presentó la dimisión, aunque no hubo ninguna acusación formal contra él. Costa se ha despedido este martes con una foto colgada en la plataforma X en la que saluda ante la puerta del Palacio de São Bento, la residencia oficial del primer ministro, que tendrá un nuevo inquilino.
Cuesta se había convertido en un referente de la izquierda europea, junto con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Uno de los aspectos que más se le valoró fue la capacidad de trazar acuerdos y alianzas entre partidos de izquierda, algo insólito a escala nacional desde la restauración de la democracia. Durante sus primeros años al frente del gobierno, logró bajar el déficit y la deuda pública, pero la consecuencia ha sido una creciente conflictividad en la sanidad y la educación por los recortes en inversión pública.
Este martes Costa ha puesto punto y final a su etapa como primer ministro, y los diarios portugueses especulan cuál será su futuro, aunque de momento no ha dado pistas, probablemente a la espera de que se resuelva el caso judicial sobre las irregularidades que le llevaron a dimitir.